Fotografía relevante a la nota.

Martín Orozco Sandoval: compungido

Indiferencia del Pueblo

EL “HOMENAJE” al abarrotero Fe­lipe González González fue un desfile de etiqueta: todos de riguroso negro y con la presencia de dos exgobernadores y, sobre todo el que lo sucedió como senador: Martín Orozco Sandoval, que parecía el “viudo”, con el rostro desencajado y casi al borde del llanto.

COMO ERA su costumbre cuando era gobernador, llegó de “malas” y pasó de largo ante los reporteros. Ya parece que iba hablar del duelo que tiene por la muerte de Felipe, mucho menos del sueldazo que gana por no hacer nada, bueno, supues­tamente “asesorar” al alcalde morenista más panista, José Manuel González Mota, y todo por los acuerdo$ que hizo con al­gunos que andan ahí en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dizque trabajando “primero por los pobres”; serán los de su familia.

Y NI TANTO porque vendieron la Cuarta Transformación y ahora en la familia todos tienen puestos en gobierno, estatal o federal, y si no, que le pregunten al clan Alférez Ruvalcaba.

GRUPO AL que precisamente pertenece José Manuel González Mota, alcalde de Asientos así que no se necesita ser erudito para ver de cuál charco salta la rana.

NO OBSTANTE ahora sí le falló José Manuel González Mota a Martín Orozco para “acompañarlo en su dolor”, porque poco faltó para que hagan proceso para que los suban a los altares a Felipe González González, a quien le colgaron que fue el artífice de la democracia en Aguascalientes, cuando fue más priísta que panista, partido al que también traicionó cuando apoyó a su junior cuando fue candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Aguascalientes, hecho por el que automáticamente quedó fuera del PAN.

¿A LOS altares?, ni que fuera igual de sencillo que imponer nombres a las calles. Pero bueno, después de la ola de elogios y la presencia de los dos exgobernadores, de todos el que se sigue viendo más “girito” es Otto Granados Roldán, por lo que se ve, él no le ha entrado a los excesos, como otros. El cortejo fúnebre se llevó hacia Catedral, en donde se ofició la misa de cuerpo presente.

Y QUEDÓ más que claro que a Felipe González González el pueblo no lo quiere ni tantito, porque ni un alma andaba por ahí dándole el “adiós”, nos referimos a los ciu­dadanos de a pie, a los que dicen que ayudó, cuando fueron sus constantes víctimas al comprar kilos de 800 gramos.

(DE SUS DOS viudas: Conny y Claudia Virgina, ninguna de las dos se vio por ahí, como tampoco estuvieron los dos hijos que procreó con la segunda, quien ya se prepara para pelear gran parte de la fabulosa heren­cia, de varios miles de millones de pesos)

ES MÁS ahí en la Plaza de Armas, a esa hora, había más gente votando para elegir a la reina de la Feria Nacional de San Marcos, mismos que ni siquiera voltearon a ver a los panistas que iban con sus mejores trapos, de riguroso negro y caras largas para despedir al que fue gobernador.

DECÍA EL Papa Juan Pablo II: “México, siempre fiel”, y los es, pero con quien el pue­blo quiere porque le nace. Y no, no se está confundiendo la gimnasia con la magnesia, pero irremediablemente recordamos hace unos años cuando llegaron a Aguascalientes las reliquias del que sin duda sigue siendo el pontífice más querido de la historia mo­derna, la gente salió a las calles de manera espontánea nomás para verlas pasar.

EL RESPETO y amor se gana, igual que el desprecio y la indiferencia y “por sus hechos los conocereis”, está escrito en el libro que no falla (BDR).