Por Laura Duarte Vega
EL USO de armas de fuego, masacres, asesinatos y violencia son temas que golpean la agenda política de Estados Unidos, con años y años de estadísticas acumulados que revelan una condición crítica para la nación, estamos obligados a no perder de vista la situación, comprender que es lo que propicia este ambiente tan violento y tomar conciencia para no repetir estas tendencias.
A VÍSPERAS de terminar el año comenzamos con los recuentos de lo que se vivió este lapso y lamentablemente la historia de Estados Unidos tendrá al 2022 como uno de los más violentos en cuanto a las masacres llevadas a cabo en su territorio; la organización no gubernamental Gun Violence Archive (Archivo de Violencia Armada en español) lleva la cuenta al 4 de diciembre de 2022, de 620 masacres reportadas y verificadas, las cuales categorizan por ser masacres en donde se reportan al menos cuatro muertes excluyendo al tirador, este dato posiciona a 2022 sólo por debajo del año 2021, siendo el más violento hasta ahora que cerró con un total de 690 masacres.
PERO TAMBIÉN este 2022 estuvo marcado por proyectos y campañas políticas alrededor del control de armas, pues entre las propuestas de decenas de candidatos a puestos representativos en el contexto de las elecciones, se expresó un discurso de hartazgo y lamento ante la situación crítica en cuanto al uso de armas y sus consecuencias, con propuestas de elevar la edad mínima para adquirir un arma de fuego de 18 a 21 años, aumentar las restricciones en el proceso para adquirir armas desde la verificación de antecedentes, hasta el prohibir las ofertas comerciales en la venta de armas de fuego, lastimosamente el contraste de estos discursos se refleja en la permanencia de la defensa a la segunda enmienda constitucional de Estados Unidos, que protege su derecho de portar armas, pues se mantiene vigente y no se identifica una tendencia en la que esta pierda el apoyo en una medida que garantice el cese al fuego en Estados Unidos.
DÍA CON día los indicadores en cuanto a la violencia que se vive en Estados Unidos seguirán aumentando, al menos en el futuro cercano. Mientras la condición no mejore hay que reconocer que la posesión de armas no es la única razón que motiva a una sociedad tan violenta, el racismo que permanece en Estados Unidos hacia las diversas razas que lo conforman, la discriminación hacia las minorías y el odio en general hacia lo ajeno, son las bases para una sociedad fragmentada con la facilidad llevar su odio y rechazo hasta las últimas consecuencias.
LA SOCIEDAD norteamericana, como muchas otras, no debe de limitar la crítica al bajo control de armas a una responsabilidad única del gobierno, claro que las acciones de los mandatarios pueden tener efectos más inmediatos, pero como sociedad debemos de aportar con terminar los discursos de rechazo, marginación y violencia que nutren esta violenta tendencia de masacres.
CUESTIONARNOS LOS comportamientos diarios que tenemos y terminan la violencia desde cualquier espacio, pues seguirá siendo lamentable el perder vidas diariamente por no reaccionar.