UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
¡AH, LOS GENIOS DE LA PROPAGANDA!..
Simplemente “Agüitas”…
Cuando el entonces reportero de El Sol del Centro, Rodolfo “El Güero” Landeros Gallegos, partió al entonces Distrito Federal, en busca de mejores oportunidades, la raza de bronce de aquella época al referirse a nuestro amado terruño simplemente le llamaba “Agüitas”:
¿Cuándo vienes a “Agüitas”?, ¿cuándo te vas a “Agüitas”, ¿cómo está “Agüitas”?, Extraño un chingo a “Agüitas”, así era la manera de demostrar el cariño, el amor a nuestra tierra “el corazón de México” y/o “la tierra de la gente buena”.
De pronto alguien la comenzó a llamar “el pequeño gigante”, y ahora ya lo crecieron de golpe y porrazo: “el gigante de México”; no sé si sea burla o cotorreo, porque Aguascalientes es uno de los estados más pequeños del país, con apenas 0.3% de la superficie del país o sea 5,615.7 kilómetros cuadrados, pero que genera –según censo del INEGI de 2020– el 1.4% del PIB (Producto Interno Bruto), así es tampoco estamos tan mal, “porque cuando menos sacamos pal’chivo”, decía mi inolvidable Tía Jerónima.
Por otro lado dice un huapango muy popular que “para hablar de la Huasteca hay que haber nacido allá”, y esto es aplicable a esta tierra: “Para hablar de Aguascalientes hay que haber nacido aquí”, no en otros estados y menos en el Gabacho.
Y es que hay raza muy cabrona se burla de los nacidos en Aguascalientes: “Así es que usted nació en el ‘Gigante de México”, me han dicho y sueltan la carcajada, entonces no se vale el cotorreo: yo me quedo con “Agüitas, el corazón de México”, y lo digo con orgullo; así es que me queda claro que “pa’hablar de Aguascalientes hay que haber nacido aquí”.
Igual me caga que me digan “hidrocálido”, pues me obligan a contestar: “Yo no tengo las patas al revés”, y “nunca trabajé en el ‘Burrocálido’.
Y los ilustro: “Los nacidos en Jalisco, son jaliscienses, los nacidos en Guanajuato son guanajuatenses, los nacidos en San Luis Potosí, son potosinos, los nacidos en Zacatecas son zacatecanos, los nacidos en Durango son duranguenes… y así.
Yo nací en Aguascalientes, y por lo tanto soy aguascalentense, pero sí usted nació en Aguascalientes y se dice ‘hidrocálido’, entonces es hijo de… Agustín Morales Padilla (quien por cierto le robó el periódico “Hidrocálido”, a “El Güero” Landeros, cuyo asalto en despoblado le aceleró su muerte a los 70 años).
También suelo contestar al agravio: ¡No me chingue!, ¿a poco tengo cara de Víbora o me truena la reversa?”, por eso he logrado que mucha raza borre de su diccionario, ese falso y mamón gentilicio, que le gustaba al papá de Agustín cuando se vio obligado a salir de Teocaltiche, Jalisco, su tierra cuando ya lo buscaban pa’aprehenderlo por “robavacas”
Entonces, para que se dejen de jaladas déjeme decirle al lector que según el INEGI, somos un pueblo pequeño pero muy juguetón: ¡un millón 425 mil 607 habitantes!, o sea el 1..1% del total del país, por lo que no somos muchos, pero sí machos, en el buen sentido de la palabra y querendones por excelencia.
Y BILLETES TAMBIÉN LOS HAY…
Gracias al billetote que los aguascalentenses, TODOS, pagamos de impuestos, la Federación en este año devolvió a las arcas del Gobierno del Estado, vía Presupuesto de Egresos, la friolera de 32,008,665,000 (32 mil ocho millones 665 mil pesos), pero hay más: el tesorero de Gobierno del Estado, actualmente llamado secretario de Finanzas, Martín Cervantes García, informó a la raza de bronce que la Federación envió este año 500 melones más, así es que no hay tox, porque de que hay billetes hay billetes, claro está que no pa’todos, por lo que Martín Cervantes estaba muy contentote al anunciar el ingreso extraordinario: así es que no se vale que digan que el Preciso Andrés Manuel López Obrador es mala onda con la oposición, como lo dice “La Cóchitl”, “La Rabadán” y “La Lilly Téllez”, que han de tratar a sus maridos con el afilado tacón de sus zapatos, ¿por qué cree el lector que mi amigo Rubén Sánchez Manzo, esposo de “La Cóchitl”, salió huyendo de “la casa roja”?, ya tiene meses que de él no se sabe nada. Pobre, imagínense la carrilla: “¡En mi casa no quiere güevones ni pendejos!”, así es que optó por oler a leña de otro hogar, seguramente.
