UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
COMPROBADO…
Le saca al parche.
Del Fiscal Jesús Figueroa Ortega y su antecesor, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, se han dicho tantas y tantas cosas que nadie duda de que sean ciertas, como cuando en cierta ocasión Felipe le propinó tremenda cachetada guajolotera, cuando Jesús era un simple juez local, por lo que hasta la fecha le tiene pavor, aún y cuando “El Torturador de Aguascalientes”, no tiene hueso alguno en el servicio público.
COMPROBADO...
Le saca al parche II.
En 2019, a principios de junio, en entrevista con Página 24 y otros medios de comunicación, al hablar de su antecesor y medio tocayo, Jesús declaró que estaba por llamar a declarar Felipe –quien tenía escasos tres días de haber sido chispado de su cargo como titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delitos Federales– porque sobre de él estaban nueve denuncias penales por tortura de diferentes personas y que pronto sería llamado a declarar.
Pero de esto han pasado tres años y tres meses y las nueve Tarjetas de Investigación en contra Felipe, se siguen empolvando en la Fiscalía de “El Largo”.
COMPROBADO...
Le saca al parche III… Pero no es sólo eso, sino que, como “El Torturador de Aguascalientes”, tenía la vara alta en el desgobierno de Carlos Lozano de la Torre “El Patrón del Mal”, si los jueces se negaban a obsequiar la orden de aprehensión que “El Torturas” les exigía, los amenazaba con abrirles una averiguación previa, como cómplice del acusado y les doblaba las manitas.
No, de que era cabrón, era cabrón, pues hasta al connotado juez federal, Herminio Huerta, lo traía finto, así es que en Aguascalientes el cuasi gobernador era Felipe, el alumno favorito de “El Patrón del Mal”.
Nunca Felipe duró tanto tiempo y con tanto poder como en Aguascalientes, pues en Colima, a los pocos meses dio las “nalguitas”, y en Quintana Roo por poco lo sentencian por haberle dado el pitazo a Mario Villanueva, que agentes de la PGR iban por él, por su complicidad con el narco.
EL TORTURADOR Y TRUCULENTO FELIPE DE JESÚS...
Felipe es, además de perverso, truculento: no sólo tortura para fabricar culpables, sino que también es experto en sembrar pruebas de narcotráfico contra excandidatos (remember Juan Antonio Martín del Campo) meter a la cárcel a exalcaldes (remember Martín Orozco Sandoval) encerrar fast track a exgobernadores (remember Luis Armando Reynoso Femat), encarcelar a reporteros críticos fabricándoles historias falsas de complicidad con narcos como lo hizo con los periodistas Alejandro González Muñoz, director del periódico Noticiero El Circo, y los reporteros de TRIBUNA LIBRE, Esteban Bonilla López y Carlos Alberto Limón Díaz de León; y qué decir de su perversa y descarada participación en el robo de los cabezales de Página 24 y TRIBUNA LIBRE, fraguado, financiado, por el traficante de influencias, Felipe González González, a quien después se le unió mi “amigo” Carlos Lozano de la Torre, un drogadicto, alcohólico y traidor “gringo”, quien traicionó a quien lo hizo gobernador de Aguascalientes: Luis Armando Reynoso Femat, y sólo por eso lo persiguió durante seis años muy cabrón (y aún hay secuelas, pues le tiene un odio infinito producto de la envidia)
HOY ME ENTERO QUE FELIPE DEBE MÁS DELITOS...
“Desaparición de personas”.
Hoy, nuestra compañera periodista, Benny Díaz, entrevista al señor Sergio de Lara, quien le narra el calvario que él y su familia, han vivido en los últimos 11 años: por la desaparición de su hijo Sergio de Lara Quezada, sí, cuando el procurador general de Justicia del Estado, era Felipe de Jesús Muñoz Vázquez: “Hace once años mi hijo salió por la mañana a trabajar, como lo hacía todos los días, y ya no regresó”, platica, y de sus ojos fluyen algunas lágrimas, al recordarlo.
Y desde entonces, su vida ya no le pertenece, ha andado de la seca a La Meca, en su búsqueda, recogiendo rumores y esperanzas desde aquel 30 de agosto de 2011.
Al ver que su muchacho no regresaba, acudió a la PGJE a poner la denuncia, pero los dueños de la ley no movieron un dedo para, al menos, intentar localizarlo.
Por eso, el señor Sergio comenzó a investigar el paradero de su hijo del mismo nombre por todo el estado y la región. Supo que lo habían visto Teocaltiche, y Villa Hidalgo, Jalisco, por lo que comenzó a pegar cartulinas con la foto y el nombre de su hijo. Preguntando aquí y allá, sus pies lo llevaron hasta con Mario González, “El Patrón” de aquella región, quien lo escuchó con interés.
