Por Alfonso Morales Castorena
EL RECURRENTE problema social que representa la operación del prostíbulo Punto y Coma es responsabilidad del presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez, puesto que, desde que tuvo conocimiento de las primeras denuncias sobre su ilegal actividad, debió de ordenar su clausura definitiva y hasta la fecha la emborrachaduría de marras sigue funcionando bajo el disfraz de restaurante-bar, coincidieron en señalar los comerciantes del andador peatonal de la calle Centenario, establecidos en el entorno de la negociación.
RECONOCIERON, SIN embargo, que la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las licencias reglamentadas es de quien detenta la titularidad de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, designado por el presidente municipal en funciones, y no de terceras personas que nada tienen que ver con el cumplimiento de su trabajo, máxime tratándose de una comunidad que ahora ostenta el nombre de “Pueblo Mágico”, aunque eso de la magia no lo vemos por ningún lado, agregaron.
SE REFERÍAN a la última de las denuncias que se han presentado tanto en la Secretaría de Gobernación y del Ayuntamiento, como en Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, ahora por sus vecinas, Lucita y Otilia, mujeres de la tercera edad, que personalmente acudieron con el nuevo titular de la primera de las dependencias citadas, Omar Williams López Ovalle, el lunes pasado por la mañana “por el enésimo escándalo a cortina y puertas cerradas que ocurrió en el prostíbulo Punto y Coma, desde el sábado 20 de los corrientes por la tarde-noche y hasta las 6 de la mañana del domingo siguiente”.
PERO PARA no variar, dijeron, el “dueño trienal y mandamás de Control Reglamentario”, el corrupto e inepto Juan Roberto Delgado González, como lo han calificado los comerciantes, ni siquiera atendió la orden del secretario de Gobernación para que tomara cartas en el asunto, indagara la denuncia de las señoras, procediera en consecuencia y rindiera informe de su trabajo a quien por mandato legal funge como segundo de a bordo en la presente administración municipal.
LUEGO, POR los mismos indignados mercaderes, nos enteramos que el susodicho “funcionario municipal” hace lo que le viene en gana al frente de la dependencia que debe velar por el cumplimiento del Bando de Buen Gobierno, actúa según sus intereses muy personales e ignora los reportes, las queja o las denuncias que se le presentan sobre el ilegal funcionamiento de los negocios que cuentan con una licencia reglamentada.
PERO CUANDO por fin se decide a actuar, lo hace sin instrucción superior alguna, con total desconocimiento de cada asunto que atiende y luego responsabiliza de sus acciones tanto a su superior inmediato, el presidente municipal Francisco Javier Luévano Núñez, como al mismo secretario de Gobernación y del Ayuntamiento, Omar Williams López Ovalle, a quienes “convida de su mal proceder y les cede una papa caliente”. Estos, ignorantes de su negligencia o prepotencia laboral “no saben a qué santo encomendarse cuando los afectados acuden a reclamarles” y cuando por fin se enteran del asunto e intentan llamar a cuentas al corrupto e inepto “dueño de Reglamentos Municipales”, éste brilla por su ausencia.
SIN EMBARGO, cuando realmente se requiere que cumpla con su trabajo, como ocurrió el pasado fin de semana en el prostíbulo Punto y Coma, en el que el escándalo estaba a todo vapor, ni siquiera fue capaz de instruir a sus inspectores “para que cuando menos le taparan el ojo al macho, se dieran una vuelta por ese lupanar y exigieran a su propietaria que moderara el volumen de la música que ambientaba la francachela que sus clientes –hombres y mujeres– se corrían en su interior a puertas y ventanas cerradas”, simplemente se hizo el desentendido y las consecuencias las pagaron las vecinas amas de casa.
AHORA, SEGÚN nos comentaron, vamos a esperar que su “socio y amigo en el negocio de la protección que le brinda a Edith Cristina de Lara Martínez, la dueña de esa emborrachaduría”, el no menos corrupto alcalde, Francisco Javier Luévano Núñez, siquiera le haga la observación de la molestia que nos genera su ineptitud e incompetencia, su valemadrismo e indolencia para disfrazar “la cuota que reciben los dos”.
PERO SI lo hace y le aplica cuando menos un correctivo administrativo, nos demostrará que tenemos un concepto equivocado de su accionar al frente de la comuna, que se va a cumplir su deseo “de pasar a la historia como el presidente municipal más honesto en la vida democrática de Calvillo” y que su ambicioso y corrupto jefe de Reglamentos Municipales “actúa por su cuenta y riesgo sin enterarlo de las jugosas ganancias que recibe”, concluyeron los indignados comerciantes.