Por Alfonso Morales Castorena
EN NUESTRA visita de ayer tres eventos simultáneos llamaron nuestra atención, el simulacro de evacuación instrumentado por Protección Civil Municipal en el fraccionamiento Valle del Huejúcar, del que damos cuenta en nota por separado; la información que ofrecían las autoridades ministeriales en torno a la presencia de fraudulentos tipos en busca de enganchar a incautos con afán de hacerse de un montón de dinero sin esfuerzo alguno y con la inquietud y zozobra de los habitantes de la comunidad de Malpaso, por la apatía de su policía para combatir el narcomenudeo en esa población.
ESTO ÚLTIMO nos hizo recordar la presencia de los uniformados del multicitado Mando Único Policiaco en la capital del estado, ahora también desperdigados en los 11 municipios de la entidad supuestamente para velar por la seguridad e integridad de sus habitantes, pero que en voz de estos últimos “sólo se dedican a pasearse en sus patrullas, a esquilmar a quien se deje, por no decir a extorsionarlo y a exigir a los agricultores una ración de sus cosechas para completar el gasto y a otros menesteres, menos a cumplir con su trabajo”.
EN MALPASO, como nos lo comentaron varios padres de familia que por miedo nos solicitaron omitir sus identidades, puesto que en esa localidad “todos son conocidos”, el problema de la distribución de drogas al menudeo, ya es bastante grave y pese a las reiteradas denuncias formuladas al referido Mando Único con sede en la cabecera municipal, “su clamor de intervención policiaca para frenar la descarada venta de estupefacientes sintéticos, duerme el sueño de los justos”.
Y NO ES JUSTO, dijeron, que los envenenadores públicos en lo que se han convertido algunos de nuestros vecinos o amigos, por cuestiones que sólo a ellos competen, “ofrezcan su veneno a nuestros niños, adolescentes, jóvenes, estudiantes y trabajadores, sin que autoridad alguna tenga conocimiento de ello”.
EN POCO tiempo nuestra población va a quedar diezmada, porque las generaciones futuras están entregadas a satisfacer sus adicciones y poco les importará salir del infernal mundo de drogas en el que permanentemente se encuentran, es necesario y urgente que las autoridades de los tres niveles de Gobierno tomen cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde para encontrar una solución a este galopante problema social, terminaron diciendo.
ANTES DE retirarse, nos enteraron de que las autoridades ministeriales, por primera vez en su historia laboral en la comunidad, lanzaron una voz de alerta sobre la presencia de ladrones de cuello blanco disfrazados de supuestos inversionistas, que con el cuento de “aportar una cantidad pequeña en un fabuloso negocio, recuperarían una importante cifra de efectivo en cuestión de días”.
ESAS PERSONAS, a todas luces fraudulentas, llaman a su “negocio” “El telar de la abundancia”, que no es otra cosa más que aquella estafa de hace algunos años, conocida como “el esquema de Ponzi o la pirámide tradicional”, en la que se beneficiaban de una a tres personas y nada más, en tanto que el resto de los “incautos inversionistas se quedaban con un palmo de narices”.
LA PRESENCIA de este “Telar de la abundancia” es un fraude evidente, estos esquemas piramidales necesitan estar constantemente alimentados con dinero, de lo contrario “los inversionistas” habrán perdido el capital aportado.
SU ESQUEMA de funcionamiento es igual a la “pirámide tradicional”, una persona o empresa promete ganancias milagrosas con un mínimo de riesgo, casi nulo o muy bajo, y para que sobreviva aparecen “los socios” que divulgan que están ganando mucho dinero y tratan de convencer a otros individuos “para que ingresen a ese modelo único de inversión en el mercado bursátil.
PERO CUANDO el financiamiento o red de contactos de los participantes se agota, el esquema o sistema piramidal colapsa y el organizador o empresa administradora desaparece, llevándose el total de las aportaciones de “los incautos inversionistas”, que en este caso pueden alcanzar una cifra millonaria.
LA REAPARICIÓN de este tipo de estafas ocurrió la semana pasada en la capital del estado, donde cinco mujeres cayeron en la trampa de “invertir 24 mil pesos cada una, para recibir en tres semanas sus utilidades monetarias a razón de 192 mil pesos por persona”, pero que al descubrir “el truco del fraude”, demandaron el ejercicio de la acción penal en contra del “organizador del ‘Telar de la abundancia’”, con la esperanza muy remota de recuperar su dinero, porque el pillo listo y sus secuaces ya desaparecieron de la entidad.
Y COMO se cree que se instalaría en alguno de los 11 municipios del estado a hacer de las suyas nuevamente, las autoridades del ramo alertaron a su población para que no caigan en este juego y denuncien el asunto en cuanto sean “invitados a invertir poco para ganar cifras exorbitantes de dinero” y de esa manera frenar la actividad delictiva de los pillos listos.