UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
EL PROBLEMA NO SÓLO ES EL ALCOHOL, TAMBIÉN LA VELOCIDAD…
Y las borrachas.
Para Arturo Martínez Morales, director de Movilidad de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), la causa de los accidentes en la mancha urbana de la capital del estado, no sólo es el alcohol, sino la alta velocidad y las borrachas: “Muchos automovilistas agarran las avenidas de la ciudad como si fueran autopistas: a 110 kilómetros por hora, principalmente en el Segundo Anillo de Circunvalación, la salida a Calvillo y la salida a San Luis Potosí”.
De los que conducen al estilo “¡chúpale pichón!”, ni qué decir, sobre todo que a esos adoradores del dios Baco se les han unido muchas mujeres que ya chachalacas, les da por hundir el pie a fondo del acelerador, provocado verdaderas tragedias.
Por lo que Arturo Martínez revela que el programa implementado por Leo Montañez Castro, presidente municipal de Aguascalientes, denominado “Bájale”, ha comenzado a mermar las ansias de esos “toreros y toreras” quienes, al ser sorprendid@s manejando borrach@s paran en bote en donde horas después salen al pagar una elevada multa siempre y cuando se les haya pasado la borrachera, y no haya causado algún accidente letal o aparatoso.
Otro programa con cierto éxito es el “Operativo Radar” (multa por conducir a más de 60 o 70 kilómetros por hora) con el cual el municipio ha impuesto ocho mil 142 multas, y 722 infracciones por no respetar los señalamientos, pasarse la luz roja del semáforo y manejar al tiempo que hablan por el celular.
Pero lo cañón es que cada vez son más las mujeres que manejan como “La Chupitos”, por lo que también ocasionan serios percances que, incluso, han cobrado vidas.
Finalmente Martínez dijo a esta Casa Editorial que los y las “chúpale pichón”, cada vez es más difícil detenerl@s porque por WhatsApp se echan agua un@s a otr@s, alertando que en tal o cual lado está funcionando el alcoholímetro y lo esquivan cambiando de ruta.
Por lo que Martínez y sus muchachos ya se preparan para llevar a cabo el “Alcoholímetro”, de manera itinerante. Por lo que es mejor tomar un taxi en caso de andar de “¡chúpale pichón!”, o sobrios “Bajarle” a la velocidad, sin hacerla de tox, ¿no cree usted?
¿EXPERTO EN SEGURIDAD?..
Cuando el perredista Cuauhtémoc Escobedo Tejada, era alcalde de Pabellón de Arteaga, aquel municipio era un hervidero de narcos, y a plena luz del día decenas de ellos vendían todo tipo de drogas por todo el territorio, pero preferentemente en la cabecera municipal, pero al Cuau, eso no le quitaba el sueño, porque lo más práctico para él era hacerse el occiso y no meterse en problemas.
Pero ahora que ya no es alcalde, sino nuevamente hacedor de leyes, se lanza contra el narco que “ya está operando no sólo en Pabellón de Arteaga, sino en Cosío, Rincón de Romos, lo que me ocasiona mucha preocupación”.
“¡Caraxo!”, ¿y cómo no le preocupaba Pabellón, cuando durante dos trienios, fue alcalde y el narco sentó ahí sus reales?, es pregunta.
Pero ahora que el Cuau despacha en la capital del estado se da cuenta que “el efecto cucaracha, ya entró a Aguascalientes por El Salero, y otras comunidades de Asientos, Tepezalá, Cosío, Rincón de Romos y hasta Pabellón de Arteaga”, es decir, toda la zona norte de nuestro territorio.
Y sabe el lector por qué… pues porque ahora sí el exalcalde de Pabellón de Arteaga ahora sí ya se dio color que “el efecto ‘Cucaracha’, originado en Zacatecas, ya llegó aquí porque la Secretaría de Seguridad Pública sólo a ratos pone retenes, como sucede en la comunidad El Salero, San Jacinto, Guadalupito, Estación Adame”.
Y ¿cómo se da perla el Cuau, que los narcos de Zacatecas, ya están en la tierra de la gente buena? ¡Asómbrese!, porque “detecté (a) gente con esas características (sic) que ya están operando” ¿y por qué chingaos no da pelos y señales de esa gente, a la que ahora que está en la capital la ve, pero que no veía en Pabellón en donde gobernó por dos trienios?, por favor “no mames gallo”.
Pero no es todo, el Cuau, quien no pudo contener el narco en su municipio durante los seis años que lo “gobernó”, ahora dice el gobierno federal manifiesta ineficiencia, ineptitud. Que le preocupa “la violencia en todo el país, pues es un síntoma de la descomposición del estado”.
