Fotografía relevante a la nota.

Porfirio Sánchez Mendoza
…¿de cuánto el billete?…

UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
LAS DROGAS…

Si bien es cierto que Aguascalientes, en comparación con estados cercanos: Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco y Guanajuato, es una isla en cuanto violencia e inseguridad, en la venta y consumo de drogas andamos mal, muy mal, pésimamente mal.

¿Por qué lo digo? Porque lo veo, porque lo oigo, porque lo percibo, porque muchos padres y madres de familia, maestros y empresarios me lo comentan alarmados: “la drogadicción está de la chingada; venden drogas con total descaro, ¡hasta fuera de los templos!”, dicen indignados.

Y lo constato: todos los días hay detenidos por la policía, lo mismo hombres que mujeres, con mariguana, cocaína pero los más con crystal que es veneno puro para el cuerpo y la mente de sus consumidores. Son cientos, miles de chavos que han dejado los estudios, sus trabajos por la maldita droga.

¿Cómo le hacen para consumirla si no tienen dinero? Hay, por lo menos, cinco maneras de lograrlo: cometiendo delitos como el atraco a transeúntes, robo a casas y negocios, prostituyéndose, o uniéndose al narco; la mayoría como “mininarcos”, a los que se les paga con el propio producto y así puedan drogarse “gratis”, ¿gratis? ¡Están acabando con su vida y con la vida de su familia! ¿Son ellos los únicos culpables de su destino? No, claro que no, el primer culpable es el propio gobierno.

Juzgue usted: todos los días la policía estatal y la policía municipal por no hablar de la federal (Guardia Nacional y Ejército) detienen a varios “charales” del narco, ¿tres, cuatro, cinco? Póngale número el lector: ¿dos? Órale.

Multiplíquelos por 365 días del año: 730 vendedores de droga detenidos.

Dos años: 1,460 vendedores de droga detenidos.

Tres años: 2,190 vendedores de droga detenidos.

Cuatro años: 2,920 vendedores de droga.

¿Cuánto tiempo tiene gobernando Martín Orozco Sandoval? Cuatro años (2,920), siete meses, 15 días (225), sume las cantidades y si Pitágoras no miente, son: 3 mil 145 “monitos”, los que deberían de estar presos una buena temporada; pero estamos hablando de dos, cuando el realidad la cantidad es mucho más alta.

Pero, ¿dónde carajos están encarcelados esos 3,145 mininarcos, si los penales con los que contamos no tienen ese cupo? ¡Adivinó! En la calle envenenando gente, asaltando gente en las calles, robando en casas, robando en comercios, robando vehículos, etcétera y, por supuesto, envenenando a la juventud.

Pero neta, la situación es alarmante y esto sucede hasta en las “mejores familias”.

 AQUELLOS AÑOS...

 Cuando Martín Orozco Sandoval era presidente municipal de Aguascalientes, acudió a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para entregar una lista de varias decenas de “tienditas” donde vendían de todo: mariguana, cocaína, pastillas psicotrópicas (“quesos”) y hasta Resistol 5000: drogas para todos los gustos y bolsillos.

Pero la entrega de nada valió.

El gobierno del estado anterior (léase Felipe González González), ya le había abierto de par en par las puertas al narcotráfico, puertas que ningún otro gobernador ha logrado cerrarlas por completo.

¿Quiénes hacen negocio con la gente del narco? En principio las policías: desde el cuico municipal, estatal, federal hasta llegar al fiscal, pasando por delegados federales, secretarios de seguridad pública y anexas, esa es la verdad.

Claro, hay sus honrosas excepciones, pero… Deje el lector le cuento un anécdota, que lo comente aquí mismo en su momento: había un director de la policía municipal que llegó a Aguascalientes con fama de ser de los “duros”, tanto con el hampa, como con los policías, como con la propia ciudadanía.

En ese tiempo yo ya había dejado de reportear, aunque el gusanito seguía anidando en mí, así es que una de esas noches llegué a las instalaciones de la Policía Municipal y estuve conversando con policías, jueces calificadores y hasta con algunos detenidos que llegaban a barandilla oliendo a petate quemado.

