* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
INVALIDAN TRIUNFO POR “MISOGINIA”…
Atención, mucha atención, damas y caballeros préstenme su atención (no es albur, es cosa seria):
La Sala Regional de Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) acaba de invalidar el triunfo del panista Raúl Valdivia Castillo a la alcaldía de San Felipe Orizatlán, Hidalgo, por “misógino”.
Sí, señoras y señores: por “mi-só-gi-no”, leyó usted bien.
Resulta que el panadero Raúl Val-divia, a quien tanto apoyó el borrachín Feli-Pillo Calderón en su campaña electoral, se la pasó denostando a su contrincante priísta Brenda Lizeth Flores Franco, a quien llamó (ojo):
“Niña caprichosa”, “mujer lenta como las tortugas”, “plañidera”, entre otras “linduras”, que el TEPJF consideró “un discurso de odio contra las mujeres”.
Sentenció el magistrado electoral Alejandro David Avante Juárez:
“Llaman a la candidata opositora ‘plañidera’; resulta que, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española adquiere la connotación ‘plañidera’ de ‘una mujer llamada y pagada que iba a llorar a los entierros’. Manifestaciones como este tipo lo único que hacen es fomentar un discurso de odio y generar o perpetuar un discurso de odio y generar o perpetuar estereotipos que en nada benefician a la política del país”.
¡Sopas!
Pero Alejandro David Avante no fue el único que se lanzó contra el misógino panista Raúl Valdivia, no, también la magistrada María Luisa Oviedo Quezada, se aventó al ruedo así:
“El acoso y la violencia de género obstruye cotidianamente la participación política de las mujeres y la violencia de género obstruye cotidianamente la participación política de las mujeres”.
Por ello, “en la sentencia pasada que detectó la violencia política contra la excandidata del PRI en San Felipe Orizatlán se dio vista a instan-cias defensoras de los derechos humanos y de la mujer”.
Pero además solicitaron la intervención de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y la Subprocuraduría de Delitos Electorales (Subae) de Hidalgo, dependiente de Procuraduría General de Justicia del Estado.
¿Qué le parece al lector?
Pos la verdad qué poco aguantan esas autoridades electorales, me cae.
Aquí en la tierra de la gente buena los panaderos se la pasaron insultando y denostando a Lorena Martínez Ro-dríguez y no pasó nada.
Incluso, recordará el lector, que en una de esas Martín Orozco ordenó a un tal “Gil”:
“Puteen a Lorena”.
“Concéntrense en putear a Lorena”.
“Quiero aprovechar el momento para chingarla, prepárate –ordenó a ‘Gil’– el producto en redes”.
Y no pasó nada, las autoridades electorales hicieron mutis, pues aquí es la tierra de la gente buena.
¿QUÉ TIENEN ALGUNOS PANISTAS EN LA CABEZA?
Sepa, lo cierto es que la desmemoria los invade y se creen impolutos con olor a santidad, presumen tener la bendición del obispo José María de la Torre Martín, además de los colores maria-nos de la “virgencita de la Asun-cion”.
No hay día en que a Lorena no la llenen de improperios por haber impugnado el triunfo a la gubernatura de Martín Orozco Sandoval, “porque Martín ganó la elección con más de 13 mil votos”, dicen sumamente “encabro-nados”.
Sin embargo, se les olvida que ellos, los panistas, impugnaron en todas las instancias electorales el triunfo de Carlos Lozano de la Torre en 2010, cuando le ganó a Martín Orozco con más de 22 mil votos de diferencia.
Y 22 mil son más que 13 mil.
En aquel año, las autoridades electorales federales (recuerdo que gobernaba el país Feli-Pillo Calderón Hino-josa), convalidaron el triunfo de Lozano de la Torre cuatro días antes de rendir la clásica protesta de ley, o sea, se la hicieron cardiaca.
Entonces, ¿por qué ahora le dan carri-lla a Lorena si seis años antes Martín hizo lo mismo?
No se la jalen, señores, no sean tan intolerantes, amarren a sus perros, sobre a todo ese peligroso pitbull (Paulo Gonzalo Martínez López) que encabeza la jauría en contra de Lorena.
Ya el tiempo y el TPJF podrán a cada quien en su lugar, esperen programas, pa’qué se aceleran ¿no cree el lector?
Y OTRA…
A los panistas se les cuecen las habas para que el inquilino de Palacio de Gobierno, cuyo contrato de arrendamiento vence el próximo 30 de noviembre, comience ya a entregarles la “tiendita” y están “dale que dale” con esa canción todo el “santo” día, a pesar de que, según lo marca la ley, todavía no es tiempo.
