Por Alfonso Morales Castorena
LA CORRUPCIÓN que priva en el feudo del jefe de la comuna, Francisco Javier Luévano Núñez, hizo posible que al final de cuentas se autorizara al comerciante Gerardo Ortiz el cambio de giro con el objeto de que, a partir de ayer, explotara una emborrachaduría en el mero corazón del Centro Histórico, frente a la misma Presidencia Municipal y la plaza principal, en el corredor norte de El Parián y la calle Independencia, donde instaló varias mesas al aire libre.
DE ENTRADA y en sesión de Cabildo, su solicitud para modificar su giro de venta de nieve de yogur para fomentar el alcoholismo en plena zona centro con el expendio de cerveza, al disfraz de contar con una licencia reglamentada como “cenaduría con venta de cerveza”, le había sido rechazada y en apariencia no insistiría en obtenerla.
INCLUSO GUARDÓ la publicidad que ya había plasmado en uno de los varios pendones que colocaba en exhibidores especiales instalados a las puertas de la nevería, seguiría con la venta de helados y nieve de yogur, alimentos de fácil preparación, como baguettes, sándwich, tortas y demás comestibles que se acompañaban con refrescos, licuados, café o té y la estridente música que empleaban sus trabajadoras para atraer clientela, dejó de escucharse.
LOS REGIDORES en esa sesión de septiembre pasado pusieron como condición, para que se le autorizara ese cambio de giro comercial, que le estaba vedado vender cerveza para llevar, en cualquiera de todas sus presentaciones, que tendría que ajustarse a horario de cierre de actividades a las 11 de la noche, de lunes a jueves y el fin de semana, viernes, sábado y domingo, a las cero horas, sin que le fuera autorizada extensión de horario alguna y le era prohibido vender el espumoso liquido en temporada de feria.
ANTE ESA serie de exigencias del cuerpo edilicio, en apariencia el comerciante cejaría en su intento por “cambiar de giro”, pero acaso a través de un desayuno que ofreció a la esposa del presidente municipal, en el que estuvo presente el secretario de Gobernación y del Ayuntamiento, la titular del Instituto de Promoción y Fomento Cultural, Angélica Medina Pérez, y otros altos funcionarios municipales “obtuvo al visto bueno para iniciar sus nuevas actividades” y el mismo jueves por la mañana “abasteció su negocio con una generosa dotación de la bebida de moderación y se declaró listo para fomentar el alcoholismo en la región”.
PARA EL resto de los comerciantes establecidos en El Parián, la emborrachaduría en cuestión representa un riesgo para todos, incluidos sus clientes, la mayoría de ellos menores de edad y estudiantes que acuden a adquirir las mercancías que requieren o a disfrutar de los juegos mecánicos que ahí están instalados desde hace tiempo.
TAMBIÉN AVIZORAN problemas en la zona debido a la cercanía del prostíbulo Punto y Coma, porque estimaron que su usufructuaria, Edith Cristina de Lara Martínez, no se va a quedar de brazos cruzados y al enterarse de la competencia que le representará “esa cenaduría con venta de cerveza”, reclamará a sus protectores y socios en el negocio, el inmoral alcalde Francisco Javier Luévano Núñez y el corrupto jefe de Control Reglamentario, Juan Roberto Delgado González, la autorización que le extendieron al comerciante “para explotar su cantina a pocos metros de su antro”.
PERO COMO ya Luévano Núñez va de salida, dijeron, no creen que le vaya a hacer mucho caso y le va a endosar el asunto a su sucesor, su compañero panista Adán Valdivia López, para que a su vez se convierta en su “ángel protector” y siga “explotando su pequeña zona de tolerancia con la licencia que usufructúa, al disfraz de restaurante-bar” y “si no nos cree, ya lo confirmaremos con el tiempo”, terminaron diciendo.
EN TEMA aparte, nos enteramos que una banda de ladrones de vehículos, que operaba en la región, fue desmantelada por elementos de la Policía Estatal, que detuvo a cuando menos 10 pillos y recuperaron cuatro automotores que mantenían en su poder, pero cuando intentamos conocer los detalles del caso, nos encontramos con el hermetismo policiaco de costumbre.
AÚN ASÍ supimos que los pillos usaban la ruta poniente para trasladar los vehículos que se robaban en la capital y puntos circunvecinos, transitaban por carreteras de Calvillo y que su destino final era el estado de Zacatecas, donde los dejaban al servicio del crimen organizado.
EN LOS MEDIOS oficiales se dijo que “esa información estaba reservada” y que así se obligaba para no alarmar a la ciudadanía, pero la población respondió que “no por ocultar la actividad delictiva, los delitos dejan de existir, deben informar de ella para tomar las providencias del caso”.