Me causó extrañeza que los jueces calificadoras no enviaran a la PGR a los viciosos que atrapaban con mariguana, sino que los arrestaban por unas horas y luego los dejaban en libertad ya cobrándoles su respectiva multa o haciéndoles el “paro” o luego de lavar tres, cuatro patrullas: según el sapo era la pedrada.

Tiempo atrás no era así la dinámica: cualquier detenido, hasta con un churro de “mois”, era enviado a la PGR con un oficio y la mota (mariguana) que cargaban, no importaba que fuera una bachita, allá los jefes se encargaban de lo demá$ y todos contentos pues se encubrían unos a otros.

Pero esa noche que llegué, reitero, la situación había cambiado por completo, el director, por más señas capitán retirado del Ejército Mexicano, había girado la orden en cuanto llegó, que la mota y el detenido ya no fuera canalizado a la PGR si la cantidad de droga “no lo ameritaba”.

Así es que los jueces en turno, bachita de a 15 gramos la metían en un cajón del escritorio del capitán.

Y ya cuando se “ajustaba” para hacer un ladrillo (un kilo) se reunía con sus cuicos de confianza y ¡a vender mariguana, mis querubines! A los propios drogadictos que, por supuesto, ya conocían y en reciprocidad los hacían intocables: “trabajan para el jefe”.

Pocos después de haberlo publicado el caso en este espacio, el director se vio obligado a “renunciar por motivos de salud”.

Posteriormente lo encontré como director de la Policía Municipal de Jesús María. Y le comenté a la persona que me había invitado a ver las nuevas instalaciones: ¿Cómo es posible que tengan a ese grandísimo cabrón aquí? y le comenté lo sucedido.

Poco después, me enteré que lo habían “renunciado”. Después supe que andaba diciendo que si me veía me iba a romper la madre. Pero ya no supe más de él; al poco tiempo me enteré que el capitán había muerto.

 ¿A QUÉ VIENE ESTA HISTORIA?..

 Voy con mi hacha.

Se debe a que la semana anterior el secretario de Seguridad Pública Municipal (ya no son directores, los subieron de rango para poder pagarlas más billetes), Antonio Martínez Romo, mejor conocido entre las personas que le hablan de tú, como “Poncharello” (“así me pusieron por mi parecido físico con Erick Estrada, que trabajó en la telenovela Dos Mujeres y un Camino, y en Patrulla de Caminos California”, me dijo en una reunión con un amigo en común), en entrevista con esta Casa Editorial, declaró que la policía municipal está poniendo atención en el combate al narcomenudeo porque en las colonias y comunidades se ha incrementado el consumo de drogas por su fácil acceso , sobre todo el crystal que es barato.

Fotografía relevante a la nota.

Antonio Martínez Romo
…así no Poncharello…

“Poncharello” asegura que todos los días se hacen revisiones y aseguramientos (sic) que se dan a conocer (resic).

Y reveló que “nosotros hacemos el labor preventivo y nos corresponde poner a quienes se detienen a disposición del Ministerio Público, y a la Fiscalía hacer las investigaciones”, así es que Antonio Martínez tiene la oportunidad de, como Pilatos, lavarse las manos con asombrosa facilidad.

Es como el chascarrillo aquel en el que Jesús le dice a Pedro: “Me amas más que éstos”, y Pedro le contestó: “Señor, el puto es Juan”.

Con esa facilidad Poncharello avienta la pelotita al MP y a la Fiscalía, pero el jefe policiaco debe saber que él y sus muchachos tienen la obligación de reportar y, en su caso detener, incluso, a los narcos de tienditas y, sí, como él lo declaró a esta Casa Editorial, ponerlos a disposición del MP a los detenidos con todo y droga.

Porque si el entonces jefe de la comuna, Martín Orozco, entregó a la PGR una lista de todas las narcotienditas, ¿por qué Poncharello no hace lo mismo y, de pasón rozón, entrega –bajita la mano– una copia a los reporteros que  cubren la fuente policiaca, para su publicación?, pregunto.

Pero con mucha frecuencia o niega información importante, o sesgada, o de plano sin fotos y sin nombres.

 MIS HUEVOS...

 Poncharello cree que la prensa es retrasada mental o que ellos, como tienen la sartén por el mango pueden manejarla a placer, fingiendo amistad o invitando al periodista un cafecito, una comida o cena cuando tienen el agua en el cuello por algún acto de corrupción.

