Circo Electoral de dos Pistas
Por Jorge Arturo Ferreira Garnica
CON LA SESIÓN del día primero de noviembre del Consejo Local del INE en Aguascalientes iniciaron de manera formal y legal todas las actividades del Proceso Electoral Federal y Local 2017-2018. La tutela del INE sobre los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), comenzó a mostrar síntomas de inconformidad o desavenencias por parte de estos últimos; al menos en Aguascalientes así se percibe, en virtud de que el IEEA no ha querido atender un buen número de observaciones que, por ley, le ha realizado su hermano mayor, el INE. Por otro lado, el pasado nueve de los corrientes, salió publicada una nota periodística en la que el presidente del Instituto Estatal Electoral, el señor Fernando Landeros declara que el Consejo General de este Órgano Electoral Local, emitió unos lineamientos para el proceso de elección de diputados del 2018, cuyo contenido consiste en buscar la participación “equitativa” de hombres y mujeres. Y la pregunta y suposición que me hago es: ¿Esa parte de los derechos humanos y garantías no está reconocida en la Constitución Federal y en las leyes electorales y de partidos políticos?
NO OBSTANTE el señor Landeros precisa que no se podrán emitir candidaturas a mujeres en distritos en los que sus partidos políticos perdieron, y que a eso se la llama “sesgo”, que según las propias palabras del Consejero Presidente del OPLE, “estas son algunas de las reglas que están estableciendo”. Para ello a cada partido político le serán entregados los resultados electorales de la pasada elección, para que puedan saber cuáles fueron los distritos en los que perdieron (como si no lo supieran), y esos distritos tendrán la prohibición para postular candidaturas de mujeres. ¡Pácetelas!
SEGÚN LA Real Academia de la lengua “sesgar” es un verbo transitivo que viene del latín, y que significa cortar, o partir algo en sesgo, o bien “torcer” algo a un lado, o atravesar algo hacia un lado. Yo quiero suponer que ese “sesgo” según su concepción tiene un enfoque con la paridad de género; paridad, que de manera radicalmente opuesta el delegado del INE, Ignacio Ruelas, y también presidente del Consejo Local, definió con suma precisión. Palabras más palabras menos dijo lo siguiente: Según su dicho, él juzga que se ha exagerado esta paridad de género, pues en realidad esa paridad debe ser una igualdad entre ambos géneros y no una lucha entre hombres contra mujeres, sino un diálogo de pares, es decir, un diálogo entre iguales o semejantes en su totalidad y no una confrontación. Y va más allá de eso, pues lo dicho por Ruelas Olvera, finaliza diciendo que no se trata de desmérito de capacidades masculinas o femeninas o viceversa, pues eso no es posible entre iguales. En este breve y sustancioso diálogo entre pares, pues ambos presiden Órganos de dirección electoral, se advierte con meridiana claridad una distinción de maneras de pensar y de concebir una sola realidad. En lo particular no creo que se deba prohibir ni postular a candidatas en distritos perdedores por una “sesgada interpretación de la ley”, pues la paridad consiste en la igualdad de condiciones para ambos y no el favorecer abiertamente a uno de estos géneros. Con seguridad los partidos políticos habrán de impugnar tal lineamiento, pero como mis opiniones siempre parten de una mera suposición, no me lo tomen muy en serio.
EN OTRO orden de ideas pero dentro del mismo tema electoral, el paso siguiente para ambos Órganos electorales es la designación de los consejeros distritales, en cuyo proceso siempre se han generado situaciones de favoritismo por amigos íntimos, cercanos o recomendados, así como por familiares de sangre de quinto, cuarto, o hasta de primer grado, decisiones totalmente desapegadas a los principios Constitucionales que rigen el actuar de quienes fueron designados, precisamente para que esos principios se respeten y no sean ellos quienes los violen. Esperemos que a la hora de las decisiones apliquen con rigor ese abc rector que juraron respetar y no prevalezcan las pasiones y debilidades tan arraigadas en el fondo de algunos corazones, para no caer en esas insistentes tentaciones que los inserten en las filas de la corrupción, la violación de derechos humanos y otros ordenamientos legales.
QUIZÁ A ello se deba que vino a mi memoria que hace seis años yo fungí como Consejero Distrital en el IEEA, en el Distrito VII con sede en el municipio de Calvillo. En una de la sesiones había que aprobar un acuerdo sobre la ubicación de casillas, salvo que dicho acuerdo no había cumplido con requisitos previos que la ley ordena, razón por la que voté en contra, y a cuyo voto se unieron dos compañeras consejeras, con lo cual el acuerdo no prosperó. Fue un simple acto de legalidad, por el que fuimos citados por la Consejera Presidente del IEEA para ser reprendidos. Yo creí y sigo en la misma postura, que nuestro voto en contra fue en estricto apego a lo que dicta la ley sobre la independencia y autonomía de los Consejos Distritales como Órganos desconcentrados, por supuesto en su toma de decisiones. Sin embargo, me enviaron con un propio, un “extrañamiento” por escrito firmado por la Consejera Presidente, por haber votado en contra dicho acuerdo. Algo no sólo incorrecto sino probadamente ilegal además de injusto. Mis compañeras fueron severamente “llamadas al orden”.
AHORA BIEN, si en la designación del INE no hay acuerdo entre los Consejeros del Consejo Local, para designar a quienes aspiran a participar como pares en los Consejos Distritales ¿cuál será el mecanismo para destrabar esa falta de consenso? Aquí me formulo otra de mis acostumbradas preguntas y a la vez suposiciones: ¿Sucederá lo mismo que en la designación de los integrantes del Consejo Local, y se repetirá lo que les sucedió a los Consejeros del Consejo General del INE Nacional?
PARA EL caso del Consejo General del IEEA, las cosas no están exentas de tentaciones para impulsar a los Órganos distritales a sus afectos más cercanos e incluso familiares, pues la debilidad surgida de su mínima dosis de poder de que fueron dotados, es algo que no podrán resistir; baste recordar lo que el Maestro de las Artes de la Política, Nicolás Maquiavelo quiso decir cuando escribió que lo único que no había cambiado en la historia de la humanidad era precisamente la naturaleza humana. Y es que la naturaleza humana, al ser un concepto filosófico, según el cual los seres humanos tendemos a compartir una serie de características distintivas que incluyen formas de pensar, sentir y actuar, también es la parte de la mente y comportamiento humanos que vienen dados por la genética, es decir, que es consecuencia biológica de la evolución por selección natural, y por ende, ahí entra el juego de las pasiones en las cosas del poder y la política. De tal suerte que la tentación de impulsar esos afectos será de tal dimensión que lo más probable es que sucumban ante ella, y pasen por encima de lo juramentado. Lo cual nos obliga a suponer que lo que menos importará es el respeto no sólo a los principios rectores de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad, ya que serán letra muerta, sino también su propio juramento mediante el cual están obligados a respetar y aplicar esos principios y la ley en general.
LAS DESAVENENCIAS entre los Órganos electorales y local, será la constante en algo tan simple como lo es acatar lo que la ley les ordena; es decir, simple y llanamente aplicar y hacer respetar la ley. Si ellos no lo hacen, con qué autoridad y calidad ética y moral podrán exigir a los actores políticos que se apeguen a ella. En fin, que la función electoral en este circo de dos pistas apenas comienza, y seguro estoy que habrá de dar mucho de qué hablar. Hasta la próxima.