* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
YA NI SUS HIJOS PELAN A DON VIBORÓN…
La religiosa y honorable familia Morales Peña dio tremendo espectáculo callejero gratuita el pasado viernes 30 de noviembre: amenazas, insultos, putería y mentadas de madre salieron a relucir en la mera pechuga del castizo barrio de Triana, a unos metros del crucificado “Cristo Negro del Encino”, al que tanto dicen amar, respetar y venerar.
La tarde estaba soleada, agradable, era el último día del gobierno del priísta Enrique Peña Nieto, y en la “trastienda” (parte trasera) de la casa paternal de la familia Morales Peña, integrada por Agustín Morales Padilla, Irma Graciela Peña Torres y sus vástagos Agustín Ramón, Gustavo, Mauricio, Rita Ibeth y José Luis, había fiestón.
La pachanga reunía a varios hermanos de “don Viborón”, y otros especímenes, incluyendo al “guarura” de José Luis, un expolicía de apellido Santi-llán.
El motivo de tan distinguida reunión era festejar, agasajar al jefe del cártel: Agustín Morales Padilla alias “don Viborón” que llegaba a los 79 años de edad, “bien vividos y bien bebidos”, “¡y arriba Teocaltiche, que también es pueblo!” (tierra del padre de “don Viborón”, que salió huyendo de aquel pedacito de Jalisco, acusado de abigeo y llegó a la tierra de la gente buena a hacer la América).
Pero eso ya había quedado atrás, cubierto por el polvo del olvido, hoy “don Viborón” está convertido en todo un magnate de los medios impresos y electrónicos, por eso había que celebrar esos 79 añejos Bacardí: “¡Que esto, que lo otro, salud!..”; “¡y chúpale pichón!”.
Todo era alegría, felicidad, buenos deseos, para el jefe del cártel: “¡Que cumplas otros 79 años, apá!”, “¡estás re’joven, ni los aparentas!”, y cosas por el estilo.
De repente se oye un chirriar de llantas, un golpazo y grito de dolor: una mujer había sido atropellada en la mera esquina de la “trastienda”. El ciego cafre del destartalado camión urbano simplemente declaró: “No la vi”; la escena era dantesca, una sábana cubrió el cuerpo sin vida de la pobre mujer.
Minutos después sale Mauricio y tras de él, el guarura de José Luis “La Víbora” –de apellido Santillán–. El área estaba acordonada con la clásica cinta amarilla, mientras Mauricio “rezaba” por el descanso eterno de la mujer, esperando que el párroco del templo llegara a administrarle los santos óleos.
Uno de los policías le pidió a Mauricio que saliera del área acordonada, le contestó que no, que estaba rezando y comienzan a discutir. Entonces interviene el guarura de José Luis, con alma de “perdonavidas” y se arma el jaleo. El escándalo llega a los oídos del locutor y José Luis entra al área acordonada echando brava, insultando y retando a los policías: “¡Órale, güey, tu y yo un tiro!”, gritaba, sus ojos estaban enrojecidos, el alcohol o algo más, había hecho estragos: “¡Dos, tres me la pelan; no la hacen conmigo, éntrenle jijos de la @&+*%=#!”.
Pero los cuicos municipales, curados de espanto, deciden someterlo y le ponen las esposas:
“¡¿Por qué se lo llevan hijos de su puta madre?!”, tronó Mauricio ante sus señores padres, que le decían que ya se metiera, pero él les reviraba: métanse ustedes, yo arreglo esto, ahorita le hablo a la Tere, a Kike de la Torre, al comandante Carrillo, a ver de a cómo nos toca; ora sí se van a quedar sin chamba; en varias ocasiones tanto la madre como el padre de “Mauri”, le ponía la mano en el brazo y “El Hijo Desobediente” lo jalaba:
“Vas a hacer que tu papá se enferme, métete”, le insistía doña Irma, pero “El Hijo Desobediente” ni los pelaba, el enfrentamiento verbal contra “los policías hijos de su puta madre”, arreciaba.
Un policía no dejaba de grabar “El Chou de las Víboras”, y en varias ocasiones “el hijo desobediente” intentó tirarle el celular y en una de esas “Mauri” explotó: “¡Sí, grábame y llévalo a TRIBUNA LIBRE!”, “¡uy qué miedo!”.
Fue un chouzazo que envidiaría Polo-Polo.
Pero a “La Víbora” nomás lo tuvieron unos minutos en la patrulla y luego lo soltaron, “por órdenes precisas de Kike de la Torre”, secretario de Comunicación Social del Municipio de Aguascalientes.
Pero “El Chou de las Víboras” quedó grabado en vivo y a todo color y todavía circula en internet, y en las llamadas redes sociales.