Y HABLANDO DE BILLETES “¿CUÁNTO GANA LA GOBERNADORA?”…
Don Juan Ramírez me manda un correo preguntándome: “¿Cuánto gana la gobernadora Tere Jiménez?”, bueno, según el Presupuesto de Egresos, la gobernadora gana mensualmente 205 mil 511 pesos, pero paga de impuestos 61 mil 304 pesos, más otro descuento de Seguridad Social por 11 mil 097 pesillos, por lo que percibe netos 133 mil 110 pesos; multiplíquelos por 12 meses y al año acumula un millón 597 mil 320 pesos, esto es en nómina; faltaría algunas prestaciones y demás vainas, pero esas no aparecen en el presupuesto, ni por transparencia.
“MÍ NO ENTENDER”, DIJO EL GRINGO…
Quien ganaba un poquito menos era su antecesor Martín Orozco Sandoval, con un sueldo mensual de 119 mil 716 pesos, más 79 mil 810 pesos de compensación, o sea: 199 mil 526 pesos; menos deducciones fiscales por 59 mil 268 pesos, menos 10 mil 774 pesos de Seguridad Social, su sueldo mensual era de 129 mil 484 pesos netos, multiplicado por 5 años y nueve meses que permaneció en Palacio de Gobierno, Martín cobró en toda su administración un máximo de: 8 millones 934 mil 396 pesos.
Si preguntara el lector, ¿cómo le hizo Martín para comprar una residencia de súper lujo, ranchos y otras propiedades, además de asociarse con empresarios y tener abultadas cuentas bancarias e inversiones con prestanombres? La verdad no sabría decirle si Martín es mago o ratero, pero mucha gente se inclina por lo segundo.
“MI NO ENTENDER”, DIJO EL GRINGO II…
Lo que tampoco me explico es por qué no le han dado bote, pues tiene un chingo de años que traficó con varios terrenos municipales cuando era alcalde de la capital, y al jalisquillo no le han hecho ni madres, apenas un sustillo que le metió Carlos Lozano de la Torre quien lo encerró por tres días, pero de ahí pa’delante tres “pelones”, quesque porque tenía fuero, pero es pura piña, ya que hoy no lo tiene y sigue impune.
“MI NO ENTENDER”, DIJO EL GRINGO III…
Y menos se entiende cuando fue precisamente Martín Orozco, quien le puso a Tere Jiménez un madral de piedritas filosas y abrojos en su camino a la gubernatura: “¡Pasarán por mi cadáver pero esa… no llega a la gubernatura!”, alardeaba con dos que tres alcoholes que ingería en bares y cantinas allá por la Fundición y avenida Universidad, de donde salía pedísimo cual araña fumigada: por eso le metió de cuña a su amiguita Martha y apoyó la candidatura de Nora Ruvalcaba, y le abrió varias carpetas de investigación, aunque finalmente tuvo que doblar las manos: ni con toda la fuerza del estado logró evitar que Tere lo sucediera.
Tere acaba de cumplir un año en Palacio de Gobierno y Martín ha regresado a las andadas y anda con todo porque quiere volver a la Presidencia Municipal de Aguascalientes; “y si no me hacen candidato” –dice a propios y extraños– me voy a Morena”.
Por lo pronto, Martín ya mandó a otro personero al partido de Andrés Manuel López Obrador: nada más y nada menos que al “chiquilín”, Jorge López Martín, su exvecino en tiempos de hambre, al que después adoptó y metió al PAN, partido en el que el “charrito de caricatura”, comió, por años, con manteca tres veces al día.
Ya con Martín Orozco en el Gobierno del Estado, las llaves de la prosperidad se abrieron generosamente a Jorge y hasta ocupó dos cargos públicos a la vez: Presidente del Patronato de la Feria Nacional de San Marcos y Secretario de Turismo: con una mano robaba en el Patronato y con la otra en Turismo, pero…
“El Chapatín” se engolosinó tanto que terminó robando con ambas manos en sus dos chambas y… ¡se llevó al baile a Martín! Hizo lo que Felipe González González al gobernador Miguel Ángel Barberena Vega: no le dio su participación y ardió Troya.
