Cambio Significativo en la Configuración Social y Cultural

La investigación busca comprender cómo la presencia de distintas comunidades religiosas está modificando la vida cotidiana, las prácticas culturales y la percepción del entorno social en el estado
Entre los hallazgos más relevantes se encuentra la existencia de comunidades con larga trayectoria que habían pasado inadvertidas, como la fe bahá’í, presente desde hace más de 40 años en comunidades de los municipios estatales.
El panorama religioso en Aguascalientes ha comenzado a transformarse. Aunque el catolicismo continúa siendo la religión con mayor adscripción en la entidad, 92% de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, nuevas expresiones religiosas se han hecho presentes en los últimos años, lo que ha abierto espacios para reflexionar sobre la convivencia, el respeto y la tolerancia en una sociedad plural.
Así lo señaló la doctora María Eugenia Patiño, profesora investigadora del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Con el propósito de analizar estos cambios, la doctora desarrolla un proyecto con el que busca comprender cómo la presencia de distintas comunidades religiosas está modificando la vida cotidiana, las prácticas culturales y la percepción del entorno social en el estado.
A lo largo de tres décadas, la académica ha dedicado su labor al estudio del fenómeno religioso, en particular del catolicismo, pero en años recientes ha enfocado su mirada hacia las transformaciones del campo religioso local. Señala que el trabajo de campo revela una presencia creciente de comunidades diversas, entre ellas comunidades cristianas de método hebreo, Iglesias cristianas inclusivas con la comunidad de la diversidad sexual judías, musulmanas, de fe bahá’í, Hare Krishna, budistas, hinduistas y otras devociones populares.
La doctora Patiño señala que esta pluralidad, aunque aún de dimensiones reducidas, constituye un cambio significativo en la configuración social y cultural de la entidad, lo que invita a reflexionar sobre prácticas cotidianas que suelen considerarse comunes a toda la población. Menciona que expresiones como los altares de muertos en las escuelas, las procesiones religiosas o las celebraciones de Navidad pueden tener distintos significados para cada grupo, lo que abre la oportunidad de promover una convivencia más incluyente y respetuosa de la diversidad de creencias.
El proyecto se desarrolla mediante un enfoque etnográfico que incluye observación participante y entrevistas con integrantes de distintas comunidades religiosas. El equipo de investigación ha elaborado además una cartografía religiosa que permite visualizar la evolución de las iglesias y grupos religiosos en el espacio urbano a lo largo de cuatro décadas, identificando su ubicación, movilidad y permanencia.
Entre los hallazgos más relevantes, destaca la académica, se encuentra la existencia de comunidades con larga trayectoria que habían pasado inadvertidas, como la fe bahá’í, presente desde hace más de 40 años en comunidades de los municipios estatales. La investigación también documenta la diversidad interna de las propias tradiciones religiosas, en especial del catolicismo, donde las prácticas individuales combinan elementos de distintas creencias o espiritualidades.
Para la investigadora, el reconocimiento de esta diversidad es esencial para fortalecer la democracia y la cohesión social. Considera que promover espacios educativos y comunitarios sensibles a las distintas expresiones de fe ayuda a garantizar la convivencia respetuosa y el ejercicio pleno de las libertades protegidas constitucionalmente.
El proyecto contempla la publicación de un libro que reúna los resultados de la cartografía y la etnografía, así como la difusión de materiales de sensibilización dirigida a estudiantes, profesores y/o padres de familia interesados en la temática, con el objetivo de promover el respeto y el diálogo interreligioso desde la educación básica.