Día tristemente memorable para “don Viborón”, que al grito de sus dos vástagos, “¡Policías hijos de su puta madre!”, y “Me la pelan!”, celebró sus 79 añejos Bacardí.
¡EN ESTA ESQUINAAA..!
¡Jorge López Martín! Y en esta otra ¡Kike de la Torre!
La campana da inicio al primer round: El fajador exdiputado federal agarra en frío al secretario de Comunicación Social de la alcaldesa Tere Jiménez Esquivel, y le pega un derechazo en la mandíbula, lo recarga entre las cuerdas y le lanza un recto al plexo solar:
“¡Tú eres el orquestador de la campaña contra el gobernador Martín Orozco, y lo peor es que lo hacen con dinero del pueblo!”.
Y ahora un derechazo:
“¡Eres un estorbo para la relación institucional entre el Gobierno del Estado y el Gobierno Municipal!”.
Lo acusó de ojeis, por pagarle a “La Víbora Morales” más de 16 millones de pesos para pegarle a MOS todos los días, y lo amenazó con llevar el caso al Pleno del Consejo Nacional del PAN, porque además Kike de la Torre le está haciendo daño a la alcaldesa.
El purrún se puso bueno y Jorge López casi lo acusa de andarse tirando a “La Cucaracha”, te veo muy juntito a ella en “La Mestiza”, y después agarran terreno.
En fin: Jorge López es un fajador nato, desde que suena la campana sale a noquear, los desmadra y hasta los deja mudos.
Si el lector no me lo cree, pregúntele a “La Víbora” Morales, quien después de una madriza dejó de hablar de él.
Y MÁS BRONCAS…
En Aguascalientes no hay más Morena que la aguerrida Nora Ruvalcaba Gámez, exdiputada local que se las sabe de todas, todas.
Pero que en la actualidad se enfrenta a un hueso muy duro de roer: David Monreal Ávila, quien presume que el Comité Directivo Estatal (CDE) de Morena en Aguascalientes, se lo endosó Andrés Manuel López Obrador, y hace con él lo que le viene en gana.
Tanto así que por sus güevos colocó al priísta de viejo cuño Raúl Reyes Agüero, al frente de la Presidencia de Morena, lo que provocó el enojo de Nora, que recibió el anuncio como un derechazo a la quijada.
PERO…
No obstante, el trancazo, la Morena tiene aguante y sabe moverse muy bien en el ring de la política y además de ser técnica, tiene punch: ella es una especie de Fili Nava y “El Toluco” López (digo, hablo cuando yo veía buen box), pero ayer mostró que también domina muy bien el gancho al hígado y el uno dos:
“¡El nombramiento de Reyes Agüero –explotó– es un atropello a los estatutos de Morena, para ser dirigente se requiere por lo menos un año de militancia en el partido y este personaje no cumple ni siquiera con algunos meses!”.
“¡Creo que es requisito no ser de Morena para ocupar un cargo, es requisito pertenecer a la banda de Carlos Lozano de la Torre para acceder a un puesto!”, asegundó.
Con esto, Raúl Reyes Agüero está K.O. Si él creyó que su situación en Morena sería parecida al triunfo de Julio César sobre Farnaces II del Ponto en la Batalla de Zela, que festejó diciendo la famosa frase: “Vine, vi y vencí”, Raúl está equivocado. Nora tiene mucha raza en Morena que la sigue, pero además está en lo cierto: su presunto nombramiento viola el estatuto de su querido partido.
¡Cuidado!
Y CON ESTA ME DESPIDO…
35 AÑOS 35…
Eran los primeros días de diciembre, de 1983. Último mes del gobierno municipal de “don Pedrito Rivas”, como lo llamaba la raza.
En ese entonces, su servidor alistaba el nacimiento de esta su TRIBUNA LIBRE: de esto hace ya 35 años 35.
Y el día 20 de diciembre de ese inolvidable 1983, TRIBUNA LIBRE por fin llegó los puestos de periódicos y revistas.
En ese entonces, todavía ni siquiera había rastros de “La Víbora”, menos del “Robolfo” y “La Cucaracha”, y “don Viborón” comenzaba con “su” ‘El Hidrocálido del Universal’, que recién había cumplido dos años y no era competencia ni para “El Sol del Centro”, ni para “El Heraldo de Aguascalientes”, y su ego sufría, pues el diario nomás no levantaba, pero económicamente estaba en bonanza: vía directa de Palacio de Gobierno-Quinta Avenida, salían y llegaban carretillas de billetes, ¿de qué preocuparse?
En ese ambiente periodístico nació TRIBUNA LIBRE, y muchos recuerdan las ñáñaras que causó en los dos palacios, como lo recuerda el buen Mario Granados Roldán.
Pero esa es otra historia. Este mes es de celebraciones, 35 años 35 y aquí seguimos como el güisqui aquel… tan campantes.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 6).