Son Curanderas que no Cobran por sus Trabajos, Señala
Por Benny Díaz
En México existe la libertad de culto y la brujería ha existido desde hace siglos, en el país existen lugares como Catemaco, en Veracruz, donde esa práctica atrae a personas de muchos lados, incluso del extranjero, que hacen “pactos” para obtener fama, dinero y poder; en Aguascalientes también se cuenta con un lugar que goza de fama de tener personas que se dedican a esa práctica y es Jesús María “en donde forma parte de la cultura, pero no deja derrame económica”, declaró en entrevista la diputada Laura Ponce Luna.
La panista aseguró que esas prácticas las realizan “mujeres, sobre todo de edad avanzada, que hacen limpias con huevo y algunas yerbas”, eso para quienes creen les ayuda a mejorar su economía o incluso su salud.
Aunque en lo local goza de fama de tener “brujas”, la diputada dijo que más bien se les ve como “curanderas”, y sí tienen mucha demanda de personas que acuden a que les hagan esos “trabajos”, pero que no cobran, lo hacen casi como labor altruista.
Contrario a Catemaco en donde existen varios personajes que se hacen llamar “el brujo mayor”, y en redes sociales se ufanan de haber ayudado a artistas a tener fama, a políticos a ganar elecciones y hasta a personas del crimen organizado para que sean “invisibles” ante las autoridades, todo esto con un pacto con el “ángel caído” o mejor conocido como el “demonio”.
En Jesús María no se llega a esos niveles, ahí todavía están en la etapa de que es a base de huevo y yerbas como se pueden curar los males, obtener dinero y en una de esas hasta el amor.
Hubo una curandera, dijo la diputada, de nombra Agapita, que era muy famosa y llegaban personas hasta de otros estados para someterse a sus rituales, pero “ya no está con nosotros”. Sin embargo, existen otras que siguen haciendo esas prácticas, pero insistió en que no es algo que deje derrama económica para el municipio y menos para el estado.
Tampoco se da el fenómeno, como en Catemaco, donde exista una lucha entre los que practican la brujería y el catolicismo, que es la religión más arraigada en México.