“Es una Gran Ceguera de los Hombres Hacia Dios”, Afirma
Por Benny Díaz
En la homilía de las 10 de la mañana en Catedral, el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, se lanzó contra la ideología del género, al aseverar que “la ceguera del desconocimiento es la propia y nos lleva a que nos quieran imponer modas e ideologías absurdas y quieran a redefinir el matrimonio, la familia y el género”.
El purpurado aseveró que “no nos damos cuenta, estamos ciegos creyendo ver cuando no estamos en la luz, por lo tanto, no buscamos curación para recibir la luz y muchos de nosotros vivimos y morimos en esa oscuridad sin estar conscientes de ello. Hay que diferenciar como ese hombre que habla la Escritura que era ciego de nacimiento y al que Jesús le devolvió la vista, descubrió de forma humilde primero en sus ojos, luego en su corazón quién era Jesús y fue curado, le obedece y califica de profeta, luego lo llama Señor porque fue descubriendo de forma progresiva ese señorío y el poder de Jesús sobre su vida”.
En la otra parte está, señaló, “la ceguera de los fariseos, que es propia de los hombres orgullosos y divididos en su identidad porque llevaron al ciego sanado a la sinagoga y le preguntaron quién lo había curado, y por tener el corazón cerrado lo echaron de ahí con injurias porque en su soberbia no reconocen a Jesús”.
En la actualidad, dijo el líder local de los católicos, “hay varias cegueras: la del corazón que se manifiesta en el pecado de cualquier forma, el orgullo que enceguece, la codicia, la lujuria, envidia, rencor y hay una pérdida de conciencia en la sociedad del pecado, pudiéramos llamar a esto como ceguera moral y no diferenciamos el bien del mal, lo que conviene de lo que no conviene. La segunda ceguera es la social, somos indiferentes ante la desigualdad y la discriminación, injusticia, violencia intrafamiliar y perdemos el respeto, cariño y capacidad de diálogo para que haya unidad y vida familiar. Sufrimos en las familias de discusiones, divorcio entre los padres, hijos drogadictos, alcohólicos, la nuera que mete divisiones, la suegra que vive aferrada al hijo o hija”.
Además está “la ceguera espiritual, que es vivir la vida sin Dios, sin sentido de trascendencia y solamente nos enfocamos en lo biológico y material y no en la trascendencia de la espiritualidad, independientemente de la fe, todos necesitamos de Dios y la cuarta ceguera es la antropológica y hoy no tienen claridad del varón como hombre y ella como mujer, quieren redefinir el matrimonio, la familia y el género con ideologías absurdas, modas que llagan y en la sociedad se ha perdido el sentido de la vida, y se le da más importancia a tener más cosas que a amar a las personas”.
Consecuencia de todo esto es que “en la Cámara de Senadores están buscando que se haga ley que se quite de las actas de nacimiento y de los documentos oficiales que no se ponga hombre o mujer, sino no binario, son cosas impuestas por una ideología de género en donde el hombre y la mujer lo serán para siempre y hoy vienen todas estas situaciones y quieren imponer lo que es una gran ceguera de los hombres hacia Dios”.
El obispo dijo también que hay luz al final de todo, “desde nuestro corazón se puede sanar la ceguera interior y para eso primero debemos reconocernos ciegos y con ese autoconocimiento buscaremos la luz y con humildad caminar hacia la verdad, pero necesitamos de Dios, porque con nuestras propias fuerzas no somos capaces de salir adelante”.
Es con oración y escuchando o leyendo la palabra de Dios, aseguró, que podemos llegar a la luz, además de seguir el camino con la cruz que llevamos, porque “el sufrimiento y el dolor de los reveses de las adversidades nos hace confrontar la vida de comodidad y entonces de forma profunda encontrar el sentido de nuestro sufrimiento”.