Por Mario de Ávila Amador
* La Cultura Toca la Puerta
A Jorge Galván, pilar fundamental en el desarrollo de la TV estatal en Aguascalientes
INICIADA LA década de los 70, la televisión prácticamente se veía en todo el país. Televisión Independiente de México (TIM o Canal 8) era ya una realidad y sobre todo, una verdadera competencia para Telesistema Mexicano. Sin embargo, las dificultades económicas llevaron a Grupo Monterrey de la familia Garza Sada, propietarios de TIM, a buscar alternativas para seguir en las pantallas.
EN SEPTIEMBRE de 1972 falleció Emilio Azcárraga Vidaurreta, patriarca del imperio Telesistema Mexicano y entonces asumió la presidencia del consorcio el llamado “Tigre” Azcárraga Milmo. Apenas unos meses después, en marzo de 1973 nació Televisión Vía Satélite, mejor conocido como Televisa, de la fusión del Canal 8 y los canales 2, 4 y 5 de Telesistema Mexicano. Se dice que en realidad fue una venta simulada, que buscaba evitar que se creara alguna controversia, por la conformación de un monopolio televisivo, ¡qué raro!
SIN DUDA los ganadores fueron los Azcárraga-Alemán, que pudieron integrar a sus filas a activos muy valiosos (desde luego que de acuerdo a la capacidad de penetración que esos “activos” tenían con el público) como la pareja de cómicos Enrique Cuenca y Eduardo Manzano “Los Polivoces”; Luis Manuel Pelayo “Juan Pirulero” y, por supuesto, Roberto Gómez Bolaños, el hasta entonces, “Chavo del Ocho”, después simplemente “El Chavo”. Éstos, junto con Raúl Velasco (que también inició en TIM con “Domingos Espectaculares” y en 1969 cambio a “Siempre en Domigo” ya en Canal 4), y sin dejar de lado las telenovelas, influenciaron fuertemente a la teleaudiencia mexicana, llegando a escucharse críticos que le daban el carácter de una subsecretaria de educación. Muchos de los “artistas” que pasaron por “Siempre en Domingo”, ascendieron rápidamente en la escena de los espectáculos; pocos se mantuvieron. Uno de ellos, Juan Gabriel, a quien ahora, tras su fallecimiento, se quiere posicionar como ídolo de la Cultura Popular, inició su carrera en los medios, gracias al apoyo del conductor guanajuatense; claro que es un ídolo, pero de la “Cultura de Masas”. Es decir un ídolo que, más allá de sus incuestionalbles méritos, tuvo la suerte de estar en la televisión en el momento, medio y programa adecuado, para ayudarse a alcanzar el éxito.
EN AGUASCALIENTES mientras tanto, los últimos años de la década de los 60 marcaron, tal vez, un antes y un después en la cultura. Por instancias del maestro Víctor Sandoval, se promovió la llegada a nuestra tierra de una serie de “embajadores de la cultura” que revolucionaron, junto que los de la entidad, la cultura de este lugar. En este grupo, en septiembre de 1969 arribó a la ciudad de Aguascalientes el maestro Jorge Galván, para integrarse de lleno a las actividades relacionadas con el arte teatral, sin sospechar entonces que más adelante, de manera paralela, tendría que contribuir en forma muy importante en la creación de la primera televisora estatal de carácter cultural en el interior de la República.
DESDE LUEGO que es importante señalar que había antecedentes. Si bien no en cuanto a televisión estatal de carácter cultural, sí en la radidodifusión. El maestro Sandoval buscó contar con una emisora de radio para la Casa de la Cultura y con la ayuda del ingeniero Pedro Rivas Cuéllar se cristalizó, no sin dificultades la instalación y puesta en marcha de XENM, Radio Casa de la Cultura, que inició sus transmisiones el 12 de octubre de 1973. La Dirección de la estación recayó en las mejores manos, las de José Dávila Ródriguez.
PEPE DÁVILA imprimió a la estación un sello propio y de él recuerdo una plática en los estudios de la avenida López Mateos; nos decía a un grupo de estudiantes de la Carrera de Comunicación, que la gente no tenía de dónde escoger en el cuadrante, que era verdad que difícilmente se acercaban a la cultura, porque durante muchos años solamente habían tenido “de una sopa”. Platicaba de una señora, que un sábado de cada mes, llegaba a la estación a solicitarle la grabación en un cassette, con los discos de música instrumental (“easy listening = escucha fácil”) que oía diariamente, antes del concierto de las grandes orquestas. Le llevaba un pastel para todo el personal, que por cierto conformaban muy pocos, y siempre se quejaba de “tener que escuchar” una parte del concierto, para no perderse su música favorita que le seguía en la programación. Ocurrió que durante algunos meses no se presentó la señora. Cuando por fin apareció, entregó su pastel y extendió el cassette a Dávila, pero sonrojada le dijo algo más o menos así: “Le traigo su pastel y le solicito que me grabe… este… Los conciertos tal y cual de Bach y de Albinoni”. Dávila contestó mas o menos así: “¿¡Cómo, si esa música no le gustaba!? La réplica de la señora fue genial: “No es que no me gustara, es que no la conocía, a fuerza de escucharla me di cuenta de que me gusta, de que hay más alternativas”.
LA CULTURA pues contaba ya con radio. En 1976, por ahí de septiembre, es decir, hace 40 años, los teatristas de Aguascalientes, encabezados por el maestro Jorge Galván, preparaban la puesta en escena de “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, con la cual tendrían una temporada en Aguascalientes y una presentación especial en el Festival Internacional Cervantino, en la Plaza de San Roque, en Guanajuato. Nadia siquiera imaginaba lo que les esperaba, especialmente al maestro Galván, a su regreso. La Cultura tocaba a la puerta… de la televisión estatal.