Pero “¡ah cómo chingan la borrega!” –diría Blanquita– con esa cancioncita.
Sin embargo, en la tiendita de enfrente, a pesar de ser propiedad de la misma familia, los panaderos no reclaman nada sobre ese tema, valiéndoles gorro que Tere Jiménez le esté solicitando a Martín del Campo “al menos dime lo que guardas en la trastienda”.
Pero bueno, así son los panaderos, propietarios de la franquicia del “partido de la gente decente”.
¡Ave María purísima! –diría mi tía Jerónima–, ¡qué gente tan incongruente tenemos en el barrio!
PASE LO QUE PASE…
En las elecciones de este año los grandes perdedores fueron tres: Felipe González González, Felipe González Ramírez y Gabriel Arellano Espinosa, a los que les ganó la soberbia y el “yo soy aquel”.
Van pelos, van señales:
Los que acabaron en el contenedor de la basura política, son los Feli-Pillos González padre e hijo, arriba mencionados.
Ahí los arrojó la soberbia y ahora se la pasan como La Zarzamora: “llora que llora por los rincones” del Parián, del mercado Terán y el Agropecuario.
La historia es harto conocida, pero vale la pena recordarla una vez más: el abarrotero de miércoles, Felipe Gon-zález González era “priísta con credencial” todavía a mitad del sexenio del entonces gobernador Otto Granados Roldán.
Y lo presumía, pues siendo priísta los negocios florecían al amparo del trico-lor, siempre en el poder.
Pero Feli-Pillo, ambicioso, como es, exigió ser presidente municipal de Aguascalientes. Otto le negó esa posibilidad y el abarrotero se refugió en sus bodegas del Agropecuario, en espera de dar el zarpazo que lo llevaría a saborear las mieles del poder y del billete mal habido.
Dos años después el hombre de “las nalgas al revés”, renegó del PRI y, como las chachas, salió por las puerta de atrás; con el cuento de lanzarse a la gubernatura como “candidato ciudadano”, el abarrotero echó sus redes y pescó el apoyo de los panistas que lo llevaron a Palacio de Gobierno en diciembre de 1998.
Ahí, en Palacio, Feli-Pillo hacía de todo –menos gobernar y sí nadar de muertito–: desde ver películas, follarse a su ahijada Claudia Virginia, a la que le hizo dos hijos, hasta robar a manos llenas y manchárselas de sangre de gente inocente.
No aguantó el tren porque “a veces uno se cansa de gobernar”, presumía el abarrotero de marras y entonces Vicente Fox se lo llevó a la subsecretaría de Gobernación, donde también hizo de las suyas con los ca$inos, para luego darle inmunidad como senador de la República, hasta 2012.
Fueron 14 años de inmenso poder político y económico: multimillonario y con hartas influencias políticas, Feli-Pillo, al término de su función como senador, anunció que se retiraba de la política “para dar paso a las nuevas generaciones”.
Pero no fue así: de inmediato lanzó a su hijo Felipe González Ramírez al ring político del PAN: quería verlo como alcalde bajo las siglas del blan-quiazul, sin siquiera su cachorro ser miembro de ese partido, pero no lo logró: en una encuesta interna, Juan Antonio Martín del Campo lo noqueó a las primeras de cambio, pues la raza panadera no quiso al “intruso”.
Furioso, “el hombre de las nalgas al revés” (dicen que “así quedó porque diosito lo castigó”) tronó:
“¡Ah hijos de la chingada! No quieren a mi hijo ¿verdad? Pues entonces voy yo”.
Y se registró pa’la interna como precandidato a la alcaldía.
El PAN local y nacional intentó negociar con el multimillonario abarrotero: “Mira Felipe, que tu chamaco se vaya de diputado, le damos una plurinominal que es un pase directo al Congreso del Estado, deja que Toño sea el candidato, él está mejor posicionado que tú y tu hijo, no seas soberbio”.
Pero Feli-Pillo rechazó la propuesta, estaba convencido de que le ganaría a Toño la candidatura: “Pinche taquero lo voy a hacer mierda, tengo el poder y el dinero que el cabrón no tiene”, alardeaba y hasta formó un grupo al interior del PAN llamado “Los Esparta-nos”.
Pero ni así la ganó: Toño lo hizo cera y pabilo y Feli-Pillo… ¡impugnó!, sí, impugnó alegando “guerra sucia” en su contra, pero también la perdió.
