“Hay Quienes Amasan Fortunas con el Sudor de los Pobres”

Por Benny Díaz

Fotografía relevante a la nota.

Juan Espinoza Jiménez (Foto: Archivo Página 24)

Ante el flagelo de la violencia que sufre el país con las actividades de los carteles de la droga, “la Conferencia Episcopal ha pedido que cada mes oremos por un grupo en concreto porque tienen a jóvenes y adolescentes involucrados en esas actividades y en muchas ocasiones son obligados a participar en el crimen organizado”, dijo en su homilía dominical el obispo Juan Espinoza Jiménez.

Haciendo referencia al Evangelio de San Lucas, “que es el de los más desposeídos, nos habla de que no podemos servir a Dios y al dinero; hay que tener decisión para no ser esclavos del dinero porque hay quienes han amasado fortunas con el sudor de los más pobres”.

Hay personas que “han convertido esas riquezas en su propio dios; el dinero tiene la capacidad de pervertir el corazón del hombre”. Además, hizo referencia a la parábola del administrador corrupto que hizo movimientos ilegales para obtener dinero abusando de los más pobres para enriquecer a su patrón. Cuando lo despide “se vuelve creativo y estafa a los deudores de aquel al que servía en un acto de corrupción de contabilidad alterada, algo que vemos seguido en estos días”.

Estos episodios que están en las Escrituras “son semejantes a lo que pasa en la sociedad a menudo, en una escala mucho mayor. La conclusión es que al administrador le importó más el dinero y las riquezas adquiridas con corruptelas”.

El purpurado recordó que durante los años que Jesús estuvo en la tierra “había ricos que explotaban a los campesinos y la brecha entre ricos y pobres era inmensa. A muchos les sobraba y acumulaban, mientras que otros no tenían ni para el día, mucho menos para guardar algo para el día siguiente”, una realidad que lamentablemente sigue ocurriendo hasta el día de hoy.

La enseñanza es que “nadie puede servir a Dios y al dinero porque el segundo hace hijos de las tinieblas y el primero de la luz, pero también tenemos que aprender que al hombre no se le debe cerrar el mundo ante las dificultades que se va encontrando. Hay que ser creativos y no desanimarnos ni desalentarnos porque siempre hay solución si tenemos a Dios de nuestra parte, porque la seguridad no la puede dar el poder, el dinero o la fama”.

Jesús llama a ser equitativos y a aquel que tiene dinero lo llama a no amasarlo ni almacenarlo, sobre todo cuando es adquirido por el sufrimiento de alguien más, ya que con este puede ayudar a quien lo necesita, ganar amigos y brindar amor y servicio al prójimo, pues “también podemos hacer el bien con el dinero que ganamos”.

Por esa avaricia y corrupción de algunos, hoy en día “hay muchos jóvenes y adolescentes que ganan mucho dinero, pero haciendo daño a otros hermanos”.

Lo peor, “también hay instituciones ‘dignas’ que a base de corruptelas ganan mucho dinero, pero de qué sirve cuando vemos que los jovencitos pierden la vida en un segundo”.

La caridad “nos libra de todos los pecados. Hay que ayudar al pobre, es una forma de purificación de nuestras faltas, ser generosos con quienes lo necesitan no sólo con dinero, también hay personas que necesitan unas palabras de cariño, hasta en eso hay que ser generosos”.

Espinoza Jiménez también habló de aquellos que se pasan la vida yendo a misa, a veces con ganas y otras más a la fuerza, besan rosarios y elevan rezos, pero “eso no es todo lo bueno que debe hacer un cristiano, también hay que ponerle los ingredientes del amor, honestidad y fidelidad a Dios”.