“Me contestó que sus cámaras de videovigilancia nunca captaron la camioneta de mi hijo, pero además fue contundente: ‘Yo no me dedico a levantar, ni secuestrar gente, mi trabajo es otro’”.
Mario se abrió de capa con el señor Sergio: le comentó que conoció a su hijo con el que llevaba buena relación, de mucha confianza, que no sabía por qué gente le quería colgar ese milagrito (la desaparición de su hijo) y me dio su palabra que no había sido él, pero ‘sí Felipe Muñoz, porque es quien está levantando y haciendo cosas en Aguascalientes’.
“Esa fue la primera y la única ocasión que me entrevisté con él’.
Posteriormente se entrevistó con Felipe Muñoz por dos ocasiones y le dijo: -No busque a su hijo, está muerto.
-Si lo sabe, regrésemelo, dígame dónde está.
-No me diga así.
¿Quién los va a estar manteniendo, en caso de que estuvieran cautivos? -Mientras no lo vea, mi hijo está vivo.
Después, Felipe ya no lo quiso recibir, como tampoco sus sucesores, quienes no hicieron nada: “No saben y tampoco se quieren meter a investigar nada”.
El señor Sergio, entonces, abrió un perfil en Facebook, y contactó con él un excomandante de la ministerial, “diciéndome que me iba a ayudar a encontrar a mi hijo.
Me mandó un audio y un mapa, en donde hay supuestamente personas enterradas en la pensión de la Fiscalía, ahí llevaba Felipe Muñoz a los detenidos para golpearlos y, cuando se les pasaba la manos, ahí los enterraban”.
¿Leyenda urbana? ¿Quién podría desmentirla, conociendo “vida y milagros” de “El Torturador de Aguascalientes”?, un tipo esquizofrénico, perverso, sin escrúpulos, que por cualquier crítica, cobraba venganza de la manera más cruel y despiadada, valiéndose del poder inmenso que le daba su maestro, “El Patrón del Mal”.
AQUELLOS AÑOS...
En 2013, Carlos Lozano de la Torre intentó, por todos los medios posibles e imposibles, de apoderarse totalmente de Aguascalientes, imponiendo como alcalde de la capital a Francisco Javier Chávez Rangel “El Chato”, gente incondicional al “Patrón del Mal”.
Sin embargo, el PAN tenía un candidato fuerte para llegar a Palacio Municipal: Juan Antonio Martín del Campo, quien en la contienda interna había acabado, con la soberbia y el dinero de Felipe González González, y su cachorro Felipe González Ramírez, derrotándolos con el voto de sus correligionarios, para hacerse de la candidatura.
Sin embargo, en el PRI apostaban a que “El Chato”, arrasaría en las urnas y que Lozano de la Torre no sólo seguiría gobernando el estado, sino también la capital, pero en la última encuesta se prendieron los focos rojos en el edificio del PRI: el PAN, con Juan Antonio, lideran las preferencias.
Y con pomos de tequila y güisqui, en Casa de Gobierno, urdieron una acción maquiavélica, en la cual el “héroe” sería… ¡Felipe de Jesús Muñoz Vázquez!, mejor conocido en ese entonces como “El Procurador de Hierro”, quien al día siguiente citó a los chicos de la prensa, a una urgente e importante conferencia, donde daría a conocer “algo sumamente delicado” y vergonzante: “Un partido político, que no es el PRI (sic), recibe dinero del narcotráfico para la campaña de su candidato a la Presidencia Municipal”.
“¿Quién, quién, quién?, preguntaron al unísono los reporteros de la fuente.
“Esta es –dijo el procurador– una investigación que desde 2011 tenemos en contra de gente vinculada a este grupo delictivo.
“Hace aproximadamente 3 o 4 días fue consignado uno de ellos. Un miembro muy cercano a él. Que, justamente, es entre otros quienes nos señala que en un domicilio, que ya cateamos (sic) y en donde encontramos indicios de financiamiento en una campaña, nos señala que este individuo mantiene reuniones con gente de este candidato que reitero, no es del PRI”.
Toda la raza reporteril coincidió con que “el partido que no era el PRI”, era el PAN, y que “el candidato que no era Paco Chávez”, era Juan Antonio Martín del Campo, quien en su cuenta de Twitter denunció al PRI de que con mentiras, intentar ensuciar su campaña: “Yo seguiré con mi proyecto de propuestas y cercano a la gente.
Les pido que no se dejen engañar por esta guerra sucia, que sólo busca confundir y entorpecer este proceso electoral, que no le pertenece al gobierno ni a los candidatos, sino a la gente”.
