Se Fincarían Responsabilidades a “Profesionales” que las Realizan

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Juan Carlos Regalado Ugarte (Foto: Ernesto Martínez Reyes)

“Las terapias de conversión para homo­sexuales siguen, no somos enfermos men­tales como creen, tampoco nos van a hacer cambiar porque no necesitamos terapia de psicólogos o tratamientos psiquiátricos, sólo tenemos una orientación sexual diferente”, declaró Juan Carlos Regalado Ugarte, presidente de la Comisión Permanente del Congreso del Estado.

Señaló que a los diputados les sigue ha­ciendo falta legislar al respecto y no hacer como que no ven o no saben de esto que sigue pasando: que hay quienes siguen con la creencia que se puede “cambiar” a un hombre que le gustan sexualmente los hombres o a una mujer que siente atracción por las mujeres, y todas las variantes que han encontrado al respecto en la también llamada comunidad arcoíris.

“Vamos a estar dándole (salida) a las iniciativas que faltó discutir en el periodo ordinario y como viene un año electoral vamos a estar recibiendo muchas más en materia de derechos humanos y sobre derecho de las mujeres, creo que es so­bre lo que principalmente se va a estar trabajando”.

Reconoció que en el legislativo “no han sido discutidos temas que atañen a la di­versidad sexual, como la reforma al código civil para que se pueda realizar el trámite de cambio de identidad de género, el matrimo­nio igualitario, la prohibición de terapias de conversión, a todo eso hay que darle salida en el siguiente periodo ordinario de sesiones porque tenemos rezago todo esto desde hace cuatro años”.

Se busca que se reconozca como un matri­monio a quienes decidan unir sus vidas sien­do del mismo sexo, sobre todo porque “hay que hacer que se respeten principalmente los derechos sucesorios, porque hay muchos casos en donde la pareja pasa una vida junta, pero para su familia esto no existe si no hay una buena relación con alguna de las partes y si llega a fallecer alguna de estas personas quien queda no tiene derechos sucesorios y queda vulnerable; lo mismo pasa en cues­tiones de seguridad social porque en estos institutos las personas son invisibilizadas y no pueden tener acceso a la salud como ocurre en un matrimonio heterosexual”.

Las terapias de conversión deben prohibir­se legalmente porque “es una situación que tiene bastantes años, no sólo en el estado, en el país en general, desafortunadamente para la comunidad LGBT hay quienes si­guen creyendo que tenemos algún tipo de padecimientos psicológico o psiquiátrico, un trastorno y se amparan en la moral religiosa que nada tiene que ver con la orientación sexual de las personas”.

La urgencia de proteger a quienes pertene­cen a este grupo vulnerable, es porque “este año ha sido muy duro en el sentido de los discursos de odio y eso abona que se sigan dando esos procesos de ‘curación’ que abona muchísimo a la discriminación latente hacia las personas LGBT”.

Es en “la legislación penal donde se tiene que dar la tipificación para que aquellos ‘profesionales’ (psicólogos o psiquiatras) que quieran trabajar en esto de que pueden ‘curar’ a homosexuales o lesbianas, se les finquen responsabilidades porque definiti­vamente por tener una orientación sexual diferente no estamos enfermos de nada”.