Pero la pichada no es o no debe de ser así: la prensa es la que cierra la pinza en beneficio de la sociedad: la policía hace su trabajo de luchar contra los malandros, y la prensa hace el suyo informando a sus lectores con veracidad, pero los dueños de la pelota son soberbios: filtran lo que quieren, como quieren y como quieren.

En ocasiones, que son muchas, boletinan el hecho pero sin nombres de los responsables, vaya, ni siquiera Rodolfo “N”, ni Cuca “N”, sino dos “masculinos” y una “fémina” robaron un periódico. O una femenina y un masculino detenidos por portar una pistola en conocido antro del norte de la ciudad.

¡Mis huevos! Eso no es informar, sino desinformar. Sólo cuando la propia autoridad quiere “chamuscar” a alguien, entonces sí dan pelos y señales de los hechos, menos no. No son pocas las veces que taxistas han sido detenidos por vender drogas en los carros de alquiler, pero en muchas ocasiones no hay foto de ellos, ni de los carros de alquiler.

Y, cuando “hay”, a los taxis les borran número y placas y al chofer el clásico Rodolfo “N”, y tan tan, quesque porque así lo marca la ley, lo cual es un pretexto muy mamón.

La verdad es simple: hay intereses, cuotas de lana que mensualmente tienen que entregar y, sí los queman pues se terminaron cuotas y moches. El purrún es que nuestra juventud, ya camina como los zombies de Sahuayo. Todos drogados y al paso que vamos, en unos años más 60% de la población le venderá drogas al 40% restante.

 MARTES 13, OTRO BOTÓN DE MUESTRA...

 Y nuevecito: Los chamacos de Porfirio “Pilo” Sánchez Mendoza, que cobra como propietario de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, capturaron a un narco en posesión de cinco kilos de crystal.

“Pilo” boletinó que sus muchachos se habían cubierto de gloria porque el narco fue detenido cuando intentaba comprar un boleto en una de las taquillas de la Central Camionera y, cuando uno de sus perros olfateaba insistentemente la mochila del individuo de 22 años, originario de Chihuahua, sus morros abrieron la susodicha mochila y hallaron la droga, “suficiente para elaborar nueve mil 500 dosis”.

El narco fue puesto a disposición del MP de la Fiscalía General de la República, quien continuará, según “Pilo”, con las investigaciones del caso.

¿Cómo es el narco de 22 años?

“¡$abe!”.

¿Cómo se llama el narco?

“¡$abe!”.

¿Por qué “Pilo” lo protegió con tal descaro? “¡$abe!” ¿Hubo billete de por medio para que no salieran su foto y nombre en la prensa?

“¡$abe!”.

Así se las gasta “El Ojo de Vidrio”, ¡qué le vamos a hacer!, por eso estamos como estamos.

Llenos de narcos que la policía protege para que la opinión pública no los identifique porque después, en un rato de suerte, se convierten en “desarrolladores de viviendas”.

 SON MUCHOS LOS MALANDROS INFILTRADOS EN LA POLICÍA...

 Por otra parte, son muchos los malandros infiltrados en la policía de todos los niveles: municipal, estatal y federal. Poderosísimos los jijos de la jijurria.

Ahí tienen el lector a Édgar Veytia “El Diablo”, procurador general de Justicia, del priísta Roberto Sandoval, gobernador de Nayarit, ligado al narco y acusado de despojar inmuebles a los nayaritas; que hizo lo que quiso y cuanto quiso hasta que en Estados Unidos lo detuvieron por narco y no tuvo otra que confesar sus andanzas para ganar reducción de su condena.

Así se comprobó que, en sociedad con el gobernador priísta Roberto Sandoval, no sólo estaban metidos en el narco, sino que tenían un grupo de policías que, mediante la tortura y la extorsión, despojaron de ranchos, casas, bodegas, negocios terrenos y dinero a decenas de nayaritas.

Afortunadamente también el narcogobernador Roberto Sandoval, muy amigo de nuestro conocido Carlos Lozano de la Torre, también está en prisión, pero en Nayarit y no en el gabacho, como “El Diablo Veytia”.

 OTRO ANÉCDOTA MUY CAÑON...

