Se Negaron a Pagar “Derecho de Piso”
Dos hermanos fueron ejecutados a balazos mientras dormían en su casa, al negarse a ser extorsionados mediante el “derecho de piso”, en la comunidad La Rinconada, Calvillo.
Carlos Gabriel Romo Serna, de 24 años y Misael Romo Serna, de 30, propietarios de una tienda de abarrotes y una tortillería, fueron las víctimas mortales de estos sangrientos hechos, perpetrados por la delincuencia organizada asentada en Jalpa, Zacatecas, dijo la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
De acuerdo a la información, la madrugada de ayer dos sujetos a bordo de en una camioneta tinto “tipo Lobo”, llegaron al pueblo Media Luna y dispararon contra una casa y posteriormente se dirigieron al poblado Presa de los Serna, donde hicieron lo mismo al tirotear la fachada de una tienda de abarrotes, como amedrentamiento a sus dueños para que paguen “derecho de piso”.
Enseguida, los delincuentes se dirigieron a la carretera a Presa de los Serna, en La Rinconada e ingresaron a la casa número 13 de dos pisos, para asesinar a balazos a los hermanos Carlos Gabriel y Misael, los cuales estaban dormidos en la planta baja.
Sus familiares que pernoctaban arriba despertaron al escuchar los disparos y al asomarse por el balcón vieron cómo los dos asesinos abordaban la pick up y huían con rumbo desconocido.
Alrededor de las 5:00 horas, policías municipales de Calvillo que se dirigían al reporte de la tienda baleada en la comunidad Presa de los Serna, recibieron el llamado de auxilio en La Rinconada, por lo que acudieron de inmediato seguidos por paramédicos del ISSEA.
Cuando llegaron, los técnicos en urgencias médicas confirmaron la muerte de los dos comerciantes, por lo que acordonaron el lugar.
Posteriormente la Secretaría de Seguridad Pública Estatal dio a conocer que los asesinos huyeron por una terracería que conduce a Jalpa, Zacatecas.
Casi al amanecer, arribaron para dar fe de los cadáveres elementos de la Dirección General de Investigación Pericial y de la Unidad Especializada en Investigación de Homicidios de la Fiscalía General del Estado.
En la inspección ministerial fijaron los cuerpos sin vida, cada uno en una cama, lo que comprueba que los sicarios no les dieron oportunidad de levantarse, descartándose así la versión de que los hoy occisos los habían sorprendido robando.
Al término de las diligencias del caso, los peritos trasladaron los cuerpos al Servicio Médico Forense para la necropsia de ley, la cual arrojó que los consanguíneos murieron de los balazos que recibieron en la cabeza y en el abdomen.