“Hay que Ayudar a los Migrantes”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Juan Espinoza Jiménez (Foto: Archivo Página 24)

“La salvación se gana en la tierra, no sólo por rezar, confesarse y comulgar, que es importante; sino por las obras de caridad que hacemos. No se puede ser indiferente con quienes sufren por pobreza y hambre. La ciudad se ha llenado de personas migrantes a quienes sacamos la vuelta y somos indiferentes en lugar de ayudarlos”, expresó el obispo Juan Espinoza Jiménez en su homilía dominical.

Resaltó a los hermanos haitianos que llegan a Aguascalientes huyendo de la pobreza que hay en ese país. “Sigamos orando por estos hermanos. Si conocieran Haití: los gobernantes viven en palacios y la mayoría de la gente en la miseria, tienen que salir por el hambre que tienen y también muchos de nuestros seres queridos en México se ven en la necesidad de irse porque no hay trabajo y migran a Estados Unidos. Esto pasa por muchas injusticias y mucha corrupción. Ojalá que nunca participemos en estas cosas que dañan y empobrecen y seamos capaces de compartir con otros lo que Dios nos da a manos llenas”.

En la actualidad sigue habiendo tanta injusticia como hace miles de años, “la injusticia y las desigualdades se deben a mucha corrupción de gente que es indiferente a la necesidad y sufrimiento que tienen otros y que cuando piden ayuda les sacamos la vuelta”.

Reiteró que Aguascalientes se está llenado de migrantes “los vemos en muchos semáforos, tanto de los que vienen del sur de México como de otros países. Algunos son morenitos y nos dan miedo, les sacamos la vuelta y no tenemos ni un gesto de amabilidad; no los vemos y eso los reduce a que para nosotros no son nada. Cuando menos hay que darles una mirada, una palabra, en ocasiones eso dice más que si les damos un pedazo de pan o dinero. Son alguien, son personas que sufren y tienen hambre, que están solos y desamparados”.

Hay que ser empáticos con quienes sufren y recibirlos como hermanos, porque esas son las buenas obras que agradan a Dios, porque es en estas personas en quienes debemos ver a Jesús, no sólo en la hostia.