 El siguiente relato es cuando el suegro de Alfonso Durazo Montaño (flamante gobernador electo de Sinaloa), Jorge Chávez Castro era procurador general de Justicia de aquel estado; en aquel tiempo había una serie de secuestros de gente importante. Uno de ellos fue el de una joven de familia muy rica, cuyos apellidos se guardan aún en el anonimato.

El director de diario El Debate, José Angel Sánchez López, fue a la oficina de Chávez Castro, del cual era muy amigo, le reclamó su falta de profesionalismo y huevos para rescatar a la joven secuestrada por unos junior, hijos de temidos narcotraficantes.

Ante el fuerte reclamo del periodista, el suegro de Alfonso Durazo no tuvo más remedio que aceptar que sabía dónde estaba la jovencita secuestrada y le respondió así a Sánchez López: “Mira sabíamos dónde estaba la muchacha secuestrada. Pero si yo concentro a toda la Policía Judicial Estatal y les digo: ‘Vamos a tomar la casa de este amigo y a rescatar a la muchacha’, en ese momento me matan, ahí mismo, mis propios agentes…”.

De este tamaño es el poder del narco sinaloense; años después, en 2003, Chávez Castro fue asesinado cuando llegaba a su casa por un solitario sicario, del que no se supo más. Y eso que Durazo era secretario del presidente Vicente Fox.

Lo que por años se guardó con recelo, fue que a Chávez, según lo reconoció nuestro conocido Óscar González Mendívil (fiscal general de Justicia en el gobierno de Carlos Lozano de la Torre), entonces procurador general de Justicia de Sinaloa, fue que en contra Chávez había una averiguación previa por narcotráfico.

 Y A PROPÓSITO: ¿NO HABLARON DE CARLOS?

Como lo publicó esta Casa Editorial, el gobernador Martín Orozco Sandoval, en rueda de prensa reveló que tuvo una reunión en la Ciudad de México con Santiago Nieto Castillo titular de la UIF (Unidad Inteligencia Financiera) y que él le pasó mucha información de lo que acontece en Aguascalientes con los “traviesos” y dijo que “Santiago Nieto Castillo presentó también datos muy interesantes del estado, que los traigo.

Fue un intercambio de información, habrá una segunda reunión en unas semanas que nos citen, pero ya luego se ven muy específicos los objetivos con nombre y apellido de algunos temas de delincuencia organizada”.

Narcos, narcos, narcos. Funcionarios, funcionarios y funcionarios. Pero ¿no hablarían de Carlos Lozano de la Torre?, pregunto porque AMLO se la cantó derecha al “Patrón del Mal” y, posteriormente, se la remachó el propio Nieto Castillo.

Pero ayer miércoles, el gobernador Orozco pintó su raya: “El tema de la Unidad de Inteligencia (UIF) no es nuestro, sólo vamos a trabajar en conjunto, pero ahí queda”.

El que entendió, entendió.

 Y CON ESTA ME DESPIDO...
 EL RECULÓN TOÑO MARTÍN DEL RANCHO...

 Bastó que el presidente del Instituto Estatal Electoral (IEE) Luis Fernando Landeros Ortiz declarara a esta Casa Editorial que “algunos suspirantes a la gubernatura de Aguascalientes ya andan muy acelerados destapándose como candidatos, sin siquiera concluir el proceso electoral 2020-2021”, cuando el nacido en Rancho Nuevo reculara y declarara a nuestra compañera Benny Díaz que él no andaba suspirando por la gubernatura y que estaba totalmente metido en su chamba:

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Juan Antonio Martín del Campo
…doble moral…

“Yo estoy muy tranquilo, estoy trabajando en el ámbito que me compete, que es el legislativo, y las propuestas que entreguen las presentaré públicamente”; así de grande fue la reculadota de Juan Antonio el pasado martes 13, durante el Foro sobre el tema de educación que presentó el exgobernador Otto Granados Roldán, organizado por el acelerado Juan Antonio que, como “La Chimoltrufia”, “como dice una cosa dice otra”, según le convenga.

Toño presume de ser un hombre honesto a carta cabal y amante de la ley y la verdad, pero luego le aplaude a los rateros y hasta les da su palmadita en la espalda.

¿Qué confianza puede inspirar al electorado un sujeto como Juan Antonio, de doble moral, que hasta se avergüenza del lugar en que nació?

* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 15).