Por Alfonso Morales Castorena
LOS RECLAMOS que los comerciantes establecidos en el andador de la calle peatonal Centenario y quienes radican en esa zona del Centro Histórico hacen al presidente municipal, Francisco Javier Luévano Núñez, son cada día más fuertes para que cumpla con su deber, compruebe de manera personal que su protegida, Edith Cristina de Lara Martínez, ha convertido ese sector del primer cuadro de la ciudad en compacta zona roja y ordene la clausura inmediata del prostíbulo Punto y Coma, que regentea la mujer.
AL MISMO tiempo le recuerdan que el Código Municipal, en su artículo 1772, establece que en los establecimientos específicos y dedicados a la venta y consumo de bebidas alcohólicas, el ejercicio de la prostitución y los expendios de cerveza, vinos y licores, además de que deben cubrir los requisitos que contiene el artículo 1768, estarán sujetos a las siguientes disposiciones:
DEBEN INSTALARSE en lugares donde no existan escuelas, hospitales, centros deportivos, templos, cuarteles, hospicios y centros culturales y recreativos en un radio de distancia de 150 metros y que no se encuentren adyacentes o frente a fábricas que cuenten con trabajadores en activo o con una plantilla laboral dedicada a su trabajo ocho horas al día o en que presten sus servicios trabajadores externos, pero con acceso libre a las factorías.
LOS NUEVOS establecimientos a que se refiere el artículo 1772, según comentaron, no deberán situarse a una distancia menor de 150 metros uno de otro, a excepción de aquellos que se establezcan en zonas que el Ayuntamiento determine como turísticas en los programas de desarrollo urbano, las que deberán ser precisas en sus límites.
TAMBIÉN RECORDARON que ese mismo artículo señala que los nuevos prostíbulos deben contar con ventilación natural suficiente, con salidas de emergencia, con extintores de fuego, suficientes e idóneos, para enfrentar los materiales predominantes en el lugar y que sean pasto de las llamas.
RECORDARON QUE también deben contar con la señalética o con los señalamientos conforme a la normatividad del Sistema de Protección Civil Municipal, con escaleras de emergencia, con instalaciones eléctricas ocultas y seguras, estar construidos con pisos y recubrimientos interiores no flamables y que permitan su aseo higiénico.
PERO ACASO lo más importante es que tienen que contar con servicios y muebles sanitarios en condiciones higiénicas permanentes, como el inodoro, el lavabo, el mingitorio y en su caso con regaderas en espacios de ejercicio de la prostitución.
PARA LA lenona Edith Cristina de Lara Martínez cumplir con estos últimos requisitos, de acuerdo a la particular apreciación de los comerciantes, es como pedirle peras al olmo o que el sol salga de noche, porque a la usufructuaria del prostíbulo Punto y Coma no le interesa resolver el problema social que ella misma ha provocado con la ilegal explotación de su emborrachaduría.
LA SOLUCIÓN del problema el presidente municipal Francisco Javier Luévano Núñez la tiene fácil, nada más que se despoje del saco de corrupción que viste y aplique el inciso IV del artículo 1778 que dice que las licencias y permisos a que se refiere el Código Municipal dejarán de surtir sus efectos por cambiar el giro o domicilio para el que se hubiese otorgado el permiso o licencia sin autorización del Ayuntamiento y en este caso Edith Cristina de Lara ampara la explotación de Punto y Coma como si de un giro rojo se tratara a la sombra de una licencia de restaurante-bar expedida a nombre de Jesús Serna Esparza o sea que trastoca la finalidad de servicio de ese documento y por lo tanto incurre en una actividad mercantil fuera de la ley, así que a tomar el toro por los cuernos y a olvidarse de corruptelas, terminaron diciendo los indignados comerciantes.