“Utilizan Gafas que Distorsionan la Realidad”, Truena
Por Benny Díaz
“Nos toca vivir hoy cosas que se ven con gafas que distorsionan la realidad para conseguir que se vea a lo malo como bueno, un ejemplo es el aborto como un derecho, la ciencia lo dice: es un crimen que se permite y también ver como normal al crimen organizado y, por lo mismo, no se buscan caminos para erradicarlo y que haya paz en México, no es bueno tener miopía espiritual ni esos humanismos sesgados e interesados en la lucha humanitaria que quiere ser para todos justa, Jesús muestra los valores cristianos a esos ciegos que no quieren ver el camino que ofrece como alternativa de verdad para generar un cambio en la situación social, pero prefieren seguir usando esas gafas distorsionadas de la realidad que persiguen otros intereses”, dijo Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes en su homilía dominical.
En el Evangelio de Marcos, capítulo 10, versículos 46 al 5, habla de cómo Bartimeo, un mendigo ciego grita desesperado al paso de Jesús que lo ayudara a ver, aun cuando muchos le reprendían para que callara, pero él gritaba más fuerte que tuviera piedad de él y Jesús se detuvo y pidió que lo llamaran.
El milagro se da, dijo el purpurado, porque “Jesús hace ver el camino a las personas, en ese camino por el que iba había muchas personas con discapacidad pidiendo limosna, pero sólo Bartimeo es sensible y da un salto en la oscuridad, dejando de lado el manto en donde recibía lo que la gente le daba, para ponerse ante Jesús y recobró la vista y fue capaz de seguirlo”.
Ante esto, el obispo pidió a los feligreses preguntarse “nosotros qué tan atentos estamos al paso de Jesús en nuestras vidas, si somos capaces de escucharlo y de seguirlo, si tenemos la fe para que nos pueda sanar de esas cegueras espirituales, de las que él como sumo sacerdote tiene compasión y comprende las debilidades humanas y hace que recibamos la luz de la salvación”.
Como Iglesia “sinodal y misionera, alentada por el Evangelio y la eucaristía, no debemos permanecer ignorantes, extraviados en esas cegueras espirituales, imploremos la compasión de Jesús para ser capaces de descubrirlo y caminar para seguirlo en una entrega amorosa”.
Sobre todo, reflexionar si en momentos “somos incapaces de mostrar a Jesús ante otros como esos que en el Evangelio de Marcos le dicen a Bartimeo que se levante, que no tema, que se presente ante el maestro o somos como aquellos que lo reprimieron para que no gritara y siguiera sumido en las tinieblas y pidiendo limosna. Hay que reflexionar si como agentes de pastoral hacemos lo que debemos y les ayudamos a otros a llegar a Jesús o se los impedimos”.