“Estamos en Peligro de Perder las Fuerzas Espirituales”
Por Benny Díaz
“Los maestros tienen una labor loable, una tarea muy complicada porque deben colaborar en apartar a los estudiantes de la tiranía y esclavitud de la tecnología”, señaló el vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Rogelio Pedroza González.
“Nuestros niños y jóvenes son ahora asediados por estilos que poco favorecen al asombro, al interés por conocer, especialmente a profundizar en el misterio de la propia existencia. Cada vez más nos encontramos menos libros en manos de los alumnos y mucho más aparatos de la técnica que, sin saber usarlos inteligentemente se convierten no pocas veces en las nuevas tiranías y esclavitudes, conduciéndolos a una visión reducida del mundo y del hombre, los sacan del mundo de lo real y los introducen en lo exclusivamente virtual, reduciendo el interés por el estudio del humanismo, sin el cual estamos en riesgo de perder las fuerzas espirituales de la propia cultura, de la historia de sus raíces”.
El sacerdote mencionó que la vocación magisterial es muy noble y que antaño, los profesores tenían el poder de interferir “y siempre me ha llamado la atención el siguiente pasaje del libro de la Sabiduría y que tomaré como punto de partida para nuestra reflexión: ‘Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena y la plata es como lodo en su presencia’”.
El vocero de la Diócesis mencionó que los “esquemas del positivismo, para el cual el conocimiento que vale la pena es aquel que se refiere a los hechos, el conocimiento fáctico y el saber matemático, dejando poco espacio para el humanismo que medita no solamente en este saber verificable por los sentidos o por el método matemático. El espíritu humano no se limita al conocimiento cuantificable. Está abierto a otro tipo de saber, el saber meditativo, como dicen algunos filósofos contemporáneos.
“Tenemos ahora que voltear la mirada a ese saber profundo que no tiene ni el método matemático ni el método de las ciencias naturales, pero que juntamente con el conocimiento meramente científico y tecnológico, forja a la persona. A ustedes, maestros, les hemos encomendado esta noble y muy delicada tarea. Difícil, ciertamente, pero una de las labores más encomiables, porque ayudar para que una persona sea consciente de lo que es, significa en cierta manera ayudar a un segundo alumbramiento, como decía Sócrates. El nacimiento a la posibilidad de ejercitar sus potencialidades, que llevan al ensanchamiento del espíritu. Sin embargo esto no siempre se logra: entre la casa y la escuela existen muchas interferencias”.
Pedroza González manifestó que hay que reconocer que los mentores siempre tienen una gran responsabilidad porque los niños y jóvenes en ocasiones pasan más tiempo en las aulas que con sus padres y en ocasiones les tienen la confianza suficiente como para contarles sus cosas que les afectan o les duele, y también detectan abusos o situaciones que no son las adecuadas en el ambiente familiar.