Estranguló a Mujer y la Descuartizó

A sólo 26 años de prisión fue condenado el jubilado del Inegi y taxista Gustavo Adolfo Martínez Rincón, de 63 años, quien mató y descuartizó a su amante, Sandra Alejandra Guerrero Oropeza, cuyos restos tiró en bolsas negras, junto a la carretera federal 45 norte, en terrenos de San Francisco de los Romo y en Pabellón de Arteaga.

El asesino fue procesado por el delito de feminicidio, pero su defensa se acogió al juicio abreviado y tras declararse culpable, recibió la mitad de la condena.

El Crimen

Sandra Alejandra, que contaba de 29 años, desde hacía cuatro años sostenía una relación amorosa con el Gustavo Adolfo.

Poco a poco el noviazgo comenzó a tornarse tóxico, por lo que Sandra Alejandra pensaba en terminarlo.

La noche del jueves 27 de octubre de 2022, Sandra Alejandra, madre de dos niñas, una de ellas de seis años, le pidió a su amiga Brenda Carolina Pérez Pérez, de 25 años, con la que compartía el mismo domicilio, en el frac­cionamiento Villas de Nuestra Señora de la Asunción, que a la mañana siguiente le cuidara a sus hijas, pues saldría con Gustavo Adolfo.

Alrededor de las nueve de la mañana del viernes, el ruletero pasó por ella y se dirigie­ron a desayunar birria al fraccionamiento Las Cumbres, y posteriormente a un domicilio del fraccionamiento Mirador de las Culturas II.

En ese sitio, de acuerdo a información extraoficial, se logró conocer que el taxista le reclamó a Sandra Alejandra que un sujeto le diera “me gusta” a una de sus fotos en su cuenta de Facebook.

Enfurecido, Martínez Rincón comenzó a golpearla y posteriormente le enredó un cable en el cuello y lo apretó al mismo tiempo le metió una bolsa de plástico transparente en la boca “hasta que dejó de respirar”, dijo el asesino.

En su afán de desaparecer evidencias, el sexagenario cortó los brazos y las piernas del cadáver. En una bolsa colocó el tronco y lo amarró con un lazo de plástico naranja y azul y en otras bolsas colocó los brazos y las piernas.

Por la noche las subió a su vehículo Nissan Platina y comenzó a circular por la carretera a Zacatecas, arrojando a la altura de San Pan­cho las bolsas con las piernas y los brazos y en Pabellón de Arteaga el tronco, para luego regresar a su casa al fraccionamiento Morelos.

El Hallazgo

Alrededor de las 11 de la mañana del sábado 29 de octubre, un automovilista encontró el tronco y los primeros minutos del domingo 30, otro conductor hizo el hallazgo del resto del cuerpo, por lo que se movilizaron las corpora­ciones policiacas y el “aparato investigador” de la Fiscalía General del Estado, quienes presumieron que se trataba de un hecho de la delincuencia organizada.

La necropsia arrojó que la mujer murió de asfixia mixta por estrangulación armada y obstrucción de vías respiratorias, siendo posteriormente identificada por sus familiares, quienes señalaron como principal sospechoso del crimen a Gustavo Adolfo, quien pronto fue capturado y reconoció el atroz feminicidio.

Asimismo, elementos de la Agencia Estatal de Investigación Criminal, en cumplimiento a una orden de cateo, “reventaron” el domi­cilio donde ocurrieron los hechos y fijaron y embalaron manchas de sangre y otros objetos.

Posteriormente irrumpieron en la casa de Gustavo Adolfo, donde hallaron un machete con mango de plástico naranja y una segueta plateada, los cuales pudo haber utilizado para hacer los cortes de las extremidades.

La Sentencia

El lunes 7 de noviembre de 2022, la Fiscalía General del Estado informó que con las prue­bas aportadas por la Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto y el trabajo de los Ministerios Públicos expertos en la resolución de Homicidios, lograron que el juez de Con­trol y Juicio Oral Penal vinculara a proceso a Gustavo Adolfo por el delito de feminicidio.

Asimismo decretó prisión preventiva ofi­ciosa y fijó cuatro meses como plazo para el cierre de la investigación.

Ayer, a casi 11 meses del feminicidio, Gusta­vo Adolfo, a través de su defensa, se acogió al juicio abreviado en el que se declaró culpable para obtener la mitad de la condena.

Fue así que el magistrado le impuso una sentencia de 26 años de prisión y al pago de una multa y la reparación del daño a los deudos de la víctima mortal.