“Aunque Digamos que Vamos a Misa o Vivimos la Cuaresma”
Por Benny Díaz
“Dios siempre es luz para el caminar del hombre, no es una luminosidad, tal vez para los ojos de unas personas hace mucho tiempo viven ciegos por lo artificial, la apariencia y lo superficial”, dijo en la homilía dominical el obispo Juan Espinoza Jiménez. El purpurado señaló que con mucha frecuencia los cristianos son convencidos “de vivir en la oscuridad, la mentira, como si Dios no existiera como pretenden las ideologías dominantes”.
El mensaje para los católicos “es que el Evangelio nos recuerda que Dios nos ama y nos envió a su hijo al mundo, su hijo es luz para iluminar en las tinieblas, sacarnos del error, el pecado y para iluminar el camino Dios tiene una gran bondad, tanta que respeta nuestra libertad y oferta amor y tenemos la opción de aceptar o rechazar, cada uno de nosotros hay que analizar si lo hemos acogido”.
El obispo hizo varias preguntas: “¿ya te confesaste en esta cuaresma?”, “¿te preparaste para vivir la Pascua?”, “¿estás luchando para ser cada día mejor?”, “¿estás siguiendo la luz que propone Jesús al dejar determinada actitud?”, “¿cambiar algo que en tu vida está torcido?” Si no es así “optamos por la indiferencia, seguiremos en nuestras tinieblas porque podemos decir con palabras que vamos a misa, que estamos viviendo la cuaresma, pero con las actitudes muchas veces estamos dando la espalda a Dios y seguimos en el camino de las tinieblas”.
Hizo un llamado a los jóvenes para que se acerquen a Jesús para que viva realmente en el corazón y esto se da cuando “dejemos que la luz de Cristo nos ilumine nuestra mente, corazón, nuestras palabras y la noticia más bonita es que tengamos alegría con la confianza de que el padre celestial nos ama y nos ha enviado a su hijo para que tengamos vida y ojalá aceptemos y nos acerquemos a él.
Como jóvenes les puede dar vergüenza asumirse como cristianos, más cuando están activos en la iglesia, pero hay que perder el miedo a las críticas y vamos de noche a buscar a Jesús”.
El obispo dijo que “el amor de Dios es tan grande que acepta a aquellos que se arrepienten por más cosas que se haya hecho, porque el pecado lo limpia y a ti joven, si realmente quieres acercarte a la luz de Cristo acepta el precio que hay que pagar como es la cruz, no renuncies a ella, porque el premio es muy grande y es vivir en la luz y el amor de Dios vale la pena y hay que darlo todo por Cristo”.