Por Omar Cantero Carranza

Fotografía relevante a la nota.

Omar Cantero Carranza

Mayor énfasis y presupuesto a la prevención del delito y cultura de la paz, menor presupuesto a la Policía Estatal y Municipal

LA VIOLENCIA que vivimos en Aguascalientes, como en muchos estados del país, como Zacatecas y León, Guanajuato tiene un trasfondo que no es de sabios identificar mucho, menos para nuestros gobiernos estatales y municipales: la drogadicción enferma y mata a la sociedad cada vez con mayor rapidez.

PARA CONOCER el fenómeno de la drogadicción, hay que vivirlo en realidad. Mientras que las autoridades estiman que en promedio el incremento es de un 35% en los últimos cinco años, los ciudadanos participantes, nos hablan de que en realidad puede ir del 100 al 200%.

EN AGUASCALIENTES los gobiernos estatales y municipales se quedan muy atrás en acciones para combatir la delincuencia, mientras que los grupos delictivos hacen sus grandes cruzadas, (grandes finanzas) para aumentar sus ventas, a la par que luchan encarnizadamente por el control de las plazas.

PERO EL verdadero interés de los cárteles no es cualquier cosa, se estima que los recursos que generan triplican el presupuesto de los gobiernos municipales. Si el presupuesto general de Aguascalientes fuera de 10 mil millones de pesos, los dineros del crimen serían de 30 mil millones de pesos.

LAS DROGAS en las calles es un azote que trae consigo otros males: robos de vehículos, de centros comerciales, suicidios, homicidios, violaciones, etcétera, cada vez es más alarmante la cantidad de jóvenes que son adictos y la edad a la que se inician los menores en el consumo de sustancias.

DERIVADO DE las adicciones, nuestra sociedad subsiste un problema de afectación al entorno familiar y poco a poco vemos más personas que caen a la penuria, luego de los efectos psicológicos y psiquiátricos de su adicción.

EL ESTADO y el Municipio en pro de no afectar la reactivación económica, no realiza operativos en bares, restaurantes y antros. Nos asombraríamos del tráfico de sustancias y seguro también de armas de fuego en esos lugares.

UN ADICTO requiere de siete a ocho mil pesos mensuales en promedio para mantener sus consumos. Los que tienen la capacidad económica navegan sin problema, pero los que no, incurren en abusos de confianza en su entorno y luego en los robos y asaltos o, en el peor de los casos, en la distribución ambulante de drogas para preservar su adicción.

SINCERAMENTE CONSIDERO como una burla por parte del estado y el municipio siempre anuncian mayor presupuesto para el tema de la seguridad pública, elementos mejor preparados y pagados en las calles, con la farsa para combatir con decisiones firmes y tajantes el crimen, y a los ciudadanos nos devuelvan el sueño de paz y tranquilidad en casa, mientras que el rubro de la prevención y atención de adicciones no llega ni a un cinco por ciento de esos recursos. No existe una verdadera, razonable y constante programación de la cultura de la paz como prevención al delito adecuada al estado.

LA DELINCUENCIA no se combate solamente con más policías corruptos y seguridad ciudadana, sería absurdo el elemento más importante y no tomado en cuenta es la prevención del delito y eso se logra evitando que vecinos de cualquier edad, pero principalmente nuestros jóvenes, caigan en la drogadicción y los que han cometido delitos tengan una real y efectiva reinserción social. Áreas verdes seguras, programas de educación, empleo, deportivos y sociales son la herramienta principal para este objetivo.

NO BASTA con reprimir con operativos de vigilancia para combatir malvivientes, robos a casa habitación, robos de vehículos, así como robo a transeúntes, autopartes, a negocios, drogadicción, vandalismo en las áreas comerciales, colonias y barrios de la ciudad.

PARA RECONSTRUIR el tejido social, que durante muchos años se dejó de atender, se deben realizar de manera conjunta diversas acciones, entre las que destacan: Pláticas preventivas y talleres de formación laboral, rescate de espacios públicos en colonias, barrios y comunidades, pláticas en el sector educativo, ferias de prevención del delito, así como jornadas culturales y deportivas.

EL TEJIDO social implica desde mi perspectiva un montón de relaciones significativas que determinan y permiten a sus integrantes ser, estar, producir, crear, interactuar, proyectarse y decir en todos los ámbitos de interacción social como lo son la familia, la escuela y la comunidad en todas sus variantes. Es la palabra un elemento básico para la construcción de la concordia o para lastimarla.

LAS ORGANIZACIONES civiles son un brazo fuerte para la reconstrucción del tejido social en contra de las adicciones, en donde la metanfetamina que le está ganando el lugar a la marihuana en Aguascalientes, en cuanto a consumo, pero lo que estamos viendo es que no es otra cosa que un veneno que daña la salud más rápido que otras drogas y es capaz de matar a los adictos.

PARA LOS jóvenes se trata de un poderoso estimulante, altamente adictivo, que acelera la actividad del cerebro, el sistema nervioso central y la excitación sexual. Pero los efectos son que poco a poco reduce el tamaño del cerebro y provoca daños al hígado y al corazón.

NUESTROS DIPUTADOS y senadores deberían de tomar acciones en lugar de reducir en pleitos polarizados, mientras que ya debieran haber legislado para que la producción y el tráfico de drogas sea castigado en proporción directa a los daños que causen, como es el del “crystal” y otras metanfetaminas.

EL OBJETIVO debe ser fortalecer la cultura de paz para reconstruir el tejido social, donde existan de manera conjunta diversas acciones, como pláticas preventivas y talleres de formación laboral, rescate de espacios públicos en colonias, barrios y comunidades.

ES NECESARIO buscará incentivar la participación comunitaria para generar una verdadera cohesión social, que propicie la corresponsabilidad entre la ciudadanía y las instituciones del gobierno para alcanzar acuerdos locales que permitan ir resolviendo conflictos.

NUESTRA CIUDAD se ha convertido en un caballo del Apocalipsis. No podemos dejar que nuestra ciudad se siga enfermando y se nos muera en las manos, porque de ella formamos parte todos.

O NOS UNIMOS en un mismo fin, o estaremos presenciando el resquebrajamiento paulatino de la ciudad que heredamos de nuestros padres y queremos legar a nuestros hijos ¿y ahora qué sigue?