Instituto Para la Mujer y Casa del Abuelo no Operan, Acusa
Por Benny Díaz
“Mujeres violentadas y personas de la tercera edad no tienen atención en el municipio de Rincón de Romos, están sin atención porque sigue sin operar el Instituto Municipal Para la Mujer y la Casa del Abuelo”, dio a conocer en entrevista el diputado Fernando Marmolejo Montoya.
Todo esto, afirmó, debido al desinterés del presidente municipal Francisco Javier Rivera Luévano, quien ha hecho caso omiso al llamado que han hecho diputadas que han trabajado para que haya atención hacia las mujeres que son víctimas de hombres violentos, por lo que siguen en la indefensión y no tienen dónde pedir socorro.
Mientras que la Casa del Abuelo también dejó fuera a varias personas de la tercera edad que iban ahí a realizar actividades lúdicas y que les animaba a sentirse útiles y, sobre todo, ahora ya están en abandono porque no se les destinó otro espacio para que tuvieran los talleres y la atención que requieren.
La Casa del Abuelo pasó a ser un espacio en donde operará un centro de salud mental, destinado a brindar terapia personas de todas las edades, sobre todo ahora que se han disparado las cifras de presuicidas.
El legislador petista reconoce que las enfermedades psicológicas se han convertido en el azote de la sociedad, no sólo en Aguascalientes y México, sino en el mundo, pero aterrizando en Rincón de Romos cada vez es peor la descomposición social y más frecuentes aquellos que caen en la drogadicción o que desvían el camino al “trabajar” para quienes no deben; esto permea en todos lados, porque desde el interior del hogar comienzan los conflictos de abandono y desinterés de parte de los padres, adolescentes que se van a vivir en pareja sin tener los medios necesarios para hacerse responsables de sí mismos y caen en el hacinamiento.
No todos en ese municipio cuentan con casas amplias, como ocurría antaño, cada vez son más las de interés social para máximo seis personas y cuando llegan a vivir hasta el doble porque se quedan los hijos con la pareja y su descendencia, surgen problemas por carecer de un espacio saludable para la intimidad de cada persona.
Desde el punto de vista de Marmolejo Montoya, hay que trabajar de forma integral porque si las mujeres se quedan en la indefensión cuando sufren maltratos y golpes, los hijos repiten estas conductas tóxicas, sin que sean educados desde el respeto y la tolerancia.
En el caso de los abuelos, lamenta que se les haga a un lado, como ocurre en muchos hogares, donde pasan a ser “invisibles” y no se les da la atención ni los cuidados que merecen.
Y también estas personas caen en depresiones de las que son difíciles de detectar, porque no hablan y son minimizados y hasta violentados con el silencio de parte de sus familiares, generalmente hijos y nietos.