Por Regina Sepúlveda Van Hoorde
EN ESTE momento, Estados Unidos es de los países que está produciendo y distribuyendo más vacunas contra el COVID-19 en el mundo. Su programa de vacunación se ha llevado a cabo de manera exitosa y acelerada, lo que ha generado una nueva forma de turismo médico que es llamado turismo de vacunas.
CIENTOS DE miles de mexicanos y latinoamericanos han viajado a Estados Unidos en los meses pasados para vacunarse contra el COVID-19. Al menos 400 mil mexicanos se han aplicado la vacuna en Estados Unidos en lo que va del año 2021.
EN ESTADOS Unidos, este turismo de vacunas no es algo ilegal. Mientras que en otros países es necesario realizar un registro con detalles personales para obtener la vacuna, como en los países europeos, en Estados Unidos sólo necesitas tener una visa y que te permitan visitar el país. Existen 17 estados en los que para recibir la vacuna solamente es necesario presentar una identificación oficial, que puede ser un pasaporte, y ser mayor a 16 años. Los 17 estados son: Texas, Alabama, California, Colorado, Indiana, Iowa, Michigan, Nevada, Nuevo México, Ohio, Luisiana, Carolina del Sur, Tennessee, Virginia, Arizona, Florida y Nueva York.
LOS PAÍSES latinoamericanos no cuentan con la infraestructura necesaria para fabricar sus propias vacunas a nivel nacional. Por lo tanto, las campañas de vacunación en estos países se han visto obstaculizadas por retrasos en el suministro y escasez. En Estados Unidos se ha vacunado aproximadamente a 157.48 millones de personas por lo menos con la primera dosis, lo cual es alrededor de 2.3 veces el número de vacunas que se han administrado en América Latina.
ESTADOS UNIDOS ha sido uno de los países que ha acaparado enormes cantidades de vacunas contra el COVID-19 en comparación con otros. Tan es así, que el país es de los pocos que cuenta con un problema de demanda y no de oferta en cuanto a las vacunas. De esta forma, se han puesto en marcha campañas de vacunación masivas que también se dirigen a personas no residentes. De esta forma, Estados Unidos busca reactivar la economía del sector turismo, que ha sido tan golpeado por la pandemia.
VIAJAR, EN general, siempre ha sido una actividad costosa e implica un cierto nivel de privilegio. En el caso de las personas latinoamericanas que viajan a Estados Unidos para vacunarse contra el COVID-19, son las personas que tienen los medios económicos para hacerlo. Decepcionadas sobre la administración de las vacunas en sus países de origen, no conformes con los tipos de vacunas que se ofrecen, o desesperadas por esperar su turno, estas personas deciden que vale la pena gastar en un viaje a Estados Unidos con el motivo de obtener los beneficios de la vacuna.
AL PENSAR en cientos de miles de personas realizando este turismo de vacunas, debemos tomar en cuenta los costos. Los turistas deben pagar por boletos de avión de ida y vuelta, una prueba PCR, el hospedaje, así como gastos de transporte, comida y compras. Además, se debe tener en cuenta que no todas las personas se aplican la vacuna de una sola dosis. Las vacunas autorizadas en Estados Unidos al momento son las de Pfizer y Moderna, de dos dosis, así como la Johnson & Johnson de una sola dosis. En caso de no obtener la vacuna de una dosis, los turistas deben quedarse en el país por lo menos tres semanas o volver a viajar y realizar nuevamente los gastos para obtener la segunda dosis.
ESTE TURISMO de vacunas genera, de cierta forma, beneficios para ambas partes. Los turistas reciben su protección contra el virus y los estados que aplican la vacuna reciben ingresos en varios sectores. Se generan ganancias para los hoteles, aerolíneas, restaurantes y todas las empresas involucradas en el turismo. Sin duda, Estados Unidos se beneficia extensamente de los gastos del turismo de vacunas. Sin embargo, en repetidas ocasiones la Organización Mundial de la Salud ha mencionado que sólo estaremos seguros y podremos superar la pandemia cuando todos en el mundo estén seguros. ¿Qué pasaría si Estados Unidos donara las vacunas que le sobran para que se pueda vacunar a las personas más vulnerables en países latinoamericanos?