Por Alfonso Morales Castorena

Desde hace dos meses permanecen en la banqueta los escombros de una barda que se cayó en la esquina de las calles Colima y Nayarit, fraccionamiento Popular, sin que autoridad alguna haya tomado cartas en el asunto

Desde hace dos meses permanecen en la banqueta los escombros de una barda que se cayó en la esquina de las calles Colima y Nayarit, fraccionamiento Popular, sin que autoridad alguna haya tomado cartas en el asunto

PARA EL malestar de los comerciantes establecidos en El Parián, el corazón del Centro Histórico, la apertura de la recientemente autorizada “cenaduría con venta de cerveza”, que para ellos no viene a ser otra cosa más que “una emborrachaduría más al aire libre”, fue un espectáculo nada grato a la vista de decenas de visitantes y residentes, al observar las mesas ocupadas por jóvenes y adolescentes ingiriendo el espumoso líquido, sin el menor asomo de pudor y en medio del gran escándalo que armaban.

 COMENTARON QUE en las mesas ni rastros había de “los alimentos propios que se expenden en una cenaduría”, pero que su cubierta lucía envases vacíos de cerveza, otros a medio consumir y algunos más aún cerrados y en sendas cubetas repletas de hielo, todo ello en medio de la densa humareda que se formaba en torno a los adolescentes y jóvenes comensales, hombres y mujeres por igual, por efecto de los cigarrillos que fumaban.

 PARA EL comerciante favorecido con esa licencia reglamentada al tenor de “cenaduría con venta de cerveza”, lo que menos le preocupaba era “ofrecer a sus clientes alguno de esos platillos que conforman el menú de ese tipo de negocios”, lo más importante para él, era fomentar el alcoholismo, vía la venta indiscriminada de la cerveza y llenarse los bolsillos de dinero a costa de embrutecer a sus festivos clientes, así fueran menores de edad.

 AL MENOS dos comerciantes, dueños de otras tantas cantinas que funcionan desde hace muchos años en la zona centro de la comunidad, señalaron que si al propietario de la otrora nevería, Gerardo Ortiz, Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, por conducto de su titular, Juan Roberto Delgado González, le autoriza atender la clientela en el andador norte de El Parián en plena vía pública y realizar la venta de cerveza al aire libre, con mesas instaladas en ese sector comercial, frente a la Presidencia Municipal, la plaza principal y a menos de cien metros de distancia del templo del Señor del Salitre, “nosotros vamos a hacer lo mismo”, afirmaron bastante molestos.

 SE PREGUNTARON cómo fue que se le “autorizó la licencia reglamentada al dueño de la nevería”, a sabiendas que su petición de cambio de giro a “cenaduría con venta de cerveza” era solo el pretexto para “instalar una cantina en plena calle”, que ni siquiera cuenta con servicio sanitario, ni con las instalaciones necesarias para la explotación de este tipo de negocios y mucho menos tiene la privacidad necesaria que se requiere en esta clase de emborrachadurías.

 TAMBIÉN TEMEN que surjan problemas entre la usufructuaria del prostíbulo Punto y Coma y el dueño de Al Pariammm, como consecuencia de la instalación en plena zona centro, a la vista de propios y extraños, de los policías asignados a la vigilancia de la Presidencia Municipal, casi a las puertas de la misma, de la nueva “cantina disfrazada de cenaduría con venta de cerveza” y los reclamos entre uno y otro no se hagan esperar.

 LOS RESIDENTES del área y comerciantes establecidos en el Centro Histórico, responsabilizaron al alcalde Francisco Javier Luévano Núñez, que por su deshonesto actuar al frente de la Presidencia Municipal, priva esta situación a todas luces ilegal, el creciente fomento del alcoholismo y la prostitución en el primer cuadro de la población, de la percepción de inseguridad que tienen y del nulo combate al narcomenudeo y a la delincuencia común, que ha dado al traste con la imagen que los visitantes se llevan del tan publicitado Pueblo Mágico.

 APARTE DE todo eso, dijeron, las críticas que ha recibido por la mala calidad de las obras que ha desarrollado en su administración, como el abandono en que se encuentra el escombro regado en la esquina de las calles Colima y Nayarit, en el fraccionamiento Popular, desde hace dos meses, cuando se vino abajo una barda y el material invadió la banqueta y ahora impide el libre tránsito peatonal, todo porque “nadie ha movido un dedo para retirar ese cascajo de la vía pública”.

ESO SÍ, TERMINARON diciendo, al final de su administración, Luévano Núñez ya se apresta a anunciar el inicio de más obras de ampliación de redes hidráulicas y sanitarias, así como de mantenimiento en varias colonias de la cabecera municipal y en las comunidades de El Tepetate, El Zapote y La Puerta de Fragua, pretextando que “por fin gobierno estatal le liberó los recursos que requería para ello”, ahora vamos a esperar a que sea cierto y no una de sus varias poses para la foto.