Anotaciones Sobre la Guerra Civil Española

Por Carlos Alberto Sánchez Villegas*

Proclamación de la Segunda República en Madrid, el 14 de abril de 1931

Proclamación de la Segunda República en Madrid, el 14 de abril de 1931

DURANTE LA década de 1930 España fue protagonista de uno de los acontecimientos bélicos más importantes del siglo XX. La Guerra Civil Española no solo fue el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial, sino que representó la puesta en marcha de la ideología de los distintos países europeos que después lucharían en la guerra más destructiva del siglo pasado.

DESDE 1931 en España regía un gobierno republicano donde los partidos de izquierda constituían la mayoría, dándole al gobierno una ideología de corte socialista. La presidencia recayó en la figura de Manuel Azaña. Durante este periodo de años la resistencia al gobierno republicano por parte de distintos sectores fue amplia, sobre todo de grupos religiosos y monárquicos. En 1936 se reafirmó el gobierno de izquierda con Azaña a la cabeza, conocido como Frente Popular.

CON LAS elecciones de 1936, los republicanos ganaron la mayoría del gobierno, sin embargo, los levantamientos en contra no se hacen esperar, en una primera instancia se presenta el golpe de estado de Gil Robles, que aunque fracasó fue sucedido inmediatamente por el levantamiento del general Francisco Franco y la mayoría del ejército. Por otra parte, los sectores conservadores de la sociedad también protestan en contra del gobierno de izquierda.

A PARTIR de este momento comienzó la Guerra Civil, un conflicto donde el bando nacionalista encabezado por Franco tenía el apoyo de países como la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini; por su parte, el gobierno de la República tuvo el respaldo de la Unión Soviética y distintas brigadas de voluntarios que procedían de una gran cantidad de naciones. Ambos lados fueron apoyados con hombres y armamento por parte de países que influían desde el exterior en el conflicto.

ENTRE 1936 y 1939, España se convirtió en teatro de pruebas para las distintas naciones europeas, sobre todo para la Alemania nazi y la Unión Soviética. Para Alemania resultó más fácil ayudar a las tropas de Franco debido a la cercanía territorial en tanto que los soviéticos se encontraban más lejos, por lo que la ayuda a los republicanos tardaba mucho tiempo en llegar. Esta situación al final sería decisiva para la resolución de la guerra.

EN EL CAMPO diplomático, la llamada Liga de Naciones (antecesora de la ONU), se mantuvo al margen del conflicto. Países como Inglaterra y Francia fijaron posturas neutrales, se negaron a vender armamento al gobierno de la República, situación que perjudicó de gran manera a este bando contra unas tropas de Franco que se nutrían enormemente del arsenal alemán e italiano. Solo algunas naciones levantaron la voz a favor de los republicanos, entre ellas México, que en varias ocasiones intervino ante la Liga de Naciones en apoyo a la España republicana, sin embargo, no estaba condiciones de apoyar militarmente a este gobierno.

EN OTRAS cuestiones, la Guerra Civil en España arrojó distintos matices, fue un conflicto donde se involucró a la población civil a distintos niveles, conservadores, creyentes, liberales, religiosos, socialistas, etcétera. La gran mayoría de la población española intervino de alguna manera en este acontecimiento. Las consecuencias se dejarían ver aún varias décadas posteriores del término de las acciones bélicas. Esta guerra enfrentó, incluso, a miembros de la misma familia debido a las diferencias ideológicas que se podían presentar aún en cualquier seno familiar. (1)

PARA LOS países europeos la Guerra Civil Española sirvió como ensayo de lo que después conoceríamos como Segunda Guerra Mundial, que estallaría en 1939, para la España misma este conflicto es vital para comprender su actualidad. La historia de la II República Española acabaría en 1939 con el triunfo de Franco y los nacionalistas, pero las repercusiones aún tiene consecuencias en la actualidad. La II República sigue latente en gran parte de población, todavía se siente la añoranza de una España republicana que no alcanzo a forjar sus principios y objetivos. La llaga de la Guerra que marcó la historia del país ibérico sigue abierta y hace eco en los conflictos que aquejan la realidad española.

CUANDO MANUEL Azaña murió en 1940, perseguido por el gobierno de Franco fue enterrado bajo la bandera mexicana para que su cuerpo no tuviera que pasar por el deshonor de verse envuelto en la bandera nacionalista, un acontecimiento que da para escribir su propio capítulo, el del apoyo incondicional de México hacia una República Española a la que todos dieron la espalda. Mientras tanto si queremos entender a la España actual es indispensable observar aquel conflicto que sucedió en 1936.

Nota

1. Pierre Brové, Emile Témime, La Revolución y la Guerra en España. Fondo de Cultura Económica, 1971, 330 pp.

* Historiador, escritor y docente. Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes