* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
TIEMPO DE HABLAR…
Hoy jueves 26 de abril, se cumple exactamente un año del “suicidio” del empresario Felipe González Ramírez, que salió de la casa de campo de su padre, para ahorcarse en uno de los árboles, a la vera del río San Pedro.
La noticia del “suicidio” del expresidente local de la cámaras empresariales Canaco y CCE, corrió como reguero de pólvora y conmocionó a la ciudad; nadie podía creer que una persona tan adinerada, hijo primogénito de uno de los gobernadores más multimillonarios en dólares de Aguascalientes, el abarrotero Felipe González González, haya utilizado una simple soga para acabar con su propia vida.
¿Qué le pasó? ¿Por qué terminar su existencia de esa manera y no en la privacidad de su residencia, o en la espaciosa casa de campo de su padre? ¿Cuál fue el motivo de quitarse la vida a los 47 años de edad y dejar en la orfandad a dos hijas y esposa?
Se habló de que el Junior tenía fuertes y muy serios problemas económicos, otros dijeron que la culpa había sido su costosa y mal dirigida campaña, sumado al abandono de su padre que lo dejó desprotegido y perdió vergonzosamente la elección; en fin, las especulaciones brotaban por todos lados, tanto así, que un desequilibrado sujeto, llamado Ernesto de la Rosa, dijo que yo, Ramiro Luévano López, lo había matado.
De ese tamaño era y es el coraje que tiene ese tipo a mi persona: ¿envidia?, ¿frustración?, ¿dolencia?, ¿locura?, ¿drogas, agruras, diarrea mental?, lo ignoro, al individuo ese ni lo conozco.
Lo cierto fue que esa versión la aprovechó el conocido delincuente de cuello blanco, Rodolfo Franco Ramírez alias “El Ingeniero”, quien subió la calumnia a su blog, pero minutos después, temeroso de su delictiva acción, bajó lo dicho por el desquiciado Ernesto de la Rosa.
El suicidio del excandidato del Partido Movimiento Ciudadano (MC) a la alcaldía de Aguascalientes sucedió justo hace un año: miércoles 26 de abril de 2017, alrededor de las 14:00 horas.
Fue precisamente Ernesto de la Rosa quien dio parte a las autoridades del suicidio de su “amigo”, llamando al 911 para reportar el suicido número 40, de 2017.
A la llegada de los reporteros de la fuente policíaca, Ernesto de la Rosa comenzó a gritar como loco: “¡Fue Ramiro Luévano el que lo mató, fue Ramiro Luévano el que lo mató, fue Ramiro Luévano el que lo mató..!”.
Sin embargo, mucha gente tenía otras versiones, entre ellas, que el hijo del gobernador Felipe González tenía negocios con gente relacionada al lavado de dinero, que González Ramírez les había jugado una trastada (utilizando la casa de Cambio Interdisa, que él dirigía) y, como el narco no perdona, pues lo ejecutaron, pero que el crimen organizado lo disfrazó de suicidio, dijeron.
Claro que también varias personas, sobre todo de su círculo, le creyeron a Ernesto de la Rosa, pero poco a poco se dieron cuenta de que el “ingeniero” posiblemente andaba “mariguano” o “cocodrilo”.
Ha pasado un año y no me han llamado a declarar; no sé, lo ignoro, si el caso está cerrado o continúa abierto.
Lo cierto es que cuando llegaron los reporteros de policía y las autoridades, no había más gente que Ernesto de la Rosa y el cadáver macabramente colgado del hijo del exgobernador.
Y yo me pregunto: si el tipo ese aseguró que Felipe González Ramírez no se suicidó, ¿será entonces que él lo asesinó y pretende confundir a las autoridades con su mafufa y desquiciada versión?
No lo sé, lo cierto es que ese individuo, al que por cierto no conozco más que en fotografía, cada vez que tiene oportunidad me recuerda, y vomita muchas estupideces, ¿por qué está dolido? ¿Le entra a la mariguana? ¿Le entra a la cocaína? ¿Le entra a la morfina? ¿Es por eso que le repatea el éxito ajeno? ¿Qué le pasa a ese oscuro y mediocre sujeto?
Y CON ESTA ME DESPIDO…
Cuando Felipe González Ramírez andaba de campaña rumbo a la presidencia municipal, la cual estaba segurísimo de ganar, afirmaba que él tenía la fórmula para combatir el suicidio (ver recuadro):
“Muchas personas optan por el suicidio por la depresión que tienen de no poder llevar comida a su familia.
“Tendremos que trabajar muy fuerte en la generación de empleos y el fortalecimiento del mercado interno (sic); el mejoramiento de los espacios públicos es también importante para combatir la depresión y abonar a la recreación de las personas”, no era su caso por supuesto.
Felipe González Junior tenía suficiente dinero para llevar comida a su familia, no tenía problemas de empleo y su casa era bastante espaciosa, ¿qué fue lo que le pasó a Felipe González hijo?
Ernesto de la Rosa fue el que encontró “casualmente” al colgado, si alguien lo mató, entonces él es el principal sospechoso.
Reitero, es tiempo de hablar: Hoy, hace exactamente un año que apareció colgado el cuerpo sin vida del hijo del multimillonario exgobernador; quien “halló” su cadáver fue Ernesto de la Rosa. En el argot policiaco se dice que el asesino siempre regresa al lugar del crimen:
¿Es Ernesto de la Rosa el que asesinó a Felipe González Ramírez?, pregunto. Toca a la Fiscalía investigar a fondo e informar si el hijo primogénito del exgobernador se suicidó o lo asesinaron.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 26).