Por Alfonso Morales Castorena
GRAN EXPECTACIÓN causó a los indignados comerciantes del andador peatonal Centenario, la dotación de dos refrigeradores de dimensiones regulares que lucían logotipos de conocida marca de cerveza, que dos empleados de esa empresa realizaron la tarde del martes pasado al prostíbulo Punto y Coma y en el acto conjeturaron si acaso la dueña del negocio, Edith Cristina de Lara Martínez, va a ampliar sus actividades comerciales ofreciendo a sus clientes otra marca del espumante líquido.
COMO SEA, dijeron, para nosotros en nada nos beneficia que ofrezca otra clase de bebida a quien acude a esa emborrachaduría, a nosotros nos debe interesar que el presidente municipal Francisco Javier Luévano Núñez, nos haga caso, que ya no la proteja y que por primera vez en su gestión, cumpla con sus promesas de campaña y la obligue a que se ajuste a lo que señala la licencia reglamentada que le rentó al comerciante Jesús Serna Esparza, “trabajar un restaurantbar y no una pequeña zona de tolerancia en el Centro Histórico de la población”.
LOS IRRITADOS comerciantes se mostraron alarmados porque a partir de hoy y hasta el domingo próximo, el escándalo y la música a todo volumen van a ser características del prostíbulo, porque la mujer va a hacer otras vez de las suyas y sabiéndose protegida por el alcalde y el corrupto jefe de Reglamentos Municipales “va a usar la extensión de horario que le fue otorgada hasta el amanecer del día siguiente, sin importarle otra cosa más que llenar sus arcas de dinero”.
SEÑALARON QUE el reglamento es claro en cuanto a “ofrecer servicio extra como restaurant-bar”, no como “cantina”, dijeron, porque el cierre de actividades para el tipo de negocios que encuadran en el primero de los giros citados, está marcado para las cero horas de cada día o sea las 12 de la noche; en tanto que la actividad comercial para los segundos, está contemplado para la una de la mañana, diariamente.
PERO CUANDO sus propietarios o encargados solicitan “una extensión de horario de servicios, por convenir a sus intereses económicos”, tanto a los primeros o sea un restaurant-bar, como a los segundos, en este caso, las cantinas, “se les autorizan dos horas adicionales por noche” y de esa forma, su cierre debe ser a las 2 de la mañana, en el caso de los que expende comida con venta de cerveza y a las 3 de la madrugada, en el de “las cantinas”.
SIN EMBARGO, como la usufructuaria lenona tiene la declarada protección y amparo del inmoral presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez y la complacencia del deshonesto y corrupto titular de Reglamentos Municipales, Juan Roberto “La Araña” Delgado González, la mujer se pasa por el arco del triunfo esa autorización laboral nocturna extra que le autorizan “y trabaja su pequeña zona roja hasta el amanecer”, cuando se retiran borrachos, homosexuales y prostitutas “a dormir la mona porque se les cansó el caballo”, luego de armar los tremendos escándalos que ya todos conocemos “y así va a seguir, hasta que no ocurra una tragedia”.
Y ENTONCES sí, ahogado el niño a tapar el pozo, dijeron y agregaron “pero ya para qué, cuando el presidente municipal pudo evadir la tentación de caer en la corrupción, no quiso y cuando vaya a querer, ya no va a poder evitarla y lo mismo le va a pasar a su deshonesto achichincle, La Araña, la vergüenza de su inmoralidad les va a durar toda la vida”, solo nos queda rezar porque jamás llegue a gestarse tragedia alguna en esa casa non santa, terminaron diciendo.