Fiesta Multicolor en Aguascalientes
Por Benny Díaz | Fotos: Ernesto Martínez Reyes
Aguascalientes se pintó de arcoíris en la marcha de la diversidad sexual, en una fiesta multicolor donde reinó la alegría, la camaradería, el amor y, desde luego, la cachondería más que pícara, sin perder el foco en la lucha por el respeto a sus derechos, que son los de todos.
Miles de personas –según cifras oficiales fueron entre 10 mil y 12 mil personas– participaron en la marcha del orgullo LGBTTTIQ por las calles y avenidas de Aguascalientes para “mostrar que existimos” y que al igual que cualquiera “tenemos derechos”.
Llegaron en parejas, solos, en grupo, algunos con alas de ángel, vestidos de forma estrambótica, maquillados, mostrando su “lado sexy”, resaltando sus ojos con largas pestañas, plataformas, estolas, abanicos y banderas, muchas banderas arcoíris y de representativas de cada grupo “de la comunidad”.
Hubo quienes iban con atuendos normales, parejas de lesbianas, homosexuales y de todo tipo, porque en la entidad “fue su día” y todo el mes de junio se celebra a quienes tienen una orientación sexual diferente a la heterosexual.
Camionetas y tráileres fueron los que estuvieron participando como carros alegóricos en donde iban varios de ellas, ellos y elles.
Gritos de júbilo y entre coquetos entre ellos incitaban a quienes estaban como espectadores y grababan su paso por las calles y avenidas, con gritos como “¡ese bigotón es joto!”, “¡el que mira y no marcha es maricón!”, entre otros mientras brincaban, se besaban o tomaban de la mano, quienes iban en pareja y se sentían en su elemento, en comunidad y sin ser juzgados, señalados o motivo de burla por, libremente, mostrarse como son y a quien aman.
La mayoría se anudaba la bandera arcoíris al cuello, como si fuera capa y caminaban con mucho orgullo.
Al llegar el contingente a la plaza de armas, se concentraron en la plancha y algunos de ellos hicieron uso de la palabra para hablar de este día tan especial en donde volvieron a romper récord de asistencia.
Agradecieron a los padres de familia, porque también hubo varios de ellas y ellos, quienes marcharon para mostrar que aceptan a sus hijos, hijas o hijes sin problema, que ya no son motivo de vergüenza para nadie y que los arropan de esa sociedad intolerante que los sigue señalando.
Reiteraron que lo único que desean es mostrar que “existimos, que cada vez somos más los que decidimos mostrarnos como somos, que tenemos derecho a tener la pareja que elijamos, formar una familia, tener acceso a la salud, vivienda y quienes lo deseen, incluso tener hijos”.
Hay familias lesbomaternales como homopaternales, esos niñas y niños llegaron de la forma que les pareció la más adecuada y exigen que se les respete desde el reconocimiento legal de que tienen dos madres o dos padres, según sea el caso, y que pueden llevar los apellidos de ambos o ambas en el orden que les parezca correcto.
También están quienes han sido madres o padres al tener una relación heterosexual antes, llegado el momento han decidido salir del clóset y emparejarse con quien en realidad aman y se sienten atraídos, esos hijos o hijas también tienen derecho a respetarse en todos los sentidos.
Aseguran que visibilizar todo esto es benéfico porque en el siglo XXI y en pleno 2023 ya a nadie debe escandalizar su derecho a amar a quien deseen, de forma que lo crean conveniente y tener la familia que deseen.