Por Alfonso Morales Castorena

Los problemas de estacionamiento en la zona centro siguen siendo el dolor de cabeza para los comerciantes y automovilistas y no se contempla solución alguna a corto plazo

Los problemas de estacionamiento en la zona centro siguen siendo el dolor de cabeza para los comerciantes y automovilistas y no se contempla solución alguna a corto plazo

ANTE LA molestia de vecinos y automovilistas en general para encontrar el estacionamiento ideal para aparcar su vehículo en las cercanías del Centro Histórico, resurgió entre ellos el tema del “parquímetro digital”, considerado como negocio particular del presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez, que promueve en sociedad con una empresa de la ciudad de Puebla, bajo el argumento de “ofrecer una solución acorde a la demanda de la población por el incremento del flujo vehicular”.

 LOS AFECTADOS se quejan de que los dueños de los establecimientos desde temprana hora del día apartan “sus lugares de estacionamiento” con cuanto objeto, artículo y cosa tienen a la mano, invaden la vía pública, así sea a las puertas de sus negocios o en las cercanías, sin importarles adueñarse de las calles o de las molestias que ocasionan al resto de los automovilistas, ya sean de la localidad, residentes de las comunidades cercanas o los turistas que a diario acuden a conocer el Pueblo Mágico de Calvillo.

 ASÍ LO MANIFESTÓ la comerciante Mariel López, quien agregó que “las personas que vivimos por esas calles no tenemos donde estacionarnos y vamos a parar a cinco o seis cuadras lejos de nuestro hogar”, a quien el titular de la oficina de Comunicación Social del municipio, Roque Iván Rodríguez, respondió: “Y ni modo de pedirle al Mando Único un policía vigilando todo el día cada cuadra”.

 ENSEGUIDA LOS interesados en que haya “parquímetro digital” se preguntaron en cuanto tiempo se podrá contar con “ese exclusivo servicio” que para las arcas municipales no tendrá ningún beneficio, pese a que así está considerado dentro de “la concesión que se otorgará a los socios de Luévano Núñez”, pero la respuesta se quedó flotando en el aire.

 POR OTRA parte, nos enteramos por boca de los vecinos y comerciantes del andador peatonal Centenario que al parecer la escandalera que cada fin de semana se registraba en el prostíbulo Punto y Coma ha disminuido un poco y en forma relativa la calma y tranquilidad en el vecindario han vuelto a estar presentes.

 COMENTARON QUE no por ello lanzan las campanas al vuelo, en virtud de que mañana o pasado el escándalo diario vuelve a sentar sus reales en ese lupanar, a ciencia y paciencia de quien parece ser el socio mayoritario, el presidente municipal Francisco Javier Luévano Núñez, quien hasta la fecha nada ha hecho por siquiera ordenar a su cómplice en estos menesteres, Juan Roberto Delgado González, flamante director de Control Reglamentario, que siquiera formule una infracción a la usufructuaria de esa casa non sancta, Edith Cristina de Lara Martínez, “porque atentaría contra su propio negocio”.

 SE CONGRATULARON porque a los capitalinos estudiantes de la UNAM, de la Facultad de Arquitectura que recientemente realizaron un viaje de estudios al hoy llamado Pueblo Mágico, no se les ocurrió “visitar ese prostíbulo”, pues como es su costumbre “permanecer en servicio hasta el amanecer”, estuviéramos hablando de una gran desvelada, “como a las que nos tiene acostumbrados esa mujer”, dijeron.

 ESO FUE por una parte, en tanto que por la otra, en la sede del Comité Directivo Municipal (CDM) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), su presidente, Jesús Contreras, nos extendió invitación para asistir a la celebración religiosa que los padres del malogrado Alfredo Martínez Xacur ofrecerán el próximo domingo 16 de los corrientes por la tarde en el templo del Señor del Salitre, con motivo de su quinto aniversario luctuoso.

 EL PRIÍSTA hizo un breve recuerdo de las circunstancias en las que el abogado fue abatido a tiros a las puertas de su casa, la madrugada del 16 de octubre de 2011, y las causas que lo llevaron a tan triste fin, concluyendo con la frase de todos conocida: “El que mal anda, mal acaba”.