“No hay que Caer en la Seducción del Poder”
Por Benny Díaz
“El Mesías de Dios es quien perfecciona y tiene la autoridad y el poder para poder liberar el mal y dejó una misión en la Iglesia que debemos continuar y es la misión de Jesús en enseñar curando.
“El Papa Francisco en su magisterio nos muestra que debemos tener cercanía con los olvidados, con los más pobres, con los que sufren tanta violencia. Salgamos en busca de las ovejas perdidas, enfermos, necesitados, aquellos que viven situaciones difíciles, hay que enseñar con autoridad, pero ésta no es imponer reglas, manipular, escudarse en una investidura, infundir miedo, al contrario, es cercanía y acompañamiento con amabilidad y amor real hacia las personas”, dijo elocuente el obispo Juan Espinoza Jiménez en su homilía dominical.
Esto se logra, continuó, “con palabras auténticas, no huecas o diplomáticas, no hay que caer en la seducción del poder, tanto en la jerarquía de la Iglesia como en los fieles laicos, no se diga en otras instituciones”.
La palabra doctrinal es poderosa y “tiene una acción exorcista porque Jesús tiene poder divino y como hijo de Dios, simultáneamente con el Padre vino a cambiar al mundo que en donde el hombre está poseído de espíritus inmundos, hay seres humanos en los que manda el demonio y cuando Jesús los expulsa se van, como no es ningún charlatán, no engaña y los demonios lo reconocen como el hijo de Dios y lo obedecen, por eso libera de la esclavitud, busca purificar, trae el perdón, muestra ternura y restablece el orden interior y la calidad de vida”.
Recordó a los files que Jesús no es sólo el profeta esperado, “sino el Verbo eterno, el mesías que viene a salvarnos de los males que azotan y quieren destruir a la humanidad”.
Todo esto, hay que aterrizarlo en la vida de cada quien, “si se fijan en casa puede haber alguien inquiete y travieso y las madres de antes le decían que parecía que estaba ‘endemoniado’, o cuando vemos en la calle a alguien que está haciendo cosas desordenadas, como ir conduciendo a 100 kilómetros por hora, también decimos que va ‘endemoniado’.
Pidamos a Jesús que expulse los demonios que puede haber en nuestra familia, hay que evitar gritar, maltratar no nos dejemos llevar por el odio y menos que sea el que dirija nuestra vida. En la sociedad también pueden haber demonios como la corrupción, la mentira, el engaño; evitemos hacer esas cosas y contribuir al bien común, en lugar de destruir, hay que unir”.