Por Carola Galindo*
DESDE HACE tiempo, se habla de la controversial relación entre Estados Unidos y México. Incluso, se le ha llegado a dar la categoría de toxicidad. Este peculiar adjetivo se debe a la creación o reformas de políticas económicas, sociales, migratorias, de salud y del sector privado, que afectan de manera, negativa mayormente, a nuestro país. Estas noticias, sin duda, encabezan los periódicos mexicanos, pero ¿qué hay de los estadounidenses? Ahí sí que rara vez figuraba México como protagonista, hasta hace unos años cuando nos volvimos uno de los blancos más concurridos de las consecuencias de las reformas, reajustes y decisiones inesperadas del presidente Trump.
DESDE 2017, con el inicio del controversial periodo del presidente Donald Trump, México, sin duda, ha estado encabezando algunos debates estadounidenses e incluso importantes periódicos. Todo esto, no solamente por la obvia razón de la existencia de la dependencia mutua, sino por una razón específica: La declaración del presidente Trump de construir el muro en la frontera entre estos dos países. Esta noticia ha sido ya bastante analizada y discutida, debido a la repercusión tan amplia que generaría en el país mexicano y el estadounidense, en todos los niveles y por un largo periodo de tiempo.
AHORA BIEN, en los primeros días de marzo el presidente estadounidense informó el gran recorte al presupuesto en la propuesta al Congreso del año 2020, dejando a un lado sectores como la agricultura, la salud, educación y medio ambiente, haciendo honor a sus discursos desde el día uno. En cambio, el incremento se concentraría en la defensa militar y, por supuesto, la ya famosa “construcción del muro”.
ESTA NOTICIA no fue ni es sorprendente, sin embargo, los demócratas de la Cámara de Representantes estadounidense ya se han pronunciado en contra de estas modificaciones y expresan que se hará lo posible por evitarlo. Debido a que traerá consigo, consecuencias negativas a la estabilidad del país, por muy nula, poca o moderada que sea. La crisis mundial que se vive en la actualidad y las sorprendentes situaciones irracionales que han atacado el contexto internacional, ponen en duda la posibilidad de que ciertos recortes pasen como ley.
LAS DISPARIDADES entre las opiniones acerca de este muro varían cada vez más a nivel local e internacional, ya que lo que para algunos parece casi imposible e irracional, para otros es la solución perfecta a todos sus males. Generalmente, estos males acechan a aquellas minorías favorecidas con sentimientos nacionalistas. Mismas de las que se han hablado y han resurgido ya bastante en estos últimos meses y alrededor de todo el mundo, Francia, por ejemplo.
SON AÑOS de sorpresas inimaginables y de llegar a puntos en los que lo imposible se ha convertido en una realidad, por lo que la relación mexicana con la estadounidense se distorsiona cada día más, pero esto a su vez, la acerca más que nunca. Ahora la pregunta y los debates se centran en torno a ¿qué sigue?, ¿quién sigue?, ¿cuáles son nuestras alternativas?, ¿por fin despertarán y tomarán acción aquellos que por años han sido totalmente indiferentes?
ALGO ESTÁ seguro y es que esta relación mexicana-estadounidense es tóxica, además, su desprendimiento se convierte cada día más en una necesidad, que en una idea. Como dice la ya famosa frase “Ni tan cerca porque me matas, ni tan lejos porque muero”: prueba misma de toxicidad pura.
*Estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara