“La Única Estrategia Contra la Desigualdad es la Caridad Cristiana”

Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez (Foto: Facebook Diócesis de Aguascalientes/ Correo Diocesano)

“Es difícil que un rico entre al reino de los cielos, lo dice el Evangelio, pero hay que entender perfectamente lo que es: Aguascalientes está plagado de empresarios millonarios, pero que son buenos; a veces la gente que más tiene es desprendida y generosa, pero podemos haber pobres que somos ‘ricos’ porque nos apegamos a lo poquito que tenemos y no somos capaces de compartir con los que no tienen nada y por eso en el mundo hay ricos que se hacen cada vez más ricos y pobres que son cada vez más pobres”, dijo en su homilía Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes.

Para ser seguidores de Jesús “hagamos lo que nos pide y es que lo que demos, sea de corazón, no nos apeguemos a las cosas del mundo, no nos dejemos llevar por la vanidad, el orgullo, la soberbia, los vicios y las deformaciones de nuestra conciencia que nos llevan a hacer el mal a los demás”.

Recordó las palabras del Papa Benedicto XVI, que decía que “ningún movimiento político o social tiene la estrategia para quitar la desigualdad entre la riqueza y la pobreza, sólo la caridad cristiana, si somos capaces de vivir el Evangelio y ser caritativos con los demás, porque hay poca coherencia entre lo que creemos y vivimos, algunos somos buenos para orar y rezar, pero poco compartidos con las cosas, nos cuesta desprendernos de esos bienes y no sólo eso, hay incapacidad para comenzar con la familia al ser más generoso, dedicarles tiempo, brindarles cariño, atención e incluso compartir el dinero con ellos. Es bonito que el padre, la madre y los hermanos sean compartidos, que piensen en toda la familia y aprendamos a desprendernos de las cosas materiales, eso nos hace mucho bien”.

Otra cosa importante es cumplir los mandamientos, porque a nivel moral hacen el bien “no robar, no mentir, no cometer adulterio, no andar en cosas en denigran la vida cristiana, si tuviéramos ese nivel, el otro nivel es el seguimiento de Jesús”.

Y para eso “hay que dejar al padre, la madre, hijos, hermanos, casa y Jesús promete que todo eso se recibirá al 100 por ciento, pero también, por seguirlo, habrá persecuciones. En el seminario de Aguascalientes hay vocaciones interesantes: muchachos que ya habían terminado una carrera, tenían su trabajo, estaban bien ubicados y tuvieron el llamado de Dios, dejan todo para seguirle y como sacerdote encontramos hermanos, padres, madres, gente que nos quiere mucho, pero también gente que nos apedrea, nos critica y persigue.

“Jesús fue muy clarito al decir que quien lo siga va a recibir multiplicado todo aquello que deje, pero también habrá persecuciones y esto pasa con todos los que se deciden a llevar una vida cristiana, siempre tendrán obstáculos. Cuando hay una conversión y esa persona se decide a vivir como Dios manda, lo van a criticar desde su misma familia, pero no tengamos miedo, aspiremos a la perfección, a ser personas buenas, abiertas, que vean lo más bonito cuando no se rechaza al rey de reyes, porque siempre nos abre las puerta para ser mejores y nos da la sabiduría más preciosa de que el oro y la plata no valen nada cuando él nos llame porque no nos vamos a llevar nada de las cosas de este mundo a las que tanto nos afanamos”.