Fue entonces que Martín lo corrió del gabinete y ordenó le abrieran una carpeta de investigación por el robo de algo así como 76 millones de pesos, por lo que Jorge huyó por varios países hasta que años después obtuvo el perdón de su papá putativo.
“MÍ NO ENTENDER”, DIJO EL GRINGO IV…
Hoy sabemos que Martín obligó a Jorge a renunciar al PAN y afiliarse a Morena, en donde él y Martha Márquez le están barriendo y trapeando un lugar para recibir al jalisquillo en el partido guinda, en donde lo harían candidato a le Presidencia Municipal de Aguascalientes y… ¡a volver, volver, volver… a robar!
Por lo pronto Martín ya anda regalando despensas con “los atentos saludos”, obsequiando sonrisas y promesas, muchas promesas, tantas que ya hasta tiene ¡tres gabinetes “para la que viene; no me la dan, me voy a Morena”!
¿Qué os parece?
Bueno, ya hasta su socio, Toño Martín del Campo comenzó a quitarle algunos abrojos en su camino, al declarar que “No todo lo de Morena es malo, ni todo lo del PAN es bueno”.
¿Cómo la beisbol?
HIJOS DE VEOLIA…
Hay alguna racilla tan mala onda, que se alegró cuando la ratera Veolia, enseñó el cobre y mostró lo putrefacto que está el Poder Judicial de la Federación, asegurando que “MIAA no podía operar la distribución del agua potable, por orden de una jueza”, pero puede decirse que fue un borrego que víboras y viborones celebraron de momento hasta con porras, “porque el municipio está out”.
Carajo, pinche gente, tan ojeis meis, pero el pedo está claro: la concesión fue por 30 años, ya se cumplieron y no tienen otra cosa que alegar, pero esa sarta de víboras y viborones ahora rezan para que Francia repita la “Guerra de los Pasteles” (1838-1839) y nos invada en pleno Siglo XXI, por la “Guerra del Agua”, pues ahora argumentan que se les debe de indemnizar con algo así como mil 350 millones de pesos que, es lo que dicen les adeuda la raza de bronce.
Pinches mentirosos: si al mes no se les pagaba su abusivo recibo, de inmediato llegaban a las casas o comercios y cortaban el paso del agua y al siguiente mes cobraban el doble y al siguiente lo triple, por lo que mucha raza prefirió comprar a particulares pipas con agua que salen mas baratas, entonces si acaso se les debe es un mes, no los recibos que mandaban actualizados porque el servicio lo cortaban.
Así es que los aguascalentenses debemos celebrar que el municipio les dio a la francesa Veolia su 5 de mayo en pleno octubre.
Y a partir de este mes, el billetote no irá a Francia, sino que se quedará en “Agüitas”, o sea: lo del agua… ¡al agua!: Municipio, Gobierno del Estado y la Cámara de Diputados ahora sí escucharon al pueblo: suena romanticón, pero así es.
Sólo falta que el municipio no se engolosine y, como dijo Paco Taibo II, nos la vayan a meter doblada, al elevar tarifas siguiendo la escuela de Veolia.
¡Cuidado!, porque entonces la guerra no será contra los franceses, sino fratricida, así es que no vean el suministro de agua como negocio particular, sino como lo debe ser: un servicio que, además de una cuota razonable, se paga con nuestros impuestos… y tan tan: celebremos, señores, con gusto, la partida de esos “hijos e puta”, que nos humillaron y esquilmaron por 30 años, “gracias” al guanajuatense Alfredo “El Mosco” Reyes Velázquez, vendepatrias que, obviamente, fue gratificado genero$amente.
Y CON ESTA ME DESPIDO…
¿QUIÉN DIJO MIEDO?..
El poblano Manuel Alonso García, que cobra como propietario de Seguridad Pública de Aguascalientes, dice llanamente que no le preocupa comparecer ante diputados, y es cierto: todo es cuestión de echarles verbo y presumir que tiene la policía más chingona del país y ya estuvo: no hay purrún.
Los diputados no le preguntarán por qué en Aguascalientes es más fácil comprar drogas que un litro de leche.
Tampoco le preguntarán por qué sus muchachitos están más dedicados a cobrar moches en las llamadas “tienditas” que combatir la delincuencia común y por qué venden la plaza a delincuentes que dan dos, tres golpes y salen del estado como Juan por su casa, entonces ¿por qué preocuparse si la tiene pajita con los legisladores que son expertos en levantar el dedo y cobrar con la izquierda o derecha según su afiliación? No hay tox.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 26).