Por Omar Alejandro Cantero Carranza
JOHAN FABIÁN Rodríguez Sánchez era un joven estudiante de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Aguascalientes, quien perdió la vida tras ser asaltado de forma desgarradora en mi opinión, consecuencia del abandono de los últimos años por los gobiernos a cargo, que no han garantizado que los y las adolescentes tengan un desarrollo con las mejores condiciones posibles, las autoridades estatales y municipales deben de involucrarse para realizar una Prevención Integral.
SI BIEN es cierto, las instituciones como la familia, núcleo encargado de la integración social primaria del niño, la educación, formación académica y profesional y la comunidad que establece los servicios y programas de carácter comunitario, que respondan a las necesidades, problemas, intereses e inquietudes de las y los adolescentes, a ellos y a sus familias, y den la orientación adecuada.
ACTUALMENTE NOS encontramos en un mundo globalizado, donde la violencia puede aparecer como una respuesta ante una frustración social, cultural y hasta política, el individuo actual ha puesto sus esperanzas en un crecimiento basado en el consumismo, por lo que perdió de vista su dimensión como persona socialmente integrada a una comunidad. Esta sociedad industrializada, urbana y consumista alimenta deseos o aspiraciones por lo que despierta falsas esperanzas que no pueden ser satisfechas; todo esto excluye y discrimina a un gran número de personas, clasificando y haciendo de los adolescentes unos delincuentes, pero, sobre todo, tienden a destruir sus valores morales.
LA VIOLENCIA ha existido desde la misma historia de la humanidad, y Aguascalientes no es exclusiva de una determinada violencia que se ha catalogado en diferentes tipos, como la violencia cultural, la violencia estructural, violencia directa (golpes); entonces podemos ver que la violencia tiene parte de su génesis en una cultura de conflictos familiares, sociales, económicos, políticos; en consecuencia, muchos individuos están siendo afectados de manera directa o indirecta, en este sentido los adolescentes por sus estilos de vida, su forma de vestir, el modo de hablar, sus tatuajes o perforaciones, sus gustos por la música, por su origen étnico, color de piel, etcétera; son etiquetados (discriminados, no todos), como una generación que puede estar generando una parte de la delincuencia de un determinado territorio. Por ejemplo el fraccionamiento Villas de Nuestra Señora de la Asunción en Aguascalientes colocada por la Secretaría de Seguridad Pública como punto rojo de la ciudad.
TAL VEZ la sociedad no quiere ver o no puede ver, que este tipo de discriminación puede ser uno de tantos detonantes por los cuales los adolescentes se distancien de la sociedad, y se distancian porque ésta los reprime, no los entiende, no encuentran una manera de comunicarse entre ellos y ellas, tal parece que son dos mundos lejanos en el cual no existe un puente donde se genere sinergias para reducir esa brecha entre los adolescentes y la sociedad.
TAMBIÉN ES cierto y que debido a esta exclusión muchos adolescentes optan por tomar caminos que conducen a la delincuencia como alternativa de sobrevivencia, o por ser parte de una sociedad cada vez más violenta, por lo que genera fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de empleo, salud, educación, la falta de espacios para la cultura y el deporte, la desintegración familiar, la impunidad y corrupción, es el contexto en el que pueden encontrar una nuestra juventud aguascalentense en el siglo XXI.
SEGÚN EL Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales (culturacolectiva, 2017), en México, existen 18 mil 387 adolescentes que terminaron ingresando en 2015 y 2016 a un centro penitenciario por cometer delitos como robo, lesiones, homicidio, narcomenudeo y hasta feminicidios.
¿PODEMOS PREVENIR la violencia juvenil? Considero que el gobierno municipal y estatal debe tomar medidas urgentes para priorizar los planes y programas dedicados a los adolescentes y suministrar suficientes recursos, instalaciones, atención médica, salud mental, nutrición, vivienda, fuentes de empleo y con salarios con los que puedan alcanzar sus objetivos. Al igual los diputados deben legislar y promulgar, aplicar leyes y procedimientos especiales para fomentar y proteger los derechos y el bienestar de todos y todas las adolescentes.
AGUASCALIENTES DEBE apostar por programas de prevención prometedores, por mencionar algunos:
PROGRAMAS DE aptitudes para la vida y desarrollo social concebidos para adolescentes a controlar su agresividad, resolver conflictos, y a adquirir las aptitudes sociales necesarias para resolver problemas;
PROGRAMAS PARA apoyar a los padres y enseñarles competencias parentales positivas bajo enfoques terapéuticos para los jóvenes que presentan un riesgo elevado de verse involucrados en actos de violencia;
REDUCCIÓN DEL acceso al alcohol, medidas para reducir el uso nocivo de drogas, restricción de la autorización de armas de fuego;
PROGRAMAS DE reducción de las concentraciones de pobreza y mejora del entorno urbano.
EN MEMORIA de todas las víctimas que sufrieron actos de violencia.
DESCANSA EN Paz. Johan Fabián Rodríguez Sánchez.