Por Paula Hernández*

Manifestación para exigir justicia por el asesinato del activista Samir Flores (Foto: Archivo/ Mario Jasso/ Cuartoscuro)

Manifestación para exigir justicia por el asesinato del activista Samir Flores (Foto: Archivo/ Mario Jasso/ Cuartoscuro)

SAMIR FLORES Soberanes, un activista indígena del medio ambiente, fue asesinado en Morelos en febrero del 2019, tras su oposición ante un referéndum sobre la construcción de un gasoducto y dos plantas termoeléctricas, organizando al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) para desafiar al gobierno del estado en una asamblea sobre la implementación del Proyecto Integral de Morelos.

EN OAXACA, Noel Castillo Aguilar, miembro y activista del Comité de Defensa de los Derechos indígenas (CODEDI) también fue asesinado en octubre del 2018 al formar parte de las campañas para defender las tierras y los ríos que predominan en las zonas de los grupos indígenas del estado. Noel marcó el quinto asesinato de un activista de derechos humanos del Codedi dentro del país.

ESTOS CASOS de asesinatos a defensores medioambientales no se dan únicamente en México. Más de 200 activistas fueron asesinatos en 2017, según el último informe del regulador de los derechos mundiales Global Witness. De acuerdo al informe, 207 hombres y mujeres fueron asesinados el año pasado en 22 países en defensa de sus tierras y recursos, convirtiéndolo en el peor año de la historia. Dentro de los cinco países con mayor número de asesinatos de activistas medioambientales en el año 2017 se encuentra Brasil, con 57 asesinatos, seguido por las Filipinas, con 48, Colombia con 24, México con 15 y la República Democrática del Congo con 13. Otros países incluidos en la lista del reporte son India, Perú, Honduras Nicaragua, Guatemala, Argentina, República Dominicana, Kenia, Myanmar, Paquistán, España y Turquía. Aquellos países con sólo un asesinato en ese mismo año fueron Liberia, Mozambique, Tanzania, Venezuela y Zambia.

¿POR QUÉ el defender el derecho a un ambiente sano es causa de muerte? ¿A caso el derecho al ambiente sano aún no está considerado un derecho humano?

LA ORGANIZACIÓN de las Naciones Unidas ha declarado un número significativo de derechos humanos, aquellos derechos que son considerados inherentes, inalienables y universales. Estos nacieron tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, con la Resolución 217 A (III), enlisto los derechos humanos universales en treinta artículos, creando así la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El objetivo de dicha declaración de la ONU es la promoción y protección de estos derechos, con el fin de conseguir libertad, justicia y paz para todas las personas.

LOS DERECHOS humanos se pudieran definir como aquellos “atributos, prerrogativas y libertades que se le reconocen a un ser humano por el simple hecho de serlo, e indispensables para una vida digna”. Estos se fundamentan en la dignidad de la persona, es decir, tienen como función el proteger la dignidad de los individuos, por lo que todo ser humano, sin importar su edad, religión, sexo o condición social, goza de ellos. Son aquellos derechos y libertades básicas que le pertenecen a cada persona en el mundo, desde su nacimiento hasta su muerte, basados en valores compartidos como la dignidad, la equidad, la igualdad, el respeto y la independencia.

ACTUALMENTE, LA ONU está en el proceso de reconocer el derecho a un ambiente sano como un derecho humano, el cual reúne las dimensiones ambientales de los derechos civiles, culturales, políticos, económicos y sociales, y protege los elementos centrales del entorno natural que permiten una vida digna. El reconocimiento legal de este derecho podría ayudar a proteger todos aquellos que arriesgan cada vez más sus vidas para defender la tierra, el agua, los bosques y la vida silvestre.

LOS ECOSISTEMAS, el agua, el aire y los suelos limpios son indispensables para la salud y la seguridad humana. El derecho al medio ambiente protege el espacio cívico para que las personas participen en un dialogo sobre la política ambiental. Sin él, las políticas gubernamentales suelen atender a interés comerciales de aquellos que tienen cierto poder e influencia, y no del público o a aquellos que suelen ser marginados políticamente.

EL RECONOCIMIENTO legal de este derecho se ha expandido a nivel nacional y regional durante décadas. Desde la Conferencia de Estados Unidos sobre el Medio Ambiente Humano en 1972, más de 100 países han incorporado el derecho a un ambiente sano en sus constituciones nacionales de diversas maneras.

EN MÉXICO, el esfuerzo más recientes en material ambiental ha sido la reforma al artículo 4º constitucional, publicado el 8 de febrero de 2012 en el Diario Oficial de la Federación, donde además de afirmar que toda persona tiene derecho a un ambiente sano para su propio desarrollo y bienestar, especifica que el Estado es el que debe de garantizar que se cumpla dicho derecho, obligando a cualquiera que cause daño o deterioro ambiental a tomar responsabilidad ante la ley.

POR OTRO lado, el Pacto Mundial para el Medio Ambiente ha sido otra oportunidad para proteger dicho derecho, lanzado en la Asamblea General por el gobierno francés. El Presidente Emmanuel Macron alentó al mundo a aprovechar el éxito del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y, con el Pacto Mundial, para responsabilizar a los Estados por la violación de los Derechos ambientales de un grupo o individuo. Así como los dos pactos internacionales de derechos humanos de 1966 codificaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Mundial es un intento de codificar los derechos y principios ambientales establecidos en la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano de 1972 y en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo en 1999.

LA CONTINUA viabilidad ecológica de nuestro planeta ha sido cuestionada por científicos de todo el mundo. Las organizaciones de la sociedad civil han expresado constantemente la necesidad de preservar la capacidad de la tierra para sostener la vida, restaurar ecosistemas degradados y fomentar una interacción equilibrada entre los seres humanos y la naturaleza. Un nuevo debate sobre el derecho a un medio ambiente sano aumentaría la conciencia de cómo los humanos no están aislados, sino que dependen del mundo y su naturaleza.

EL DERECHO a un medio ambiente sano reúne todo lo que la humanidad ha aprendido sobre cómo interactúan y se interrelacionan los derechos humanos y el medio ambiente; abarca las dimensiones ambientales de los derechos a la vida, la salud, la alimentación, el agua, el saneamiento, la propiedad, la vida privada, la cultura y la no discriminación, entre otros. Protegerá a aquellos activistas, como a Samir y Noel, que han sido atacados por sus propios gobiernos o empresas multinacionales presentes en el país por proteger su medio ambiente y sus tierras. El reconocimiento de este derecho le dará las herramientas y el apoyo político necesario para poder vivir interactuando sin problemas y con cuidado nuestro medio ambiente.

hernandezrpaula@gmail.com

*Estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey