La Plaza Principal y su Nomenclatura. La Historia de un Episodio Nacional
Por Vicente Agustín Esparza Jiménez / Centro INAH Aguascalientes
LA MATERIALIDAD de la ciudad: sus calles, plazas, jardines, fuentes y edificios no sólo tienen una faceta funcional sino que pueden representan un texto legible, pues la ciudad no solamente funciona, también comunica a través de las “huellas que va dejando la acción prolongada de sus habitantes, las construcciones de sentido que va imprimiendo la dinámica social, que se manifiestan como una escritura colectiva que es descifrable en sus edificaciones, en sus calles, en la circulación, en los comportamientos”.
LO QUE se pretende demostrar en este opúsculo es que la Plaza Principal de la ciudad y las calles aledañas a la misma nos cuentan una historia nacional, pues es conocido que el gobierno utilizó los nombres de las calles, plazas y jardines para contar una historia a sus habitantes, tanto para crear identidades como una conciencia nacional, pues después de la Independencia de México, lo único que unió a los mexicanos de aquel entonces fue la religión, la tierra donde habían nacido y el compartir un pasado común. Por lo tanto, el Estado inventó en el espacio público fiestas, conmemoraciones y héroes para legitimarse políticamente y crear una identidad nacional.
DESPUÉS DE la Independencia de México poco a poco diferentes gobiernos se apropiaron de la plaza pública que se le denominó con diferentes nombres haciendo alusión a símbolos de poder; primero con el nombre de Plaza de Armas, luego como trascurría el siglo con el de Plaza Principal y después con el de Plaza de la Constitución, para recordar a la población la Carta Magna sancionada en 1857.
ASIMISMO, EL 16 de septiembre de 1902 en el “costado Oeste de la Plaza de la Constitución” se inauguró el monumento a Benito Juárez para que todas las “miradas” que hubiera hacia él recordaran el amor a la Patria, Libertad, Justicia y Derecho. Además, el triunfo del Estado sobre la Iglesia. Posteriormente, las calles que circundaban a la plaza pública las autoridades les asignaron un nombre cívico.
LA UTILIZACIÓN de las calles para contar historias a través de su confluencia es muy clara en las arterias que circundan la Plaza Principal de la ciudad de Aguascalientes, “la sala de recibir de la ciudad”, como dijo un poeta, pues era el lugar idóneo en el que el Estado podía exhibir a sus héroes y fechas gloriosas, dado que era un espacio al que todas las personas de la ciudad concurrían o transitaban para ir al mercado Terán, al Parián o a escuchar misa en la parroquia de la Asunción.
ES CONOCIDO que el gobierno para legitimar su poder aprovechó las fiestas del Centenario de la Independencia para contar una historia nacional, pues a la acera oriente del jardín de la Plaza Principal se le impuso el nombre de Jesús Terán Peredo, al costado sur el nombre de José Ma. Arteaga y a la arteria del Obrador el de José María Chávez. Con el paso del tiempo, la antigua calle de Tacuba cambió por 5 de Mayo, con lo que se acabó de contar la historia del triunfo del liberalismo y el establecimiento definitivo de la República.
JUÁREZ SE alzó como el gran triunfador e incluso era comparado con Miguel Hidalgo por haber dado a México su segunda independencia en 1867 tras la derrota del Segundo Imperio Mexicano en la cual contribuyó diplomáticamente Jesús Terán. Las figuras de José María Chávez y José María Arteaga fueron recordadas en el espacio público como víctimas de la intervención francesa.
Fuentes:
El Patriota, 11 de septiembre de 1847; El Porvenir, 28 de marzo de 1861; El Republicano, 17 de febrero de 1884 y 13 de mayo de 1906. AGMA-FH., C. 277, Exp. 9. Mario Margulis, “La ciudad y sus signos”, en Estudios Sociológicos de El Colegio de México, vol. XX, núm. 60, septiembre-diciembre, 2002. Vicente Agustín Esparza Jiménez, “Lugares y usos de la memoria. Los nombres de las calles de la ciudad de Aguascalientes, 1855-1962”, reporte de investigación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, febrero de 2013.