Reclamo de Siete mil Mujeres:
Por Benny Díaz | Fotos: Ernesto Martínez Reyes
Una vez más miles de mujeres –cifras extraoficiales fueron cerca de siete mil–, salieron a las calles a marchar para exigir el respeto total sus derechos y darles voz a aquellas que les fue apagada por ser víctimas de feminicidio y cuyos casos siguen sin resolverse o los hacen pasar como homicidios; que las dejen de acosar, decidir sobre su cuerpo cuando queden embarazadas y puedan acceder al aborto de forma libre y seguro si es una maternidad no deseada, así como gritar todo aquello que sufrieron sus ancestras a causa del patriarcado.
En punto de las 5:00 de la tarde comenzó la marcha en la glorieta del Quijote, en donde había mujeres de todas las edades gritando consignas en contra del “Estado Feminicida”, ese que es omiso cuando muchas mueren y la justicia no llega porque están desaparecidas, las mataron y sus verdugos andan libres y las carpetas no avanzan, las que son abusadas sexualmente o acosadas en sus centros laborales –incluso en entes gubernamentales como ocurrió hace poco en la entidad–y el transporte público, centros escolares, en la calle y no, no es por cómo vayan vestidas y tampoco les interesa que les digan “piropos” soeces porque cuando es no, es no.
Los colores morado y verde fueron sus distintivos así como gritar los nombres de todas aquellas que ya no están porque un hombre violento decidió que ya no deberían vivir y las famosas “alertas” en donde dejan ver que “toda América Latina será feminista”.
La Lona
En el patio de las Jacarandas apareció una lona con las fotos y nombres de “acosadores” que están dentro de la política: Fernando Alférez Barbosa y Sergio Augusto López Ramírez, encabezan, ambos con procesos penales por ejercer violencia política en razón de género contra quienes en su momento fueron candidatas, una a la gubernatura y la otra a la alcaldía.
También estaba Espartaco Álvarez, Pepe Proa, Omar Valdez, Daniel Galván, Aldo Ruiz y Gil Gutiérrez y en medio de la lona y sus fotos la leyenda “vivas y son miedo, acosadores machistas”.
Lo extraño es que en esa lona, que quién sabe en qué momento colocaron las mujeres, tan perfectamente bien en la estructura del patio, porque para eso se necesitan varias personas y mínimo una escalera, es que no estuvieran las fotos ni los nombres de Omar Williams López Ovalle y Pedro Zaragoza Galván, quienes fueron denunciados hace unas semanas por acoso sexual y laboral en contra de una mujer que labora en el Instituto de Vivienda Social y Ordenamiento de la Propiedad y del Estado (IVSOP).
Y más raro que hayan sido las del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) quienes dieron acompañamiento a la víctima y luego el fiscal Jesús Figueroa Ortega declarara que los dos a acosadores ya fueron separados de su cargo y hay una carpeta de investigación en su contra.
La invitación era que las manifestantes pasaran a la “pizarra” y pusieran cuanto quisieran en contra de aquellos hombres que las han violentado de cualquier forma, sobre todo si eran los que estaban en la lona, pero nadie se pronunció contra éstos.
Encontronazo
Y mientras las mujeres gritaban “vivas se las llevaron, vivas las queremos”, “ni una más, ni una más”, “hermana no estás sola, aquí está tu manada”, tal como lo dijo en su momento Manuel Alonso García, en todo momento estuvieron uniformados de la policía estatal y municipal salvaguardando los dos palacios, de gobierno y municipal, mientras que en Catedral, también como ya es costumbre estaban integrantes del Frente Nacional por la Familia, haciendo valla para proteger el recinto religioso.
Los de la ultraderecha estuvieron rezando el rosario en todo momento, algunos con crucifijos en mano, de pronto hubo un enfrentamiento verbal entre ambos grupos cuando uno de los hombres del FNPF dijo algo que molestó a una de las feministas y comenzaron a calentarse los ánimos de parte de las mujeres que se acercaron y se pusieron cara a cara con los católicos para increpar al “machito violentador” y luego gritar a todo pulmón: “¡saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”, de inmediato llegaron mujeres policías para interponerse entre ambos grupos y calmar los ánimos.
Mientras en la exedra las feministas hicieron algunas pintas para gritar su furia contra las autoridades omisas ante tanta violencia de la que son víctimas y en honor a la sangre derramada de aquellas que han sido muerto por manos asesinas de hombres violentos; también tiñeron de rojo el agua de la fuente, no sin antes gritar “¡estado feminicida!”
A las 9:00 de la noche se fueron alejando del lugar, todas siguiendo el protocolo de cuidado para llegar a salvo a sus hogares.