Sin embargo, le apuesta a la realización de la Feria Nacional de San Marcos, “no sólo por la derrama económica sino por el efecto social para combatir el estrés colectivo (sic), pero ¡cuidado!, los narcos no trabajan empíricamente, tienen inteligencia y ‘ojos’ por todos lados, saben dónde avanzar y sí se puede generar un riesgo”.
¡Chingón, el Cuau!, ¿eh? Pues ahí tiene el gobernador Martín Orozco al sucesor de su entrañable Porfirio: el Cuau sabe mucho del tema y le garantiza “balazos y no abrazos”, para evitar que “el estado deje ese síntoma de descomposición (resic)”.
¿Qué os parece el salvador del país, quien con sólo ver a la raza sabe quién es o no narco? Bueno, tal vez en los seis años que convivió con ellos en Pabellón, haya aprendido a identificarlos, ¿verdad?, lástima que nadó de muertito y permitió que ese municipio se convirtiera en lo que sigue siendo: un bastión del narcotráfico.
LA OPOSICIÓN TODA CONTRA TERE...
Morena, MC (que no es movimiento, tampoco ciudadano), PT y PVEM así como dos que tres resentid@s expanistas velan armas contra la candidata del PAN, Tere Jiménez Esquivel, a quien la raza de bronce la tiene por encima de todas sus competidoras.
En la redes sociales los partidos y las candidatas opositores ya comenzaron a echarle el caballo encima, inventándole una y mil jaladas en su contra, sobresaliendo la expanista Martha Márquez Alvarado, quien ha jurado que “Tere primero pasa por mi cadáver antes de ser gobernadora”, y cosas de esas.
No me explico por qué es tanto el odio jarocho y la envidia que Martha le profesa si Tere, la verdad, ni siquiera se ha expresado mal de ella. Lo que sí es que Tere es una política exitosa: donde compite (hasta jugando canicas) gana, porque tiene el don de caerle bien a la raza de bronce pues siempre ha estado de su lado, “no como aquel fingidor”.
Por eso Tere fue reelecta alcaldesa y lidera la precampaña rumbo a la gubernatura, mientras que Martha está aferrada a sembrar odio y a provocar tempestades; no para ganarle a Tere, no, porque eso es más que imposible, Martha es mala candidata, sino para llenarle el camino de piedritas e intentar impedirle llegar a la casona que fue construida y habitada por Pedro Rincón Gallardo.
En radio pasillo se dice que Martha daría su alma al diablo, no a cambio de ganar la elección, porque reitero: eso es más que imposible, sino para que Tere no gane la gubernatura.
Pero neta: no veo por donde Martha gane la gubernatura, tampoco veo el motivo por el que Martha odie tanto a Tere, ¿envidia? Podría ser. Pero mejor saque el lector sus conclusiones.
Por lo pronto el Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes (TEEA) echó abajo una demanda que interpuso Morena contra Tere, por “actos anticipados de campaña”, pues la susodicha acusación fue al estilo “gallego”, es decir, nomás para chin… molestar.
LA TECOLOTIZA, INDOLENTE, CON TUFO DE COMPLICIDAD…
¿Qué hacer cuando el lector es amenazado por un “tumbador” y éste lo amenaza con causarle daño si no le entrega sus pertenencias?, si mal no recuerdo el comisario de la Secretaría de Seguridad Pública.
Antonio Martínez Romo, mejor conocido como “Poncharello”, ha recomendado a la ciudadanía darle sus pertenencias al ladrón para no arriesgar su vida que es más valiosa que los objetos.
Y dejar que la policía, actúe llegando el momento. Reitero: ¿qué hacer si un ladrón me sorprende en la calle y cuchillo en mano me quiere ‘tumbar’ mis pertenencias? La recomendación de “Poncharello” es la mejor para conservar la vida. Mantenga la calma, fíjense bien la fisonomía del ratero y descríbalo en su denuncia. Pero, ¿cómo conservar la calma? ¡Ese es el gran problema!: no todos están dispuestos a “morderse un güevo y la mitad del otro, pero es lo mejor”.
Cierto, ¿pero qué pasa si usted ve a un par de cacos robando cosas de su propiedad, después de que rompieron los vidrios y le dieron en la madre a las cerraduras de la puerta, y usted recuerda las sabias palabras de “Poncharello”, “se muerde uno y la mitad del otro” y se queda usted de a seis, viendo como los “rodolfos” huyen con varios documentos, pero “providencialmente” pasa por ahí una patrulla con dos “tecolotes”, que ven cómo el par de “rodolfos” tira los documentos y corre, pero los “tecos” los alcanzan, los esposan y los suben a la patrulla, y le dicen a usted, vaya a poner su demanda, por allanamiento de morada.
