ANTE LA indolencia de la Secretaría de Servicios Públicos para mantener en servicio permanente las fuentes del andador peatonal Centenario y la plaza principal, los comerciantes establecidos en ese lugar sugirieron su remoción para convertirlas en centros públicos de descanso, con su respectiva sombra y cesto fijo para depósito de basura.
DE ESA forma, dijeron, el titular de la dependencia, David López, destinará los recursos que deben aplicarse para su conservación, mantenimiento y adecuado funcionamiento a mejorar la calidad de los distintos servicios que debe prestar a la comunidad, sin el pretexto de que “carece del dinero suficiente para cumplir con su trabajo”.
TAL SERÍA la solución para sellar un probable brote epidemiológico de zika, dengue o chikingunya, porque las fuentes ya no serían el depósito al aire libre del agua de lluvia, ni el contenedor público de basura y por lo tanto “el nido de los insectos”, se acabaría en un santiamén, como lo publicitan los Servicios de Salud del ISSEA.
ESA MISMA solución debe aplicar el alcalde Javier Luévano Núñez, pero al grito de “ya”, para acabar con la ilegal actividad del prostíbulo que regentea Edith Cristina de Lara Martínez y no andarse con rodeos para no cumplir con su deber y aplicar en su justa medida el código de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria y clausurar de inmediato ese lugar.
LA INDIGNACIÓN volvió a hacer presa de los comerciantes y de quienes radican en el entorno a la emborrachaduría de Punto y Coma, el domingo anterior, porque de nueva cuenta los escándalos estuvieron a la orden del día y de la noche del sábado pasado y terminaron hasta el domingo siguiente por la mañana.
ASEGURARON QUE los parroquianos ya ebrios no se conformaron con escuchar a todo volumen las piezas musicales de su preferencia, sino que varios de ellos hicieron uso de las pistas que contiene el moderno “karaoke” para lanzar al aire gritos a todo pulmón, seguidos de las estridentes y agudas voces femeninas de sus acompañantes y de las consabidas risotadas y su florido lenguaje.
Y COMO de costumbre no hubo autoridad alguna que frenara esos escándalos, los que se prolongaron hasta los primeros minutos del lunes siguiente y todavía cuando los borrachos abandonaron el prostíbulo Punto y Coma, lo hicieron de la manera más ruidosa posible.
LOS AFECTADOS señalaron que les gustaría que tanto el “propietario” de Control Reglamentario y Regulación Sanitaria, Juan Roberto Delgado González, como el flamante secretario de Gobernación y del Ayuntamiento, Omar Williams López Ovalle “se pasaran una noche en vela en cualquiera de nuestros domicilios, para que comprobaran personalmente que nuestras denuncias no son infundadas y dejaran de proteger a la mujer que usufructúa ese prostíbulo”.
TAMBIÉN PARA que constaten que no funciona como lo señala la licencia reglamentada de “restaurante-bar” que obra en su poder, que solo la usa de pantalla para dedicarse a la descarada explotación del giro rojo que estableció en ese lugar desde poco más de cinco años anteriores a la fecha “porque el ofrecer cacahuates y palomitas como botana a sus clientes, no es precisamente cumplir a cabalidad, ni dentro de la legalidad, con lo que señala ese documento”, dijeron.
COMENTARON QUE si acaso el presidente municipal continúa en su postura de seguir protegiendo el negocio, esta misma semana recurrirán a las autoridades estatales, con la esperanza de que “por una vez en la administración gubernamental actual, les ofrezcan la solución a tan grave problemática social que padecen”.