Por Benny Díaz

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Juan Espinoza Jiménez

Escuchar y hablar son dos palabras muy sencillas, pero no todos cuentan con la capacidad para ejercerlas con eficacia y “hoy no dejamos que el Señor nos toque, escuchamos tantos ruidos, tanta música, tantas opiniones, tantas cosas, que a veces nos confunde y no escuchamos a la persona que tenemos delante”, dijo Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes, en su homilía.

“Esposo, ¿escuchas de verdad a tu esposa?, o los hijos escuchan a sus padres. Cuántas veces hay mamás y papás que sufren y se desesperan ante el hijo que no los entiende porque están llenos de ruido.

“¿Los políticos escuchan realmente las necesidades del pueblo?, ¿los sacerdotes escuchan las necesidades de la gente?, ¿los jefes que tienen cargos, escuchan a sus empleados? Debemos escuchar la palabra de Dios si realmente buscamos un encuentro con el Señor, permitir que entre por nuestros oídos y llegue al corazón”.

El purpurado mencionó la otra parte: hablar.

“Somos tartamudos con los más cercanos, hablamos con personas, pero a veces no somos capaces de hacerlo con la familia, no sabemos cómo dirigirnos con los más cercanos, como los hijos, en el trabajo, porque a veces los vemos de arriba hacia abajo y se les trata como esclavos”.

Dios pide a la humanidad que escuchen y que hablen, que su palabra la pronuncien y envíen el buen mensaje de salvación y también hay que saber cómo hablar con el Señor.

“¿Cómo hablamos de él a los demás?, debemos ser puentes entre Dios y las demás personas, cuando llegamos de misa ¿hablamos de Jesús?, compartimos con la familia lo que escuchamos, porque ahora hasta miedo nos da hablar de Dios.

Vivimos en un mundo donde no tenemos la capacidad de hablar del Evangelio preferimos llevar una relación personal con Dios, sin compartirlo con los demás”. El prelado invitó a la feligresía a no tener miedo y a saber cómo hacer valer esas dos palabras de forma adecuada: escuchar y hablar. Porque primero hay que saber escuchar para poder hablar, pero hacerlo como Dios, quien no hace distinción entre ricos y pobres, al contrario, “ve más por aquellos que más lo necesitan”.

Sobre el quinto plan diocesano de pastoral dijo que está contemplado de 2024 al 2033 y “cada año vamos a tener algo específico por realizar”.