La Dieta Paleolítica y la Actual, sus Efectos en la Salud
Por Melquisedec Aminadab M. Villalobos*
ES COMÚN escuchar de nuestros padres o abuelos que la gente no moría de las enfermedades que ahora diezman a la población mundial (a riesgo de sonar tan dramático como ellos) o que incluso vivían más y en mejores condiciones de vida en lo que a la calidad de los alimentos se refiere, achacando la culpa a la dieta contemporánea, es decir, a la variedad de los alimentos refinados y procesados industrialmente y que muy accesiblemente se encuentran atiborrando la estantería de los supermercados, tiendas de autoservicio y las tienditas de la esquina. Como evangelio esperanzador ha surgido entre los discípulos más preocupados por este apocalipsis hipercalórico (los nutriólogos) algo tan esperanzador como la Dieta Paleolítica, que consiste generalmente en imitar la alimentación de nuestros antepasados de la Edad Paleolítica, desde hace 12 mil años hasta unos 2.85 millones de años, es decir la caza de animales y la recolección de vegetales (frutos secos y frutas).
A PESAR de la variedad de alimentos, cada vez son más accesibles los alimentos procesados y refinados, ricos en energía pero pobres en nutrientes, que las frutas y verduras, y como para nosotros los humanos es muy nuevo lo de los alimentos procesados, no nos hemos adaptado a sus contenidos energéticos, ocasionando entre nosotros enfermedades del corazón o hipertensión por la ingesta de demasiadas grasas, el alcohol o el tabaquismo, o enfermedades relacionadas con la glucosa como la diabetes, o con los pulmones, los dientes y la obesidad. (1)
LA ALIMENTACIÓN durante el Paleolítico, de la que se ha inspirado la Dieta Paleolítica, se componía de la caza de animales no alimentados y “plantas silvestres no cultivadas”, dieta rica en grasas saludables (2), a diferencia de la actual con alto contenido de grasas saturadas (3) cuyo consumo eleva el colesterol que en altas dosis propicia el desarrollo de enfermedades del corazón por la obstrucción de las venas que circulan por nuestro cuerpo. (4) El consumo de los carbohidratos en el Paleolítico era en porcentajes que iban del 35 al 65 por ciento de su dieta, (5) porcentaje muy parecido al actual ya que los carbohidratos son la principal fuente de energía y proteínas entre los alimentos, (6) sin embargo, en el pasado los carbohidratos se obtenían de las frutas y vegetales, no de los alimentos procesados, como actualmente. La ingesta de sodio fue muy baja en relación con las cantidades de consumo actuales, (7) que en altos niveles provocan hipernatremia causante de la deshidratación, sudoración extrema, mareos o náuseas. (8)
DIVERSOS HALLAZGOS arqueológicos de osamentas humanas del Paleolítico y estudios nutriológicos de lo que pudieron haber comido han vislumbrado la posibilidad de que su presión arterial fuera más baja que la actual y que el aumento de la presión no fuera consecuencia de la edad; eran más delgados (menos grasa corporal), sus huesos eran más fuertes que los actuales, eran más altos y su visión era más aguda que la actual. La agricultura propició una abundancia de comida, pero limitó la variedad y la calidad de los alimentos. (9)
Notas
1. https://www.elblogdelasalud.info/dieta-paleolitica/10453, consultado el 13 de noviembre de 2016.
2. Ídem.
3. http://www.eufic.org/article/es/salud-estilo-de-vida/comida-sana/artid/Analisis-grasas-saturadas/, consultado el 13 de noviembre de 2016.
4. http://www.natursan.net/colesterol-alto-un-peligro-para-nuestra-salud/, consultado el 14 de noviembre de 2016.
5. https://www.elblogdelasalud.info/dieta-paleolitica/10453
6. http://espacioagape.com/actualidad/carbohidratos-cuales-elegir-y-cuales-evitar/, consultado el 14 de noviembre de 2016.
7. https://www.elblogdelasalud.info/dieta-paleolitica/10453
8. http://www.chemocare.com/es/chemotherapy/side-effects/Hipernatremia.aspx, consultado el 14 de noviembre de 2016.
9. https://www.elblogdelasalud.info/dieta-paleolitica/10453
*Melquisedec, o Melqui para los íntimos, es de origen aguascalentense; de personalidad algo retraída, involuntariamente; distraída y abstraída en dulces fantasías; pero eso sí, es un incondicional aficionado a la música y estética de los ochenta y principios de los noventa en el universo del Glam Metal. Su anhelo es la estabilidad, la salud, pero sobre todo que sus fantasías se materialicen.