EL GRAN ERROR DE “DON VERGAS”...
Después, el procurador invitó a un tour para conocer la narcocasa, donde estaban las evidencias de los nexos de Juan Antonio Martín del Campo y del PAN, “con el cártel de La Familia Michoacana”, información filtrada, porque “Don Vergas”, como también era conocido “el inteligente procurador”, sostenía, sin decir nombres, que “un partido que no es el PRI, ni su candidato, son apoyados económicamente por un cártel del narco (“La Familia Michoacana”).
Y allá van los reporteros en chinga, todos sudorosos, en pos de la información prometida, y lo primero que vieron al entrar a la privada Encarnacion Guerrero número 7, en el Barrio de la Purísima, fue una manta con fotos y nombres de Toño y Sylvia, con el logotipo del PAN.
“Adentro del departamento van a encontrar las evidencias que les dijo el señor procurador, pero… ¡oh sorpresa! La propaganda era del PRI y de Movimiento Ciudadano, algo le pasó a “Don Vergas” que se le cruzaron los cables y se equivocaron de propaganda: Sembraron maíz y cosecharon chile.
Descubierto el fracasado plan, Felipe Muñoz amenazó: “¡Gane quien gane, las investigaciones continuarán!”.
Al parecer, la averiguación se archivó, no por él, sino por su sucesor y amigo Óscar González Mendívil.
Y CON ESTA ME DESPIDO...
Acusado de tener “nexos con el narco”, el periodista Alejandro González Muñoz, fue detenido el 10 de noviembre de 2012, en un aparatoso operativo que, en principio, se creyó era un secuestro, y se lo llevaron a una cárcel de alta seguridad, en Ciudad Juárez, Chihuahua, para dificultar su defensa, contactó con su familia y con la prensa; ahí permaneció cuatro meses; después, el hombre quedaba en libertad, pues su supuesta relación con el narco fue una gran jalada de pelos.
El coraje de Felipe Muñoz eran las constantes balconeadas en su periódico semanario, como aquella del 16 de septiembre de 2011: ¡Corrieron al procurador de Justicia Felipe Muñoz Vazquez del Club Campestre! Se le declaró persona ‘non grata’… De manera por demás vergonzosa, el procurador de Justicia, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, fue corrido del exclusivo Club Campestre.
Con su presencia (y la de sus escoltas fuertemente armados), los socios se sentían vigilados y acosados en vez de protegidos, por lo que el fiscal fue corrido del Club.
Y tuvo que irse, como se dice coloquialmente, “con la cola entre las patas”.
La fama que ha alcanzado Muñoz Vázquez en Aguascalientes al frente de la Procuraduría de Justicia no ha sido para nada buena y ya le está cobrando fractura, al menos en el aspecto social.
La alta sociedad del exclusivo fraccionamiento El Campestre ya no lo vio con buenos ojos y por ello decidió “prescindir” de su presencia en el Club de esa zona residencial. Felipe ya no puede ir más a “codearse” con la alta sociedad hidrocálida.
Trascendió que varios empresarios, socios del citado Club Campestre, fueron quienes hicieron la petición de declarar a Muñoz Vázquez como una persona ‘non grata’ en ese lugar y pedirle “amablemente” que no los “visitara”.
No se sabe si el procurador asistía al Club en calidad de invitado, visitante o de qué, pero el caso es que ya no será recibido.
Los empresarios temían por su integridad física debido a los ‘negros antecedentes’ del fiscal estatal y que fueron difundidos por Wikileakes a través de un cable, en el que revelaba que Muñoz Vázquez, presuntamente tenía nexos con la delincuencia organizada cuando trabajaba en la Procuraduría General de la República (PGR) y que, incluso, protegía a un Cártel de la droga.
Además también salió a relucir el caso de los dos elementos que tiene trabajando en la Policía Ministerial y que resultaron involucrados en varios secuestros en Mexicali, Baja California.
Cada vez que Felipe Muñoz llegaba al Club Campestre lo hacía acompañado de varios de sus escoltas, que iban fuertemente armados para “proteger” a su jefe.
Sin embargo, la presencia de gente armada dentro del Club no fue para nada bien vista por los socios, por lo que se vieron en la necesidad de pedirle al flamante procurador que ya no asistiera al lugar.
El aspecto de sus escoltas empisto-lados hizo que los socios, en vez de sentirse protegidos, se sintieran vigilados y acosados, por lo que no les quedó otra alternativa que decirle adiós de ese Club al fiscal estatal.
Con esta balconeada, en la perversa mente del procurador Felipe Muñoz, comenzó a anidar el huevo de la serpiente.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 1).