* UNA, DOS Y… ¡TRES! ¡COMENZAMOS!
LOS AMIGOS DE “EL PATRÓN”…
Los presumía, orgulloso de sus amistades se sacaba fotos con ellos, bromeaba y les platicaba sus planes para el futuro dentro de la política y de su partido: el PRI, siempre el PRI, del que en una ocasión amenazó con renunciar si no era él el candidato tricolor a la gubernatura de Aguascalientes.
No hubo necesidad de hacerse el haraquiri, su amigo Manlio Fabio Beltrones logró que él fuera el candidato y, otro “amigo”, Luis Armando Reynoso Femat, le dio el fuerte empujón que necesitaba para llegar a Palacio de Gobierno.
Carlos Lozano de la Torre “El Patrón”, en cuanto rindió protesta como gobernador sufrió una metamorfosis de vértigo: a sus amigos los convirtió en enemigos y, a muchos de sus enemigos, en amigos.
En aquellos tiempos aciagos, Carlos, presidente local del PRI, se quejaba amargamente de la intolerancia de Felipe González a sus críticas: “Sucedió en una fiesta, yo estaba en una mesa con Blanca (su esposa) cuando entró Felipe (el gobernador), me vio y, enfurecido, se dirigió conmigo y, señalándome, me dijo: ‘¡Deja de estarme chingando, o atente a las consecuencias!’“.
–¿Qué le respondiste?, le pregunté.
“Nada, no le dije nada, después me demandó”.
Pero ya una vez en Palacio, el flamante “Patrón”, a uno de los primeros en recibir fue a Felipe González (sí al de las nalgas al revés) y a partir de ahí limaron asperezas, quedando como amigos.
Contrario fue el comportamiento con su entonces “aliado y amigo” Luis Armando, que no sólo nunca lo recibió sino que ni siquiera le tomaba las llamadas por teléfono y, por si eso fuera poco, lo demandó y encarceló con “delitos” fabricados desde la Procuraduría General de Justicia, a cargo de su exdiscípulo, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez (un policía de carrera perro entre los perros, que años antes había sido investigado y estuvo a punto de ser procesado por su cercana amistad con el narcogobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid: lo culpaban de haberlo ayudado en su huida, cuando la Federal estuvo a punto de detener al llamado “Chueco”).
Esta historia, que todavía no termina, el lector se la sabe al dedillo: fueron seis años de persecución con toda la fuerza y el poder del estado, contra Luis Armando, que no hizo otra cosa que apoyarlo para que ganara la gubernatura.
Pero le comentaba al lector que “El Patrón”, orgulloso de sus amigos, correligionarios y colegas, hasta se sacaba fotos con ellos y, emulando a Enrique Peña Nieto, decía orgulloso que eran la generación exitosa del nuevo PRI:
César Duarte Jáquez, gobernador de Chihuahua; Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz y Roberto Borge Angulo, gobernador de Quintana Roo, hoy exgobernadores en desgracia.
El primero de ellos, César, prófugo de la justicia; Javier, encarcelado en Guatemala y, Roberto, desaparecido en cuanto su sucesor llegó al gobierno de Quintana Roo.
Los tres acusados de graves delitos, robaron a manos llenas, se mancharon las manos de sangre de gente inocente y, sus relaciones con el narcotráfico, son evidentes.
“El Patrón”, al parecer, padece del mismo mal que sus cuates del alma, pues ni siquiera tuvo el valor de acudir a la toma de protesta de su sucesor, Martín Orozco Sandoval, clara señal de que, por más que lo intentó, no pudo enterrar sus fechorías, muchas de la cuales son vox populi.
Y ante el clamor generalizando de que tiene que ser procesado por su rosario de delitos, hasta la gente que lo apoyaba a rabiar, en cuanto subió al poder, como la presidenta local del PRI, Norma Esparza Herrera, dice que si hay pruebas en contra de “El Patrón”, que las presenten y demanden, que ni ella ni su partido taparían sus corruptelas, porque “los tiempos han cambiado”.
Pues sí, fueron seis años de inmenso poder, echando cohetes a diestra y siniestra, pero llegó el tiempo de recoger las varas, que son muchas, muy grandes y, todavía, con olor a pólvora.
JUEZ Y PARTE…
Cuando “El Patrón” contrató los servicios de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, de inmediato le leyó la cartilla: “Vas a hacer lo que yo te ordene al pie de la letra y para eso tienes que ser todavía más cabrón de lo que eres… ¿lana?, lana va a haber y mucha”.
Pronto, Muñoz Vázquez comenzó a pagar el precio de ser tan cabrón como se lo ordenaron en Palacio: el cártel contrario, llamado “La Oficina”, le cobró facturas dolorosas: la ejecución de dos de sus sobrinos, con claros nexos con el narcotráfico.
Antes, los narcotraficantes subieron sendos videos a internet: golpeados, llenos de miedo, sus sobrinos le imploraban: “Tío, renuncia, dicen que si no lo haces nos van a matar a nosotros y a toda la familia, ayúdanos por favor”, imploraban.
Días después, las cabezas de sus sobrinos aparecieron en sendas hieleras del Oxxo, una aquí y la otra en Chihuahua.
Fue entonces que Muñoz, no sólo se volvió más cabrón, sino que perdió la cordura: comenzó a matar gente, torturarla, desaparecerla, perseguirla, encarcelar policías, encarcelar periodistas y, por supuesto, inventarle delitos al villano preferido del sexenio lozanista: Luis Armando.
Muñoz dejó muchos muertos en el clóset que poco a poco irán saliendo; por ejemplo, se habla de cientos de casos de tortura y cientos de fabricaciones de delitos, entre otros crímenes.
¿Qué se necesita para que comience a pagarlos? Voluntad política, por supuesto, sólo eso.
ENÉSIMO BOTÓN DE MUESTRA…
Acusada de participar en un asesinato, Elizeth Marlene “N”, de entonces 16 años de edad, fue detenida y encarcelada.
Por supuesto, eran los tiempos del gobierno de “El Patrón”.
Hoy, a 3 años de esa infamia, el juez la absolvió al quedar demostrada su inocencia, pero ¿quién chingaos le va a pagar a esa inocente jovencita los tres años de vida que le robaron encerrándola en prisión?
Diga el lector si no es una infamia imperdonable.
Él o los culpables de este crimen, deben pagarlo. No se pueden ir con las alforjas llenas de dinero de procedencia ilícita y dejarle a su sucesor incendiada la pradera.
No se vale.
Y CON ESTA ME DESPIDO…
“LOS TIEMPOS CAMBIAN”…
“… no seremos tapadera de absolutamente nadie… si cometieron errores que asuman las consecuencias, porque finalmente la gente les dio la oportunidad de gobernar, de velar por los ciudadanos… y, reitero: si en algún momento dado se encuentra que algún funcionario de la administración del ingeniero Carlos Lozano cometió errores y desvió recursos, hizo uso indebido de los recursos públicos, que pague las consecuencias ‘los tiempos cambian’”: Norma Esparza Herrera, presidenta local del PRI.
* (Columna publicada inicialmente en el semanario hermano TRIBUNA LIBRE el pasado jueves 20).