Y allá va usted en chinga a poner su querella sólo que el “MP”, en turno le “ordena”: regrese mañana a las 5:00 de la tarde, porque tengo mucho trabajo, al tiempo que le da una mordida a la torta que tiene en mano y un gran sorbo a su agua negra del imperialismo.
Y usted, recordando las sabias palabras de “Poncharello”, ”se muerde uno y la mitad del otro”, sale de con el MP y al día siguiente deja otros asuntos importantes pendientes, para regresar con el dueño de la ley, pero el “MP”, que ya es otro, por el cambio de turno, usted le vuelve a explicar el motivo de su “visita”, y le explico con pelos y señales su problema, dándole pelos y señales de los “rodolfos” y santo y seña de los dos ‘tecolotes’, del número de la patrulla, hora y lugar en la que los “cuicos”, detuvieron a los “rodolfos” y, al cabo de unos minutos el “MP”, le informa que no hay reporte alguno de esas detenciones y que la patrulla ni siquiera se ha parado por ahí en varios días.
Entonces usted se vuelve a morder un huevo y la mitad del otro, al comprobar, por medio del “MP”, que los cuicos nomás pasearon a los dos “rodolfos” un rato, porque luego los soltaron, a pesar de la promesa expresada por “Poncharello”, de que haría cumplir la ley, ¿qué piensa usted? Por supuesto: la policía protege a los “rodolfos”, cuando no sean una banda formada por ellos mismos, por lo que no los atrapan o fingen hacerlo, pues nomás les dan su paseadita en la patrulla y luego los dejan en libertad, pues no son más que de su misma calaña, sólo que ellos visten uniforme y tiene placa que les da impunidad y abarca a sus cómplices.
¿Por qué le platico esto al lector? Por lo siguiente: Hace dos años y cacho (13 de junio de 2019), José Eduardo dejó su Tsuru estacionado en Jardines de Casanueva, como lo hacía todas las noche al llegar a casa a descansar de la chamba.
A los pocos minutos le corrieron a avisar que un “rodolfo” le había cristaleado su carro y salió en chinga de su casa; pero el caco ya había terminado su “trabajo” y llevaba el botín: la carátula del estereo del carro, la batería y una mochila con ropa.
Y a correr para atrapar al rodolfo, el que metros después aligeró la carga y tiró la mochila y la batería, pero el caco, de nombre Óscar Javier, siguió corriendo, hasta que dos taqueros del barrio le dieron alcance.
El “rodolfo” tiró tres cuatro golpes y algunas patadas, pero los taqueros y José Eduardo lo tundieron y de repente el “rodolfo” cayó exhausto y… murió; en esos precisos momentos llegó una patrulla con dos cuicos y detuvieron a los “rijosos”, para llevarlos ante el “MP”, mientras al “rodolfo” le practicaban la necropsia de ley: “El ‘rodolfo’ falleció por una hemorragia cerebral, provocada por alguna enfermedad, y con el susto y la fuerte agitación perdió la vida”.
Así las cosas, José Eduardo y los dos taqueros quedaron en libertad pero… hace unos días, Eduardo fue detenido por asesinato: la muerte del “rodolfo” no había sido natural como inicialmente se dijo, sino que el caco… murió por una patada que Eduardo le propinó en los “güevos”.
Pues sí, los “güevos” de los “rodolfos” valen más que los de las víctimas; es el caso de Eduardo, que por no morderse uno y la mitad del otro (es decir, por no aguantar vara y dejar todo en manos de la ley y la justicia el cristalazo que sufrió), hoy está preso acusado de homicidio, por no haberse mordido uno y la mitad del otro al ir en pos del ladrón.
Y CON ESTA ME DESPIDO...
¿QUÉ HACER ENTONCES AL RESPECTO?
Ya lo insinuó “Poncharello”: “Morderse un huevo y la mitad del otro y dejar que los ‘rodolfos’ hagan lo que se les pegue la gana”, porque en muchas ocasiones el hampa y la policía forman un binomio muy cañón, pero a la larga la justicia llega.
Y si lo duda, pregúntenle a Gerardo García Luna, o a Porfirio Javier Sánchez Mendoza, el primero preso en una cárcel gringa, el otro tras las rejas del Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
¿Cuándo, estando en su alto pedestal, creyeron que algún día la ley y la justicia se las iban a cobrar? Claro que nunca, pero los tiempos cambian y hoy están pagando por sus crímenes. Triste el final de sus carreras policiacas: la justicia suele tardar, pero llega. ¡Cuidado, “Poncharello”!
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 23).