Guadalajara Sigue Siendo un Semillero, Pero…
Por Benny Díaz
Febrero es el mes del seminario católico y los estudiantes de ese lugar acuden los domingos del mes a los templos de la Diócesis de Aguascalientes a recolectar dinero que les permite sobrevivir parte del año, porque el resto lo hacen con las aportaciones que realizan los bienhechores, pero también se reconoce que “las vocaciones han bajado, es uno de los grandes retos que enfrentamos: cómo atraer a los jóvenes a la iglesia”, dijo el obispo Juan Espinoza Jiménez.
En todo el territorio nacional sólo hay “cinco mil sacerdotes católicos”, Aguascalientes se encuentra en la “media”, porque sí ha tenido bajas en las admisiones al seminario y la Diócesis que sigue teniendo abundantes jóvenes es la de Guadalajara. Sin embargo, el purpurado mantiene la fe de que en Aguascalientes hay “campo fértil” para que haya quienes conozcan a Jesús y sientan ese llamado para consagrarse a él como sacerdotes.
“En el oriente de la ciudad hay muchos niños y jóvenes, el reto que enfrentamos es desde la pastoral juvenil, cómo hacer para lograr que se interesen y entusiasmen por la religión, pero más que nada que conozcan a Dios, que sepan que hay un mundo diferente al de los flagelos que hoy en día azotan a la sociedad no sólo en Aguascalientes y México, en todo el mundo”.
Resaltó esto porque en su reciente visita a Roma para encontrarse con el Papa Francisco, se tocó el tema de la formación sacerdotal, que debe renovarse y adecuarse a los tiempos actuales porque de otra manera no se puede lograr que la sociedad se interese en volver a la iglesia y comprometerse con esa fe.
Precisamente porque se coincidió con obispos de otras partes del mundo se dio cuenta que la violencia, la guerra, las adicciones y muchas otras cosas que hoy en día tienen atrapados no sólo a los jóvenes, sino a familias enteras, hacen que los retos para quienes están al frente de la iglesia católica sean mayores.
El Papa Francisco los invitó a que vivan el Evangelio, pero sobre todo que siempre estén atentos al pueblo de Dios e ir al encuentro de los hermanos que caminan solos.
“Nos invitó a que el sacerdote genere vida, ánimo, entusiasmo, paz, que sea constructor de buenas cosas, que busque la salud (espiritual) de todos y que sea algo más que un discurso”.
También invitó a los fieles a que en este tiempo de cuaresma vivan realmente este tiempo de reflexión y de perdón, que sea real esa pascua en donde para los que creen es el tiempo en donde se recuerda que “tenemos un Dios vivo, no muerto, que perdona y ama”.