Por Alfonso Morales Castorena
VECINOS Y comerciantes asentados en el andador peatonal de la calle Centenario volvieron a mostrar su indignación e impotencia ante el enésimo escándalo en el prostíbulo Punto y Coma, que ni por haber sido un fin de semana en el que imperó la famosa “Ley seca” les permitió reposar las fatigas de la dura brega del día y los primeros tuvieron que soportar una noche más de desvelo, en tanto que los segundos resintieron una baja en sus actividades mercantiles.
SOBRE TODO porque la “Ley seca” se impuso a otros negocios del mismo giro de la emborrachaduría y no se les permitió continuar ofertando sus bebidas alcohólicas, ni atendiendo a su clientela ni un minuto más del horario establecido para que la prohibición entrara en vigor y tuvieron que cerrar sus puertas a las 2 de la mañana.
EN CAMBIO, continuaron diciendo, aún cuando la usufructuaria del lupanar, Edith Cristina de Lara Martínez, en apariencia se ajustó al cierre fijado por las autoridades municipales, a puerta cerrada la venta de los ríos de alcohol continuó hasta cerca del amanecer.
EL ESCÁNDALO de los ebrios, que micrófono en mano pretendían seguir la canción que interpretaba el guitarrista que tenía a su cargo amenizar en vivo el prostíbulo, mantuvo despierta al ama de casa Otilia Pérez y a gran parte de quienes radican en las cercanías del infecto inmueble, “sin que autoridad alguna acudiera a cuando menos llamarlos al orden”, se quejó la mujer, “ya no digamos a que los obligara a retirarse y tuvimos que pasar la noche en vela”, añadió.
ALGUNOS OTROS vecinos radicados en ese sector de la zona centro, refirieron que de ser ciertos los rumores que circulan en la población y que son achacados al mismo controvertido presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez, de que emigrará al Gabinete del gobernador electo Martín Orozco Sandoval, a un puesto de primer nivel, la usufructuaria del prostíbulo “va a gozar de una descarada y enorme protección”, como ella misma lo ha pregonado en el vecindario.
AL MISMO tiempo se mostraron esperanzados que el próximo alcalde, Adán Valdivia López, le exija ajustarse a la explotación de la licencia reglamentada que usufructúa como “restaurante-bar” y no continúe fomentado el alcoholismo, ni permita el acceso a menores de edad o a mujeres de la vida galante, para que entonces sí “la tranquilidad nocturna regrese al andador peatonal y se pueda dormir en sana paz”.
PERO SI no es así y el futuro alcalde también le brinda su protección a cambio de las prebendas que reciba, no exige al nuevo titular de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria que aplique precismaente el reglamento con todas las de la ley so pena de clausura, entonces vamos a tener el problema encima por mucho tiempo, comentó uno de los indignados residentes de ese lugar.
POR LO PRONTO, dijo otro vecino, vamos a esperar los cambios que se avecinan y a conocer la situación que va a prevalecer en este sector habitacional y de no vislumbrarse una solución a corto plazo, exigiremos el cumplimiento de las leyes municipales a las autoridades respectivas para que se nos devuelva la tranquilidad que hemos perdido desde que Punto y Coma se convirtió en la zona roja más céntrica de la población.
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