Por Alfonso Morales Castorena

RUIDOSO FIN de semana les espera a los residentes y comerciantes establecidos en el andador peatonal Centenario, luego de dos días de aparente calma nocturna, porque temen que en el inicio del fin de semana, combinado con el “pago de la quincena”, en el prostíbulo Punto y Coma el escándalo y la estridente música estén a la orden de la noche y hasta el amanecer del nuevo día.

 ESO SIN contar los estridentes gritos de los ebrios parroquianos, que ya trastornados por el alcohol ingerido les dé por imitar a su cantante favorito y que las suripantas que les acompañen y los homosexuales que se reúnan en ese lugar, no se queden atrás y la batahola de “esas chillantes voces” opacarán cualquier ruido externo y de paso mantendrán en vela a los vecinos radicados en el entorno de esa casa non santa.

 PERO LO más preocupante, a decir del ama de casa Otilia Pérez, es que por sobre todo ese escándalo, en momentos de silencio se deja oír el llanto de un bebé, que por la fuerza de sus pulmones “podría tratarse de una criatura de entre cuatro y seis meses de nacida”, pero cuya presencia no llama la atención de los borrachos parroquianos, ni a la madre le importa gran cosa ese incesante llorar de su hija, porque estoy segura que se trata de una niña”, afirmó contundente.

 ESO ES POR una parte, por la otra, es posible que en la recién autorizada “cenaduría con venta de cerveza”, ubicada en la esquina norte del Parián y la calle Independencia, frente a la Presidencia Municipal y a unos cuantos metros de distancia del prostíbulo Punto y Coma, también inicie actividades este viernes 30 del mes y entonces va a sobrevenir el caos etílico.

 SI EL COMERCIANTE dueño de “esa nueva emborrachaduría” se sujeta al horario autorizado para el cierre de sus actividades –11 de la noche– aquellos que fueran sus clientes y ya achispados por la cerveza ingerida, deseen continuar la parranda en otro lugar, no van a caminar muy lejos para encontrar acomodo en el prostíbulo Punto y Coma y por consecuencia, el tono del escándalo va a ser mayor y entonces sí, todo mundo a desvelarse.

 Y COMO YA se corrió la voz entre los asiduos fiesteros de fin de semana, que el negocio de marras está convertido en “compacta zona de tolerancia en pleno Centro Histórico”, al disfraz del “restaurante- bar” que explota Edith Cristina de Lara Martínez, el local va a ser insuficiente para dar cabida a cuanto borracho, suripanta y homosexual acuda a “divertirse a ese lugar”.

 TAL ES EL temor de quienes radican en el entorno, “porque los comerciantes cierran sus negocios a las ocho o nueve de la noche y se retiran a su domicilio a descansar sin que nadie los moleste, en cambio nosotros, tenemos que soportar el escándalo mayúsculo que proviene de Punto y Coma, permanecer en vela toda la noche porque no podemos conciliar el sueño y ser testigos de cómo los briagos se orinan en la fuente que está frente a ese lupanar y cómo se vomitan a las puertas de nuestras casas”, dijeron en concordancia las amas de casa Lucita Torres y Otilia Pérez, más varios de sus familiares, entre hijos y sobrinos de la primera.

 LUEGO NOS enteramos que ayer en la madrugada fue detenido el comerciante Juan Manuel Saucedo, de 68 años de edad, en poder de poco más de 5 kilogramos de mariguana que llevaba ocultos en dos cubetas de plástico.

 COMO SIEMPRE sucede en este tipo de hechos, los uniformados aseguraron que el sexagenario asumió “una conducta de sospecha cuando detectó la presencia policiaca”, al caminar por la “oscura calle de 20 de Noviembre”, cerca del Santuario de Guadalupe y que por eso fue “descubierto como vendedor de drogas al menudeo”, frustrándole todo intento de fuga.

 EN CUANTO la detención del comerciante de la muerte trascendió en la población, se dejaron escuchar las voces de reclamos dirigidas al corrupto presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez, que le refutaban su marcada presunción de que en “Calvillo el tema de la drogadicción no es grave, ni representa problema alguno ni para su administración, ni para la sociedad, porque ese asunto es competencia de las autoridades federales”.