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En un retorno de la carretera federal 45 norte, en San Francisco de los Romo, se mató Jesús Alejandro González Martínez “La Moronga”, que contaba con 38 años y era vecino de San Juan de los Lagos

Horrible muerte encontró un chofer de la empresa Frío Express, al volcar un tráiler y estrellarse la cabina contra la barra metálica de contención, en un retorno de la carretera federal 45 norte, en San Francisco de los Romo.

La víctima fue el jalisciense Jesús Alejan­dro González Martínez “La Moronga”, que contaba con 38 años y era vecino de San Juan de los Lagos.

El mortal accidente se registró minutos después de las 10 de la mañana de ayer, cuando manejaba el tractocamión Freightli­ner blanco, número 7147, placas 07-AG-5P del Servicio Público Federal, con una caja seca, propiedad de Frío Express.

Cuando se desplazaba a exceso de ve­locidad por la carretera federal 45, rumbo al norte, a la altura de la empresa Yorozu Mexicana, tomó el retorno con la intención de continuar hacia el sur.

Sin embargo, por el peso de la carga la unidad se volcó sobre su lado izquierdo, estrellándose la cabina contra una barra de contención metálica, quedando prensado el conductor.

Al recibir el llamado de auxilio, se di­rigieron policías estatales y municipales, paramédicos de la Secretaría de Salud de San Francisco de los Romo, bomberos del estado, elementos de Protección Civil, al mando del jefe de los servicios de emer­gencia del estado Francisco González Ibarra y guardias nacionales del sector Caminos.

A su llegada los técnicos en urgencias mé­dicas confirmaron la espantosa muerte del conductor, por lo que acordonaron la zona.

Posteriormente se presentaron para dar fe del cadáver, elementos de la Dirección General de Investigación Pericial y de la Unidad Especializada en Investigación de Homicidios de la Fiscalía General del Estado.

Al término de las diligencias del caso, el comandante González Ibarra presumió que el rescate del cadáver estaría a cargo de personal capacitado y calificado a nivel internacional.

Los peritos, enojados, esperaron entre cuatro y cinco horas para que los bombe­ros “especialistas” retiraran los fierros que aprisionaban el cuerpo sin vida, el cual fue trasladado al Servicio Médico Forense para ser sometido a la necropsia de ley.