“Los Políticos Cambian Despensas por Votos”
Por Benny Díaz
“Jesús nos enseña que hay que estar alertas a las dádivas, porque algunos que gobiernan, cuando andan en campaña y desean ganar hacen cosas para que todos les aplaudan, reparten despensas hasta con el logotipo del partido para un día el favor se regrese con votos”, fue parte de la homilía del obispo de la diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez.
No sólo eso, “lo que reparten lo hacen también entre los de su partido y sólo algunos pobres, pero lo que dan no es lo de ellos, sino del mismo pueblo del que están esperando aplausos y reconocimiento”.
El purpurado dijo que “también esto se da entre hombres de la Iglesia, pero lo que debemos hacer es que cualquier persona necesitada hay que tenderle la mano, sea quien sea, hasta un enemigo, porque eso es lo que enseña Jesús para que se instaure de manera maravillosa lo que hacían los hipócritas, vanidosos y codiciosos para hacerse notar, pero cuando aquellos que menos tienen se abandonan a las manos de Dios, recibimos todo a cambio”.
De esta manera el jerarca católico ejemplificó el Evangelio de Marcos, capítulo 12, versículos 38 al 44, en donde Jesús alertaba a sus seguidores de los escribas porque les encantaba pasearse con amplios ropajes para recibir reverencias en las calles, buscaban asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes, pero sobre todo, se quedaban con los bienes de las mujeres que quedaban viudas condenándolas a la miseria y casi al repudio.
“Jesús se da cuenta que la viuda es pobre en dinero, pero rica en confianza en Dios y tiene generosidad sin límite porque aporta las monedas de menos valor, las que menos ruido hacen para Dios; mientras que los escribas y fariseos sólo eran apariencia y buscaban ser admirados porque eran vanidosos y se paseaban por las plazas para recibir reverencias”.
Hoy en día sigue pasando lo mismo, porque hay quienes se hacen notar “ayudando” pero no de corazón, sino de apariencia y para recibir aplausos y reconocimientos, “Incluso también sucede en la oración, hay quienes las hacen muy largas, pero es más un espectáculo para adquirir admiración de los demás, pero no es algo que sea verdaderamente para Dios.
Es hipocresía aparentar ser muy santos, y así hay laicos y sacerdotes, que podemos tener esa tendencia para que los demás nos admiren y lo menos importante es acercarnos a Dios y a Jesús no le gusta la hipocresía en sus seguidores”.
El obispo alertó de no caer en “esa religiosidad falsa, no hay que ser como los escribas que se aprovechaban de la pobreza de las viudas, les quitaban todo y las condenaban al desprecio, pero aparentaban ser buenos”.
Los discípulos de Jesús no deben ser codiciosos, tampoco practicar una falsa piedad ni ir disfrazados con piel de oveja, porque “ante Dios todas las apariencias caen, todo tipo de máscaras se quitan”.
Para concluir, Espinoza Jiménez dijo que el único que merece reconocimientos, aplausos, admiración y todo lo bueno es Dios, nadie más, “incluidos el Papa y el obispo”.