Y el abarrotero aceleró su declive: su presencia en el PAN comenzó a ser la de un cadáver insepulto, sí, insepulto, agusanado de soberbia y maldad.
Este año, de nuevas elecciones: gobernador, alcaldías y diputaciones, el “hombre de las nalgas al revés” exigió de nuevo la alcaldía de la capital para su hijo Feli-Pillito, y una candidatura plurinominal de diputada para su hija Beatriz Elena González Ramírez alias “Beriel”, de lo contrario, ame-nazó, se iría con su cachorro y toda su prole a otro partido.
En el PAN se carcajearon: “don Felipe está cagado, pues así, cagado, que se vaya a otro partido, juarjuarjuar…”.
Y Felipe, que nuevamente rechazó para su hijo Feli-Pillito una diputación plurinominal, mandó a su cachorro al Movimiento Ciudadano, partido que lo hizo su candidato a la alcaldía de la capital, soñando que con su apoyo, millones de pesos y con las siglas MC, que había arrasado en las elecciones de Jalisco, llegaría su primogénito a la alcaldía.
No fue así.
El fracaso fue estrepitoso, Feli-Pillito y su padre lograron lo que nadie había hecho: ¡hacer perder al MC su registro!
Hoy, agusanados, los González esperan la última palada con la que sus ambiciones políticas quedarán sepultadas para siempre.
Todo a causa de su soberbia… y todo lo demás.
OTRO MÁS…
Soberbio, ególotra, imitando a “El Mosco Reyes”, por haber sido él el que “rescató” la alcaldía para el PRI, y alucinado por el triunfo del expriísta Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, en las elecciones a la gubernatura de Nuevo León, Ga-briel Arellano Espinosa “El Gra-biel”, renunció a su partido y se lanzó como “candidato independiente” con la plena seguridad de ser el sucesor de su padrino político: Carlos Lozano de la Torre “El Patrón”.
“El Grabiel”, en toda su campaña, despotricó contra todos los partidos políticos, los llamó “nidos de rufianes que nomás saben robar”, etcétera.
A “El Grabiel” le recomendaron sus entonces correligionarios que no se fuera del PRI, que él había dicho que era un soldado del tricolor y que iría a donde su partido lo pusiera.
Lorena, incluso, le pidió en buena onda que fuera su compañero de fórmula: “Tú regresas a la alcaldía de Aguascalientes y yo voy a la guberna-tura”.
No quiso, la despreció, “cirugeado”, soberbio, se creyó la Maribel Guardia de Aguascalientes y se registró como candidato independiente: desde ese momento caminaba, dormía, comía y cagaba como si ya fuera gobernador.
Despotricó contra todos y por todo, pues él era el mejor candidato que Aguascalientes había parido en toda su historia, por eso la gente debería adorarlo porque él salvaría de morir al hambriento pueblo al hacer llover pan del cielo.
La gente no tragó el anzuelo y sólo alcanzó algo así como 13 mil votos.
“El Grabiel” quedó mudo y desapareció de la escena política, ¿qué partido político le dará cabida si a todos los tildó de rateros?
Sólo su hermano “El Pato” dio la cara, pero para mostrar la sangre derramada de la gran herida:
“…pero hicimos perder a Lorena”, graznó, palabras más, palabras menos.
Otro cadáver político más a causa de la soberbia, la prepotencia, la maldad.
Y CON ESTA ME DESPIDO…
La Iglesia católica, en todo el país, está crecida: celebra que su campaña contra el matrimonio entre iguales haya derrotado al enemigo, presumen con singular alegría y muestran con orgullo sus albas sotanas, rojinegras y rojo sangre: caminan entre los creyentes como “Cristo sobre las aguas” y estiran la mano para que los feligreses les besen el anillo (tampoco es albur).
Se creen, son impolutos, no hay pederasta sin redención: son ellos los dueños de Cristo y hablan en su nombre, “obedecemos sólo a lo que está escrito en la Biblia, la sagrada escritura”, dijo hace unos días Emilio Berlié, obispo emérito de Yucatán.
Los “representantes de Dios en la tierra” se elevan y creen llegar al cielo: “Hemos derrotado al mismito presidente de la República, pues tampoco los ‘invertidos’ podrán adoptar niños”, festejan.
Y en ese triunfalismo, el bocón obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, acuña un nuevo verbo:
“Quesadillas sin queso”, bautiza a homosexuales y lesbianas.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 18).